miércoles, 31 de diciembre de 2008

Selección natural y política

Para celebrar el fin de año he actualizado unas notas que escribí el día 3 de octubre de 1996, a las que he colocado este prólogo y un epílogo y poca cosa más, y que me vienen al paso con lo del atentado terrorista de hoy y con todos los comediantes de la farsa política que imagino habrán reiterado su numerito vacío y manido, que es secuela de todo atentado. A ellos les dedico estas líneas.

No hay sitio donde se mire que no se vea algo disonante, absurdo, inconsecuente, irregular, discordante y, a veces, cruel. Y lo primero que uno se pregunta, es si todo eso está mal aposta o es consecuencia de la incompetencia de los gobernantes.

Más parece eso último, la incompetencia de los gobernantes, pero si aceptamos que quienes nos gobiernan son especialmente imbéciles, hemos de creer en una selección natural del estúpido en el ámbito de la política, una selección natural que hace progresar a los más menos y hace evitar la política a las personas honradas e íntegras. Como alternativa, podemos pensar en unos poderes fácticos que colocan al más tonto e inmoral donde más se manda, para manejarlo todo a su antojo manipulando al tonto.

¿No cabe como alternativa la posibilidad de que la estupidez de los gobernantes sea sólo la puesta en evidencia de una estupidez congénita de toda la sociedad de dónde salen esos gobernantes? Eso exigiría que la totalidad de la sociedad española fuera estúpida, cuando tan sólo la mitad vota a los socialistas o nacionalistas y, aún dentro de estos, hay personas listas.

Sin duda funciona la selección natural a la que coadyuva los poderes fácticos. Por eso, habiendo “buenos” sólo llegan los “malos”. Que llegan los tontos justifica esas situaciones de astracán que ponen en evidencia a los políticos incluso frente a la población más elemental intelectualmente, situaciones que sin duda disgustan a los poderes fácticos y que se generan cuando uno de los politiquillos de primera línea se pone a hacer monerías imprevistas sacadas de su propia cosecha.

Es frecuente que esas situaciones disonantes y absurdas fabricadas por los políticos, no se refieran sólo a temas trascendentes, sino que las vemos también en asuntos relacionados con el comportamiento más trivial o banal, asuntos como gastarse dinerales en decorar el propio despacho, tunearse el coche oficial o acondicionar una vivienda oficial como nido de encuentro para relaciones espurias.

Es entonces cuando verdaderamente se radiografía la situación; no puede salir bondad, sensatez y moderación de dónde no la hay, no puede haber buenos gobernantes en una sociedad mayoritariamente corrupta y no pueden existir buenas directrices con unos poderes fácticos miserables. Las personas cabales no tienen hoy lugar en la política, porque quien dirige la política no es cabal. Eso no es bueno, pero es una realidad evidente. No es bueno, pero tampoco es inevitable.

Nada cambiará en ese sentido en 2009, pero el nuevo año nos trae una buena noticia y una incertidumbre; la buena noticia es que no hay mