sábado, 31 de mayo de 2008

Hay mucha gente buena

Leyendo el artículo “Hay mucha gente buena” de un sacerdote misionero, leí una frase que aparecía resaltada; “Lo peor que le puede suceder a un católico es saturarse de sacramentos y de oración, pero no establecer un pacto de amor con su Señor”. Este pensamiento me hizo reflexionar sobre algo que he meditado mucho durante mi vida y de lo que nunca hasta hoy he escrito, por la natural prudencia de huir del juicio hacia un comportamiento ajeno tan íntimo.

Siempre me han llamado la atención las personas rezonas. Me ha llamado la atención el ver que son rezonas, pues todas las personas normales en algún momento de su vida hablan con Dios, rezan, pero lo suelen hacer en la intimidad. Por eso me llaman la atención los rezones, en los que te fijas por verlos siempre rezando o diciendo que lo hacen a menudo. Esas personas deberían recordar las palabras de Jesús: “… cuando hubieres de orar, entra en tu aposento y, cerrada la puerta, ora en secreto a tu Padre” (Mt 6, 6). Esto no elude la oración en común: “… si dos de vosotros se unieren… para pedir algo, sea lo que fuere, les será otorgado por mi Padre que está en los cielos. Porque dónde dos o tres se hallan congregados en mi nombre, allí me hallo yo en medio de ellos…” (Mt 19, 20). Sin embargo aún en público, está clara la actitud que debe tener el cristiano en lo relativo a la “escenificación” de la oración.

A la atención que me despiertan los rezones, se suma el desconcierto que me provocan al ver que no son lo que se espera por su actitud. Ese desconcierto nos lo provocan a muchos los que alardean de personas religiosas y buenas. A algunos incluso ese desconcierto provoca escándalo. De hecho muchas personas de buena fe que atacan a los católicos, por situarnos en la España de hoy, lo hacen movidos por el escándalo de ver a personas que se llaman católicas y van por la vida aparentando la quintaesencia de la bondad, cuando son en realidad verdaderos egocéntricos soberbios; por poner un ejemplo, en una ocasión un interlocutor beatísimo casi entró en cólera por osar contradecirle sobre si el Padrenuestro acaba con la palabra “amén”.

Un asunto que se deriva de la actitud personal en la oración, es el provecho que pueda hacer esa oración en quien la practica. El sentido común nos dice que la oración que se realiza pendiente del “que dirán”, de demostrar “qué bueno soy” o como elemento de mera integración social, no es verdadera oración y no tiene ningún efecto bueno sobre quien la realiza. Jesús nos dice sobre ello: “…cuando oráis, no debéis de ser como los hipócritas, que de propósito se ponen a orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa…” (Mt 6, 5). Desde luego debe ser mejor eso que ocupar ese mismo tiempo en fastidiar al vecino, pero no debemos olvidar el mal ejemplo del que presume de cristiano y actúa como gentil.

Cuando vemos a alguien que no actúa en lo cotidiano con la virtud que quiere aparentar, no sólo nos alejamos de él, sino que paradójicamente nos alejamos de lo que dice representar. Muchas personas se alejan del cristianismo por el mal ejemplo de los cristianos. A veces no pensamos en la responsabilidad de nuestros actos, tanto hacia nosotros mismos como hacia los demás.

Publicado en aragonliberal.es el 30 de mayo de 2008

Spielberg, las calaveras y el New Age

Ayer fui al cine, mi segunda sesión de este año, a ver “Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal”, la cuarta aventura de Indiana Jones (Harrison Ford), dirigida también por Steven Spielberg.

De la primera línea se deduce que no soy un gran aficionado al cine, pero sin serlo tengo mi gusto y criterio. La película me entretuvo, técnicamente está muy bien realizada, pero el guión se ha pasado de vueltas. Fue la decepción, pues fui a ver una película de aventuras y me encontré con una película de ciencia ficción.

La historia corre en torno a las peripecias del protagonista siguiendo a una calavera de cristal. No voy a fastidiar el argumento pero remito al lector a consultar en internet el asunto de las calaveras de cristal y en la historia más fantasiosa de esas calaveras, encontrará el argumento de nuestra película.

He leído críticas en las que justifican el desquiciado guión alegando que la calavera de cristal es un MacGuffin (expresión cinematográfica acuñada por Alfred Hitchcock) o recurso argumental intrascendente para justificar la acción de los actores. Según este criterio, la calavera de cristal podría haber sido cualquier otro tesoro y el argumento hubiera sido el mismo. No es así.

“Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal” es un refuerzo a la insolvente y acientífica teoría del New Age, ese paganismo moderno que quiere sustituir el concepto de Dios por el de extraterrestre hipertecnológico que nos va a resolver todos los problemas de enfermedad, hambre y sufrimiento, obviando la idea de trascendencia que para esos “hermanos” es anecdótico.

El guión de referencia se basa fielmente en la leyenda de las referidas calaveras de cristal, que proceden de pretendidas civilizaciones precolombinas. Estas calaveras, dice la leyenda, realizadas con tecnología inexistente en nuestro planeta, datan de hace más de tres mil años y fueron realizadas sin duda por seres de otros planetas. Por descontado, poseen propiedades perturbadoras. Algunas están en manos privadas y otras en museos públicos. Una de ellas en una sección del Museo Británico.

Naturalmente, esta leyenda es fruto de la calentura de visionarios o aventureros que recurren al argumento anímico para aumentar el precio de las tallas. El cráneo mejor estudiado, el del Museo Británico, ha dado como resultado que se talló en el siglo XIX con instrumentos de joyería de la época y, por descontado, carece de ninguna propiedad esotérica. Las opiniones serias sobre esas tallas no dan ninguna credibilidad a sus orígenes, hasta el extremo de que no se ha considerado necesario invertir mayores recursos para su estudio.

No enredaré más sobre estas calaveras, salvo para decir que en un video sobre la más famosa de ellas, en posesión de su descubridora, aparece la interesada con unos técnicos que analizan por encima el objeto. Los técnicos dicen que es una muy buena talla, que si fuera como se ha datado del S XV sería una obra artesanal excelente e inédita y punto. La traducción de estas observaciones por la misma propietaria, en el mismo video, es que ella sabe, porque se lo dijeron unos nativos mayas, que la calavera data de hace tres mil años y que posee poderes de predecir acontecimientos. Naturalmente, el precio de la talla y los ingresos por mostrarla y hablar sobre ella serían diferentes en uno u otro caso.

En fin, algo decepcionante en el fondo, aunque vistoso en la forma. Al salir del cine, no le da a uno la sensación de que le han robado el precio de la entrada, pero sí de que le han tomado por tonto.

Es decepcionante que Spielberg, que parecía un judío serio, aunque ignoro si practicante, se sume a ese “comecocos” del New Age, la nueva conciencia impuesta a martillazos.

Publicado en aragonliberal.com y en aragonliberal.es

sábado, 24 de mayo de 2008

"Multiplícate por cero"

Quiero hacer unas reflexiones sobre internet, los medios de comunicación y los que escribimos en ellos.

En algún lugar leí que nuestra época ofrecerá un gran vacío a los historiadores del futuro, pues una parte cada vez mayor de nuestros documentos se editan sólo en soporte intangible, por lo que no dejan huella. Efectivamente, esto que está usted leyendo, amable lector, no es más que una nube en un cielo ventoso; dentro de nada habrá desaparecido.

A pesar de ello, creo que eso del vacío es una opinión exagerada, pues hoy todavía se edita mucho, lo suficiente, en soporte físico. Sí, es cierto que estas líneas y cientos de millones de ellas, son un brindis al sol.

Usted me dirá: “Los mejores artículos, dejan una huella en el lector” No estoy de acuerdo. La minoría de ciudadanos que hoy leen, están tan saturados de lectura que no son capaces de recordar lo que leyeron ayer o incluso hace un rato. La mecánica de la lectura, para asimilar los contenidos, necesita reflexión y de eso está el mundo pobre, pues la reflexión precisa tiempo y voluntad, ambos recursos escasísimos para la mayoría.

Me podrá decir también el lector: “Por lo menos, los artículos sirven a su autor”. Tampoco, salvo a los autores que escriben por cobrar, a los que no me refiero aquí. Cuando uno tiene un pronto y lo escribe, la fuerza se le va por la pluma y ahí queda todo. El escritor que sólo escribe en digital no hace hoy casi nada por la sociedad, pues su acción es puntual y además actúa contra él como válvula de escape, apaciguando su fuerza. Igual que en una determinada época histórica que las precisó, había órdenes de “monjes guerreros”, hoy deberíamos crear órdenes de “escritores guerreros”.

Además, es tantísima la oferta de lectura en internet y tantos los medios distintos que la ofrecen, que probablemente cada artículo lo lean un número insignificante de lectores, salvo los de plumas famosas en medios muy conocidos, en lo limitado del tiempo que unos y otros lo son. Es muy difícil crear opinión desde el efímero desahogo de la opinión digital, sin más. Y no me sirve el ejemplo de las gotas de agua que forman el océano… las palabras en internet no son tangibles, por lo que sólo pueden crear un océano de nada.

El lector que haya llegado hasta aquí, me preguntará: “¿Y para qué escribe usted”? Le seré sincero, para nada… con matices.

Una persona querida responsable de una biblioteca, me dijo una vez que le ofrecí, escéptico, un libro a mi parecer insulso: “Lo guardaremos porque nunca se sabe si un día a alguien le podrá hacer provecho”. Yo escribo por si a alguien le pueden ser de provecho mis precarias opiniones. Procuro alargar mi oferta en el tiempo, dejándola agonizar en un “blog”. Con todo sé que el cruce de los caminos de ese alguien y de mis escritos es tan del instante, tan imposible, que si se da, será sólo achacable a la Providencia. Por eso siempre que tengo algo que decir lo escribo, aunque sé que en el mundo digital las palabras se multiplican por cero.

Justicia y paz

Escribí esto el pasado día 14, el mismo día en que ETA asesinó a un guardia civil. Pero como aún citando la actualidad el fondo es intemporal, lo publico hoy.

Otro atentado de ETA. Parece que a alguno le ha sorprendido, cuando es lo normal en nuestra España de hoy. ETA mata y la Guardia Civil muere. Cada uno cumple con su papel, el criminal y el soldado. ¿Es eso sorprendente?

No me preocupa ETA. Todos los países europeos han acabado con sus terroristas. Nuestra policía, con una mano atada a la espalda y la gorra tapándole un ojo, podría acabar con esa basura integrada por fanáticos imberbes y tarados. ¿Por qué, si no hay duda de que eso es así, ETA mata y los buenos mueren?

ETA mata porque hace trampa. Cuando a trancas y barrancas el gobierno de Aznar se puso en serio en la tarea, esa panda estuvo a punto de desaparecer del mapa español. Pero llegó Zapatero y le dio aliento, tanto que hoy están en las instituciones. Todos tenemos en la mente los episodios vergonzantes de la política de Zapatero.

Hoy Zapatero ha cambiado… ¿a cambiado?, está por ver. Los malos siguen apuntalados por los peores. Pongámonos en lo mejor, que el gobierno socialista va a soltar un poquito en freno que retiene a nuestra policía; “a por ellos, pero con cuidadito, ¿he?”.

Aún así, el problema de fondo de la falta de justicia sigue. Porque es justicia pagar por los actos cometidos, que los hechos no queden impunes. Pero, ¿van a pagar Zapatero y sus cómplices por los errores cometidos?, ¿van a quedar impunes todos los atropellos a los inocentes, en aras de una rendición a ETA?, ¿van a quedar impunes los nacionalistas con su juego criminal de incluir en la democracia a los criminales?, ¿va a quedar impune la traición a España? La respuesta, hoy por hoy, es obvia.

Nunca saldremos de la noria del terror hasta que los culpables paguen su culpa. Mientras que la impunidad forme parte del cargo no habrá justicia, y sin justicia no habrá paz.

viernes, 16 de mayo de 2008

El pecado y la política

A los progres les da risa eso del pecado. Puesto que uno de los caracteres de identidad de los progres es la incultura - labrada a golpe de tópicos - no es extraño que les dé risa eso que ellos llaman “invento católico” del pecado.

No entraré en este concepto complicado y profundo y daré por supuesto que el lector ha llegado más lejos en entender el significado del pecado, que el cerebro medio de la izquierda española.

Cualquier falta de caridad con los demás o con uno mismo, es motivo de pecado y como somos fundamentalmente egoístas, eso del pecado nos acompaña a todos, siempre.

A todos nos debe preocupar ser pecadores, tanto a creyentes como a no creyentes, pues a todos nos debe preocupar ser poco caritativos y, consecuentemente, egoístas. En términos laicos, malos remedos de los ricos conceptos cristianos, ser altruista es un valor y ser individualista es un contravalor.

Nadie está libre de miserias y todos llevamos nuestras limitaciones encima. Debemos asumir eso y esforzarnos por ser mejores, ya que ser perfectos es una utopía. La salvación no está en no cometer pecados, lo que es imposible, sino en arrepentirnos de los cometidos y luchar por evitarlos. En términos laicos, ser buenos ciudadanos no es ser perfectos, sino esforzarnos por ser solidarios, respetar a nuestros conciudadanos y procurar cumplir las leyes justas.

Todos los pecados minan el espíritu en mayor o menor medida. Pero es cierto que algunos son especialmente graves. Matar es un pecado mortal, o fornicar, o blasfemar… En este punto empieza a rechinar la visión agnóstica del mundo, propia de la izquierda y de algunos semovientes de la derecha, pues para ellos matar es un delito social grave, pero aceptan el aborto y la eutanasia; la fornicación se acepta socialmente salvo cuando es a uno al que le ponen los cuernos; blasfemar es simplemente una falta de educación, pero la mayoría se aferra al cura en el lecho de muerte...

Si leemos el mensaje de Jesús, vemos que hace mención explícita de algunos pecados, sin duda por su especial gravedad, como del asesinato (“…quien matare será condenado en juicio…” Mt. 5, 21), a la falta de caridad (“…quienquiera que tome ojeriza con su hermano, merecerá que el juez le condene…” Mt. 5, 22), a la violencia (“…todos los que se sirvieren de la espada, a espada morirán…” Mt 26, 52), al adulterio (“…cualquiera que mirase a una mujer con mal deseo hacia ella, ya adulteró en su corazón…” Mt. 5, 28)…

Pero nos debe sorprender y aleccionar la mención durísima a dos pecados; una forma particular de la blasfemia y el escándalo. De la primera dice; “… En verdad os digo, que todos los pecados se perdonarán a los hijos de los hombres, y aún las blasfemias que dijeren; pero el que blasfemare contra el Espíritu Santo, no tendrá jamás perdón, sino que será reo de eterno juicio…” (Mc 3, 28-29).

Del escándalo, nos dice Jesús; “…Imposible es que no sucedan escándalos; pero ¡ay de aquel que los causa! …” (Lc 17,1).

Es en este punto donde quería hacer énfasis. Si contemplamos la vida política, vemos en los políticos y en sus actos las miserias propias de nuestra naturaleza; el otro día yo mismo escribía sobre el rey de España y su cobarde adulación al presidente Zapatero. Procuraba no faltar a la caridad ni entrar en la difamación, pero también era prudente porque yo mismo, ¿no he adulado cobardemente a algún tercero en algún momento de mi vida? No pondría una mano en el fuego por mí, eso sí, con el atenuante de no tener la responsabilidad del monarca.

Pero cuando los hombre ofrecen como bueno lo que saben que es malo y cuando se empecinan en el pecado del escándalo, el asunto cambia de tono. Aspectos de la educación para la ciudadanía y toda esa miserable retahíla de aberraciones en el comportamiento humano, que el socialismo y sus colaboradores dan por naturales y buenas, entran de lleno en el pecado de blasfemia y de escándalo.

El escándalo es especialmente grave cuando afecta a los niños y a los que son como niños. Los socialistas y anejos se empeñan, día a día, en mal formar los cerebros de los críos, en perturbar sus conciencias y en inculcarles como buenas, situaciones y circunstancias malas, antinaturales y destructivas de la persona y de la sociedad y que atentan a la natural idea de Dios. Escandalizar es una grave responsabilidad de la que quizás los responsables no deban dar cuenta hasta el final de su existencia, pero para entonces, han de tener presente que “…el que escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen en mi, más le valiera que le colgasen al cuello una de esas piedras de molino que mueve un asno, y le hundieran en el fondo del mar…” (Mt 18, 6). Para una buena parte de la humanidad, esta es palabra de Dios.

Publicado en aragonliberal.es, el 14 de mayo de 2008

lunes, 12 de mayo de 2008

¿Lo bueno, si breve...?

Una persona próxima me ha dicho que mis artículos son largos. Aunque “largo” es algo relativo pues depende de otro elemento para comparar, entiendo lo que me dice y creo que tiene razón.

Hace un tiempo, una prestigiosa página “web” me daba unas recomendaciones para publicar. En resumen, pedía artículos cortos, párrafos de pocas líneas, lenguaje muy sencillo… les faltaba pedirme “ideas convencionales”. La intención de los editores era hacer los textos adecuados a los lectores de hoy.

Hace poco, un querido sacerdote misionero me pedía la dirección de mi “blog” para remitir a su lectura a unas personas agnósticas que querían plantearse preguntas sobre Dios (las preguntas que todos nos hacemos, que en mi caso me planteo por escrito). El único problema que encontraba el misionero era también que mis artículos resultaban largos “y a los jóvenes no les gusta leer”.

Los argumentos son contundentes. Reconozco que algunos de mis artículos, son largos. Pero me pregunto, ¿no han de serlo?, ¿es malo que sean largos?

Efectivamente hoy se lee poco. La radio tiene su público, pero lo que priva es la televisión. Con la simplificación de los mensajes, los cerebros se van volviendo simples al no tener que elaborar ideas. Y un cerebro simple es más manipulable que uno acostumbrado a pensar. En esta situación ya no son importantes las ideas, lo importante es el poder de manejar los medios que difunden esas ideas.

No quiero participar en esa línea de bajar el nivel para “llegar” al público. Cuando tengo algo que decir, lo escribo. Si está dicho rápido, queda un texto corto. Si preciso de más, queda largo. Si de mucho más, sale un libro. Mi nivel es el que sea. Si lo que escribo le llama la atención a alguien, le entretiene o le ayuda a pensar, que se esfuerce en leerme. Por lo que a mí respecta, no paro de pensar, leer y escuchar, para ver si se me pega algo de lo mucho que tengo que aprender.

Si todos actuásemos así, nuestros gobernantes no podrían decir hoy una cosa y mañana la contraria, sabiendo que eso no influirá en su próxima elección. Un mundo mejor empieza por mejorarnos a nosotros mismos y la superación empieza siempre de dentro a fuera.

El rey de España

El pasado día 10, después de haber leído el escrito titulado “¿Estará contento el Rey Juan Carlos I?” (refiriéndose a su relación con el gobierno socialista), de la colaboradora de este diario Maria del Carmen Antoja, escribí las líneas que siguen dos párrafos más abajo. Pero no las remití y me limité al comentario que hice al artículo de referencia. Publico, incluso en mi “blog”, muy poco de lo que escribo.

No quise entrar en el tema porque atacar a nuestro rey no tiene mérito. Es tal dechado de imperfecciones que meterse con él es como quitarle un caramelo a un niño o pegar a un borracho (entiéndase en su concepción metafórica de acto cobarde y fácil, en absoluto con afán de ofender).

Sin embargo hoy leo que “…por primera vez en treinta años de democracia, don Juan Carlos ha dado su opinión sobre un presidente del Gobierno en activo. Lo ha hecho, además, para alabarle…lo definió como un "ser humano íntegro", "muy honesto" y "que no divaga". "Él sabe muy bien hacia qué dirección va y por qué hace las cosas", añadió en unas declaraciones que suponen un espaldarazo al jefe del Ejecutivo…”

Hay mucho que decir de nuestro rey, pero como decía en un comentario en otro artículo, hay personas de las que lo más prudente es ser discretos. Nuestro rey es una de esas personas.

Demos por buena la institución de la monarquía, institución que carece de sentido salvo que se acepte la existencia de Dios, aunque la existencia de Dios no implique que deba existir la monarquía.

Demos por buena la línea genética de nuestro rey, lo que es dar demasiado por bueno.

Demos por buenos a los Borbones, que demasiadas veces han mostrado lo poco que les interesa España, si no es para sus propios intereses.

Pongámonos una venda en los ojos, y fijémonos en el actual Borbón.

Nació en Roma, donde estaba exilado porque su abuelo Alfonso XIII dejó tirada a España en un momento vital de su existencia, haciendo honor a su ancestro el traidor Fernando VII de Borbón, llamado Rey Felón por la historia. No parece que semejante abuelo marcara la vida de Juan Carlos.

A los 18 años, ya edad penal, mató de un tiro, accidentalmente se dijo, a su hermano. Todos podemos estar sujetos a un accidente desgraciado - del que sin embargo no saldríamos de rositas - pero no parece que eso marcara su vida.

Para ser rey, debió de pasar por encima de su padre, legítimo sucesor a la corona, lo que hizo sin que parezca que eso marcara su vida.

Su educación y su subida al trono fue un designio del general Franco, al que le debe todo lo que es. No se le conoce ninguna expresión de agradecimiento o reivindicación de la memoria de su protector. El 14 de abril de 2005, el presidente socialista Zapatero dijo que estaba a gusto y tranquillo con el rey, porque era “un rey bastante republicano”. Es un dato significativo que está en la línea de su conducta frente a la vida.

En general, la vida de este monarca no parece edificante vista desde la perspectiva del pueblo llano. Lo vemos compitiendo en un barco que se llama “Bribón” y rodeado de la oligarquía financiera de España, a la que vino con diez años con una mano delante y otra detrás y en 2003 publicaba la revista Forbes su fortuna estaba en el lugar 134 de entre las mayores del mundo. Hace un tiempo seguí un negocio de Juan Carlos I que me pareció escandaloso, y la prensa lo acalló en 24 horas. De cualquier modo no importaba, pues el rey es el único español que no es demócrata ya que está por encima de todos, incluso de la Ley.

No quiero hablar más que de lo que es de dominio público. Me fastidiaría que se confundiera mi opinión con las difamaciones que se hacen de cualquier persona pública. Pero con tantas evidencias y reservas, lo más prudente es no utilizar al rey como argumento de nada. Está ahí, se ha hecho multimillonario, España es su oficio y a su sombra viven sin problemas una serie de españoles privilegiados de empleo; “familia del rey”.

La discreción es lo más prudente.

Hasta aquí lo que escribí y no envié. Concluyo con una respuesta a su escrito, Dña. María del Carmen. Sí, el rey dice estar muy contento con este gobierno, como parece que lo estuvo con el de Felipe González, el que expolió España.

Publicado en aragonliberal.es, el domingo, 11 de mayo de 2008

No entiendo a mis compatriotas

No entiendo a mis compatriotas, pero no es porque carezca de sentido de comunidad. Lo que ocurre es que creo que España es una nación excesivamente baqueteada por la Historia y eso ha creado un perfil humano especial, al que no alcanzo.

Podría ser que la invasión y ocupación árabe de este territorio durante 800 años, dejara un mestizaje que nos ha dado esta forma de ser. Como la ocupación no fue total y la mezcla no por igual en todo el territorio, de ahí que exista ese desequilibrio entre el norte y el sur. Quizás venga de antes, cuando la Península fue crisol en el que se mezclaron pueblos de África de origen incierto y pueblos indoeuropeos de origen más definido. Sea como fuere, lo que hoy puebla España deja mucho que desear, aunque los políticos de todas las señas se empeñen en decirnos que somos lo mejor del mundo… a ellos ya les va bien la falta de autocrítica de la población, pues de eso comen.

Es doloroso ver el problema así, pero no debemos engañarnos. Cuando viajamos y venimos de Francia no es necesario ver carteles para adivinar que hemos pasado la frontera. Lo que son servicios limpios y espacios ordenados, se transforma en suciedad y dejadez en escasos kilómetros de diferencia, por encima y por debajo de los Pirineos. ¿Quién no envidia el orden y la belleza de los pueblecitos del norte de Europa? Sus gentes serán mejores o peores, luego hablaremos de eso, pero poseen un sentimiento estético, que creo es un reflejo de sentimiento comunitario, que en España no existe. Somos más individualistas y no tenemos ese sentido natural hacia la belleza, lo ordenado, lo armónico.

Es cierto que aquí somos “más alegres” y que en España “se vive mejor”. Pero esa alegría es superficial y ese vivir mejor es irresponsabilidad.

El español no es feliz, y eso queda en evidencia porque sus expresiones son dramáticas; la violencia chulesca está a flor de piel en el día a día, y fluye por los asuntos más banales, como un no salir del semáforo en el instante en que éste cambia de color; las expresiones religiosas están inundadas de tragedia y de dolor, en una religión que es para otros católicos amor e inocente alegría; la obsesión por los signos externos dirige la vida de muchísimos españoles... Con todo eso y mucho más en lo que no me extiendo, pero que está en la cabeza del lector, queda en evidencia que el español no es feliz, sino esclavo de sus miserias y de su apariencia.

Tampoco el español vive mejor. O, si lo hace, es a costa de cosas más importantes. Ese vivir mejor no es por tener una escala de valores que da paz al alma, sino por carecer de valores y vivir en la irresponsabilidad. Andalucía, el paradigma de la “alegría”, es la región más subdesarrollada, inculta y corrupta de Europa. Quizás compita con la más homogéneamente pobre Extremadura. ¿Es feliz el andaluz? Sin duda, pero es la felicidad del esclavo que vive al día. Oprimido y miserable, pero que como no pide más que el plato de garbanzos, ya le está bien. Tampoco desea esforzarse más. Esto se podría aplicar, en mayor o menor escala, al resto de los españoles.

Estas reflexiones que comparto con el lector, no son fruto de un momento de desengaño, sino de una larga maduración. Reto al lector a que se despoje de prejuicios e intente rebatir mis argumentos. Podrá elaborar otra teoría igual de coherente, pero no tendrá argumentos firmes para rebatir lo que digo. En última instancia, puede recurrir a las estadísticas y verá que mi juicio no es ensañamiento, sino las cifras expresadas en palabras.

Si la reflexión no es precipitada, sí es cierto que escribo ahora como reacción a lo que veo. No soy amigo de la televisión, que sólo me ocupa cuando hacen alguna película de inocente acción. No ha de ser una buena película, pues las interrupciones publicitarias destrozan cualquier argumento, salvo los triviales. A veces me salgo de la norma y atiendo a las noticias. En un telediario de no se qué cadena vi el otro día a compatriotas protestando por la falta de agua. A otros, ganaderos, por el abuso de los intermediarios. A otros, agricultores, por la crisis de su sector… Y les dije, sin que oyeran ¿por qué habéis votado socialista?

¿Cómo es posible que la mitad de una nación vote a quien, de forma evidente, le está perjudicando a él y a su sociedad? y a su cultura, y a su identidad. ¿Cómo es posible que la mitad de una nación pase por alto, de forma consciente, la mentira cínica de unos charlatanes de feria?

Esto es posible porque la escala de valores de la mitad de la nación es, que teniendo que comer, da lo mismo todo. Y esos que saben que mienten, les ofrecen una liberación de cualquier responsabilidad a cambio de su voto. ¿Eres maricón? Franco te perseguía, conmigo – dice Zapatero – puedes vestirte de monja y desfilar por las calles dándote el pico con otro maricón vestido de maricón. ¿Quieres sexo? La Iglesia te dice que es pecado tenerlo fuera del matrimonio, conmigo – dice Zapatero – puedes tenerlo sin límites, a todas horas, a cualquier edad y con cualquiera. ¿Quieres ser millonario? Con Franco tenías que trabajar ocho horas, conmigo – dice Zapatero – sin dignidad y con suerte puedes ser millonario. ¿Te molestan los hijos o los abuelos? La Iglesia dice que tienes que criarlos y cuidarlos, conmigo – dice Zapatero – mátalos y vive feliz. La izquierda española es liberadora. Parodiando a Marx, es el opio del pueblo.

Media España está con Zapatero. No inconscientemente, sino a sabiendas. Porque el español no es tonto, sino listo. No inteligente, listo. Media España es, o quiere ser, maricona, reprimida, promiscua, ladrona y criminal. Podemos aliviar las palabras, pero la realidad será la misma. Media España vende sus pasiones al mejor postor.

No es un problema de sexo o ideología. Porque la dignidad humana es una, sea la persona mujer, hombre o ni uno ni otro, que la naturaleza es muy rica y su Creador inalcanzable. Tampoco es problema de ideología, pues son chalados los que no desean el bienestar de todos, basado en la justicia. Este dejarse llevar tampoco es un problema de indigencia o de hambre, pues los pocos que la sufren en España, no votan.

No entiendo a mis compatriotas. ¿Cómo pueden vender su presente por un plato de lentejas? ¿Cómo pueden creer que un mentiroso puede llevarles a algo bueno? Media España ignora a sabiendas las miserias de sus gobernantes, a cambio de que desarrollen un sistema donde las propias miserias sean socialmente aceptables. “Como me supone un esfuerzo ser mejor, hacedme una sociedad a la altura de mis miserias y así no me sentiré culpable” Eso subyace en el pensamiento de media España, que vota a la izquierda.

Pero las sociedades, como los organismos, no se pueden estancar o volver atrás, porque mueren. Media España está muerta. Somos un organismo viejo, muy baqueteado por la Historia. Pero nuestros méritos milenarios nos han dado derecho a una muerte serena. Zapatero, disfruta tus miserias en la intimidad, y deja agonizar en paz a esta vieja Nación. Dile a quienes mueven tus hilos que se busquen otro testaferro, y ponte en el lado de la dignidad, de quienes no votan ni siguen a Zapatero.

Publicado en aragonliberal.es, el viernes 9 de mayo de 2008

Estoy asustado

Leo que Rajoy se dirige a los suyos y les dice que “alguno que otro” estará sentado junto a él en Génova. Sigue manteniendo el secretismo sobre quiénes le acompañarán a Génova, mientras que el partido se desmiembra y el gobierno se parte de risa al tiempo que comete desaguisado tras desaguisado.

¿No suena a bíblico el Rajoy? ¿se ha chalado ya del todo? ¿en manos de quién estamos?

Por un lado Zapatero inventándose palabras para no decir “trasvase” ni “crisis”, en una actitud, que aunque le funcione, no adoptaría un ser humano con dignidad y más en temas que tanto afectan a los semejantes que dependen de él. Y rodeado de fantoches compitiendo por quien desbarra más. Eso sí, ninguno de sus allegados se hace pobre.

De otro lado, el Rajoy cazando moscas.

Mientras, España haciendo aguas en lo moral, en lo económico y en lo social. Y los comunistas obsesionados por que se rompan los tratados con el Vaticano; los nacionalistas arruinando sus respectivas comunidades enfrascados en la represión racista; los sindicatos mirando a otro sitio, con la mano puesta; la patronal – la de peso - silbando al cielo a ver si el Zapatero les paga el amarre del megayate para evitar la suspensión de pagos. ¿Es esto normal?

Como el ciudadano que va a Lourdes en silla de ruedas diciendo “Señor, que me quede bien”, cuando el camino cambia de pendiente y se le desboca la silla cuesta abajo. Intentando pararla va rezando a gritos “¡Señor, que me quede como estaba!”. Pues así rezo yo, viendo la que se nos avecina; “¡Señor, que nos quedemos como una república bananera!”

Publicado en aragonlineral.es, el 11 de mayo de 2008

viernes, 9 de mayo de 2008

Un muerto diferente

Quien haya seguido, aunque sea por encima, mis opiniones, entenderá que no soy un iconoclasta, ni un pasota, ni un radical. Pero, desde el respeto que se merece cualquier persona que nos deja, debo exteriorizar mi desacuerdo por toda esa historia de la muerte del ex presidente Calvo Sotelo, que Dios tenga en su gloria.

Seré breve pues cada palabra puede llevar a un malentendido en asunto tan espinoso como es el de los muertos. Y no se trata de eso, sino de dar un contrapunto de sensatez.

Calvo Sotelo era miembro de una rica familia de la oligarquía española, saga que lleva en esto de la política desde hace generaciones. Menos arruinarse sirviendo al prójimo, habrán pasado por todo. También por tragedias, pero ya se sabe, los duelos con pan son menos. ¿No podían los poderosos morirse sin tanto ruido, como cualquier hijo de vecino? Me dirán; “¡es que fue presidente de España!”. Y yo les diré, ¡pues no habría candidatos para esa lotería! Y aún, si fuera de extracción gris como el Felipe, tendría un mérito, pero que en la rifa entre ricos le toque la presidencia a uno de ellos, pues no es como para sacar mucho pecho.

La derecha y la izquierda han asistido a las honras fúnebres compitiendo en halagos sobre el fallecido. Conociendo a unos y otros, todo me cuadra. Un acto de poderosos, para poderosos, entre poderosos. Mientras, España sigue sangrando por los abortos, por los parados, por los inmigrantes, por la incultura… pero en el palacio, los ricos condecoran a los ricos, auto complaciéndose de lo sacrificado que es ser rico.

Lo voy llevando mejor, pero todavía no puedo evitar que cada vez que me restriegan por la cara que se casa, nace o se muere un rico, se me revuelva el estómago.

Publicado en aragonliberal.es, el 5 de mayo de 2008.

Cambio constitucional

El gobierno prepara una tímida reforma constitucional en consenso con el PP, dicen los periódicos. El gobierno deja de lado otras de sus pretensiones sobre el tema y no tiene en cuenta las pretensiones nacionalistas. Dice también la prensa.

No me lo creo.

Leo también que en octubre los jueces nos dirán si Cataluña es una nación o no. No comento lo que pienso de los sesudos jueces que están sobando ese asunto, que es lo mismo que pienso de la justicia española, o socialista, que a estas alturas da igual.

Eso sí me lo creo y me malicio que sé lo que dirán los jueces, aunque no haya estudiado leyes.

Hasta que tengamos más datos, creo que el anuncio del “tímido” cambio constitucional y los fuegos artificiales de Cataluña y nación, tienen algo que ver. Me da la impresión de que nos están preparando para algo que no será bueno para España y, en consecuencia, para sus habitantes.

No tengo más argumentos que el sentido común: Se empieza a afinar la orquesta – anunciando un cambio constitucional –a escasos meses del verano y nos dicen que en otoño los jueces resolverán sobre un asunto vital para España, como es definir a Cataluña como nación con lo que ello significaría. Tan es así que los gallitos nacionalistas – sí, los que con Franco hablaban español con acento de “Madrit” - ya van sacando pecho diciendo que “hablarán a España de nación a Nación”.

Con estos antecedentes y conociendo a Zapatero, me huelo que este año los Reyes Magos nos traen lote de taifas para los españoles y billetes de ida para la monarquía.

Mientras, la “oposición” va ganando barlovento hacia el nacionalismo, que vaya a perder el tren. Este Rajoy está en todo.

Pero no hay que desalentar. El país está dividido prácticamente en dos mitades. Y en una mitad – si hacemos caso a las bolsas de votos que nos dicen los medios - están los contratistas, homosexuales, millonarios, lesbianas, feministas, millonarios, abortistas, despistados, millonarios, artistas, canonistas, millonarios, Zapatero y sus amigos… No está todo perdido.

(Escrito el sábado, 03 de mayo de 2008)

jueves, 1 de mayo de 2008

El concepto de la vida humana y II. Vida desde el principio

Zenón de Elea planteó una paradoja sobre granos de arena. Concretamente se planteó cuántos granos de arena eran un montón de granos de arena. Mil granos de arena pueden formar un montón. Y cien. ¿Y cinco? ¿Y dos? Podemos perder tiempo planteándonos el problema, pero acabaremos las elucubraciones si nos planteamos las cosas como son; un grano de arena no puede formar un montón de granos de arena. Dos, quizás, según los coloquemos, mil forman un montón.

Los abortistas plantean la vida como una forma de esa paradoja; se puede abortar mientras que el feto no es persona. Si entramos en ese juego, ya sólo queda ver cuándo empieza a ser persona. Los más “listos” lo tienen claro; aborto libre. Es decir, el niño es persona cuando eclosiona. Los más “moralistas” se plantean el momento en que el niño empieza a ser persona; a las 22 semanas, a las 24, a las 12 horas de segundo día de la semana 26…

Pretender que el niño nace como persona cuando la madre pare, es un insulto a la inteligencia y a la sensibilidad. A la persona que así opina hay que tantearla para ver si sabe lo que dice. Y si lo sabe, hay que alejarse de ella, porque ha desarrollado un instinto criminal que la hace peligrosa. Cualquiera sabe que el momento del parto puede oscilar de bastante antes a algo después en relación a los 9 meses establecidos como norma… ¿puede condicionar la supervivencia del niño el hecho físico de abandonar a la madre? Aunque repugne al lector el planteamiento, no está de más que rumie esa postura viendo la sinrazón de esa razón.

Plantear la condición de persona al desarrollo de unas facultades dentro del seno materno, plantea un camino muy inseguro. Porque no todos tenemos las mismas facultades, ni igualmente desarrolladas. Incluso los hay que no tienen casi nada o nada desarrolladas facultades fundamentales físicas o psíquicas. ¿Qué nos impide acabar con esas personas, una vez abierto el camino del aborto funcional? De hecho la palabra eugenesia suena mejor una vez asimiladas las de “aborto” y “eutanasia”. Y una vez asimiladas las tres, ¿por qué limitarse a las taras físicas o psicológicas, cuando tanto perjuicio causan al poder, determinadas posturas intelectuales o ideológicas?

No piense el lector que exagero. Hace unos años era impensable plantearnos el aborto como lo conocemos hoy. Y hace menos ni concebíamos la eutanasia. Ambas son realidades en la España de hoy. Es muy probable que en esta legislatura veamos el aborto sin límites y una eutanasia endulzada con mil remilgos terminológicos. El resto lo presumo a medio plazo. Quizás menos.

A la evidencia absurda de determinar el momento de ese presunto tránsito de no-persona a persona, debe sumarse el absurdo lógico que plantea ese tránsito. En el momento de la fecundación, se encuentran ya en la nueva célula todos los elementos que forman la persona. Si no fuera así, luego no habría persona. Porque en el seno materno el nuevo ser ya sólo recibe alimento; es humano desde el principio, con todos los requisitos de persona, sin que le falte ninguno puesto que una vez formado no se le aporta nada nuevo que no sea alimento. Y nace lo que ha sido feto, sin mayor aporte en el parto. Y crece igual, desarrollando facultades, sin más aporte que el alimento. De otra forma, sería como prender que un niño es menos persona que un adulto. De hecho así se pensaba antes de la aparición del cristianismo. ¿No resulta paradójico denominar “progresista” a una teoría que retrocede dos mil años en el concepto de ser humano?

Muy pocas especies animales destruyen a sus propios cachorros. De hecho la naturaleza ha diseñado las caritas de las crías de forma que inhiban la violencia de sus progenitores. En algunos animales, como en los leones, cuando los machos pasan a dominar el grupo, matan las camadas de otros machos para asegurar su herencia genética. Pero incluso eso son rarezas en los animales superiores. No conozco ninguna especie animal que aborte por ningún concepto, y menos por mero capricho o comodidad.

El aborto intencionado es antinatural. Utilizar la capacidad del hombre para destruir vida humana es una aberración antinatural que degrada a quien lo hace a una condición inferior a la del animal irracional. Es lamentable que alguien pueda actuar así. Pero que obre de esa manera un gobierno y divulgue como buena esa capacidad criminal, es una tragedia. A medio plazo la misma acción lleva su castigo pues la naturaleza no discrimina ideologías. Pero es irresponsable esperar a que la naturaleza castigue a todos por la miseria de unos pocos y por la inconsciente desidia de otros muchos.

Si a alguien le queda todavía alguna duda respecto a los plazos para abortar, que se repase la paradoja de Zenón y su conclusión indudable; antes de la unión del espermatozoide y del óvulo, no hay vida humana. Después sí. Esa es la barrera.

Publicado en aragonliberal.es, el 1 de mayo de 2008

Zapatero, un hombre especial

No somos justos con nuestro presidente. Zapatero no es un hombre cualquiera, es un hombre especial.

El mercado español ha recibido una partida de miles de litros de aceite de girasol adulterado. El gobierno dice que no pasa nada, que aunque esté adulterado, se puede tomar un poquito y no se nota. Y la gente traga.

Vemos a la ministra de Defensa pasando revista a las tropas españolas en el Líbano. Es una ministra antimilitarista, nacionalista y pacifista y no tiene ni idea de lo que es el ejército. Como está embarazada (es su único mérito), al séquito habitual de un ministro español - que es como el de un rajá oriental pero sin túnicas - le acompaña un equipo médico y no sé cuántas cosas más. Por la tele vemos cómo cuenta no sé que monsergas a unos conciudadanos que se están jugando el tipo. A mí me dio la risa verla, como les ocurrirá constantemente a sus amigotes. Pero son risas distintas. Y la gente traga.

Hay sequía y se raciona el agua del río Ebro; “nada para ti, todo para él”. Cataluña tiene más derecho a saciar su sed que el resto de España. Y la gente traga.

Cientos de críos de colegios que visitaron la central nuclear de Ascó, tuvieron que pasar revisiones médicas pues la central mantuvo en secreto una fuga radiactiva. ¿Dónde diablos estaba Greenpeace? Y la gente traga.

Unos piratas del fin del mundo secuestran un pesquero español. Pasa una larga semana de negociaciones y se paga un rescate, que el gobierno niega, para conseguir liberar a los pescadores. A Francia le pasó algo igual y a las 48 horas estaban capturados los piratas. Toda la acción de España es que “va a abrir diligencias” para ver quiénes son los culpables (la gente de la tasca en la que escribo me está mirando, porque me ha vuelto a dar la risa). Por cierto, el pesquero navegaba en régimen de piratería pues izaba pabellón falso (siendo un buque español no llevaba pabellón de España, sino bandera vasca). Y la gente traga.

España sufre desde hace meses una crisis económica y financiera de libro, que ha postrado a miles de hogares al límite de sus posibilidades y el presidente del gobierno se refiere a esta situación económica como “desaceleración”. Millones de españoles, sorbiéndose los mocos, le escuchan arrobados. Y la gente traga.

España pierde fondos europeos por no saberlos negociar, su territorio se desmiembra, es el paraíso del crimen organizado, es de las últimas en educación de Europa, la primera en abortos, la que más envejece de Europa, la menos productiva en economía… Y la gente traga.

Las tragaderas de los españoles han alcanzado su dilatación máxima en nuestra milenaria historia. Y para colmo, las digestiones no son pesadas. Los poderes fácticos que desde la instauración borbónica dirigen España hacia su ruina, no han encontrado mejor testaferro que a Zapatero. Sería injusto no reconocerlo. No será inteligente, tendrá que dormir en casa porque le da miedo hacerlo fuera, le habrán dicho “nene, tu vales mucho” y se lo habrá creído… De acuerdo. Miserias las tenemos todos. Pero Zapatero es especial y debemos rendirnos a la evidencia.

Yo lo tengo claro. ¡Zapatero, quiero un hijo tuyo! ¿Qué no puedo porque soy un tío…? Pero tú arreglarás eso, ¿no?

Publicado en aragonliberal.com el martes, 29 de abril de 2008.

El concepto de la vida humana. I

Vivimos en un momento cultural desconcertante, que sólo puedo interpretar planteándomelo como un momento de choque entre fuerzas opuestas, lo que crea el caos.

De un lado, está la fuerte tradición cultural occidental impregnada de la doctrina cristiana. Con sus claros y sus sombras, el saldo de esa tradición cultural cristiana ha dado el momento histórico al que hemos llegado, donde la ciencia, la técnica, la cultura y la sociedad han creado toda esa bondad y belleza que discurre desde El Quijote hasta la catedral de León, desde el derecho romano hasta la energía nuclear.

No me extenderé en esos argumentos. Pero reto al lector a que busque cualquier otra civilización en el planeta que haya conseguido esos logros. El cristianismo no descubrió la anestesia, pero el ambiente de estudio y libertad personal que creó la incorporación de la religión cristiana a la sociedad civil, fue la que propició y propicia todo nuestro desarrollo. Sí, a pesar de lo de Servet (murió quemado a manos de protestantes) y otros casos aislados. Insisto, medite el lector sobre semejante primavera de cultura en cualquier otra civilización o religión. No encontrará nada remotamente parecido.

De otro lado, como el hortera que compra la casona y la “restaura” añadiéndole mármoles y aluminios, hoy una corriente seudo-cultural quiere transformar nuestra sociedad creando argumentos vistosos pero absurdos, que sólo se mantienen por el enorme peso mediático. Por eso la cultura es la gran enemiga de esa modernidad.

El tratamiento de la vida es uno de los mayores absurdos de ese pensamiento “progresista” que, de forma desconcertante, sostienen tanto la derecha como la izquierda.

Para la modernidad, la vida parece ser un valor supremo. En la naturaleza, los ecologistas son los cancerberos de esta idea. Ni un árbol, ni un animal, ni una piedra, deben sufrir el ataque del hombre. Los ecologistas defienden a los bebés foca, a las águilas reales – incluso sus nidos - y a los bosques de encinas. Pero no defienden a los saltamontes, puesto que hay muchos. Ni a las vacas, porque están humanizadas. Ni a los pinos, porque son introducidos…

Según vemos, la “progresía” defiende la vida silvestre cuando es escasa, pero no le da importancia cuando es abundante o no autóctona. Es decir, no defiende la vida, sino la escasez o la rareza.

En la sociedad humana, la modernidad defiende la vida luchando contra la pena de muerte y extendiendo la medicina a todos. Pero mata a los fetos y promueve la eutanasia…

Vemos también aquí, que en la sociedad humana la progresía defiende la vida cuando es útil socialmente, y no la defiende cuando la vida no tiene utilidad productiva. Es decir, no defiende la vida, sino su utilidad o productividad.

Analizado fríamente el concepto que tiene de la vida la progresía, al lector le parecerá que tal concepto es incoherente y por lo tanto no le servirá para analizar situaciones nuevas. Efectivamente el planteamiento es incoherente y de darse esas situaciones nuevas serán los medios de comunicación controlados por la progresía los que le dirán a la sociedad cómo debe reaccionar ante las novedades.

La vida es un valor absoluto o relativo. Si es un valor absoluto, estamos todos de acuerdo. Pero la modernidad, mientras que dice que la vida es un valor absoluto, actúa como si fuera un valor relativo y es el poder quien determina cuándo la vida vale o no vale. Si la población no estuviera engañada no votaría nunca por esta postura, como lo está haciendo, pues se encontraría indefensa frente a los designios del poder. Es así que podemos comprender cómo una joven dejará a su padre en la puerta de un hospital para una actuación médica rutinaria y al pasarlo a recoger poco después, su padre era un cadáver. Un tal Montes, médico socialista de ese hospital, había valorado la vida de aquel hombre y determinado que no era una vida útil o rentable, y había acabado con ella. Su actividad sistemática en ese sentido mereció el encomio del gobierno socialista.

Ninguna persona en su sano juicio dejaría su vida a la decisión arbitraria de una instancia política. Y sin embargo media España vota al partido socialista.

Pero la otra España, ¿a quién vota? ¿el voto a la derecha le garantiza la vida? Sin duda no.

Mi opinión antes de las pasadas elecciones generales era que si la derecha hubiera alcanzado el poder, la paralización de los supuestos que autorizaban el aborto y la represión de los abortos ilegales hoy institucionalizados, habría sido un fuerte freno a esa modalidad de crimen. No era una buena solución, pero entendía era la mejor solución como medida de primera instancia. No me tachen de canelo; siempre he sido consciente de que los dos partidos dominantes en España son franquicias de una misma marca. Pero en ese momento me parecía bueno el juego de “policía bueno, policía malo”.

Sin embargo, la situación de degradación moral de media nación ha dejado claro al titular de la franquicia que comparten ambos partidos mayoritarios, que da lo mismo todo y que semejante adocenamiento no merece ni disimulo, por lo que la derecha ha entrado también en la dinámica del descaro y se ha marcado un tiempo postelectoral de desenfadada burla de su elector de buena fe.

Esto no es malo, sino todo lo contrario, porque ahora ya sabemos de cierto dónde estamos todos.

La derecha que representa el Partido Popular mayoritario en la oposición, tampoco garantiza la sangría de inocentes que sufre España día a día, en un trágico record con el resto de países desarrollados, de hecho el único récord junto al nivel educativo más bajo, el de la población más vieja y el de paraíso de delincuentes y proxenetas.

El concepto de la vida de quienes nos gobiernan - y de quienes tienen por número de votos una posible alternativa a gobernarnos – es el mismo, con diferente grado de radicalidad, pero el mismo. Y ese concepto de la vida hemos visto que es incoherente y se mantiene artificialmente a través de los medios de difusión, mayoritariamente en manos o influidos por el poder.

No habría que ir más lejos para repudiar la idea “progresista” de la vida. De hecho ningún “moderno” cabal, de haberlo, le llevará la contraria a usted si le plantea, en los términos en que lo hemos hecho, esa incoherencia de planteamiento sobre la vida. Sin embargo, hay un pero.

Ese pero está en que los “modernos” discuten sobre si el no nacido tiene derechos o no. Sobre si es persona o no. Y argumentan, con énfasis pero sin datos, que el no nacido no es persona y como no tal, no tiene derechos y al no tener derechos puede ser extirpado como un grano.

Hasta ahora hablábamos de incoherencia en el planteamiento de la vida por parte de los “progresistas”. Podemos añadir de ese silogismo, en el que la primera premisa es errónea, que la idea de la vida de los “progres” es, además de incoherente, falsa. Y del conjunto de esas ideas incoherentes y falsas, surge la evidencia de que esos “modernos” defienden, por estupidez o malicia, un concepto antinatural de la vida. Y un planteamiento de ese género lleva, indefectiblemente, a la destrucción de la sociedad que lo adopta.

Pero eso lo discutiremos otro día.

Publicado en aragonlibersal.es, el miércoles 30 de abril de 2008.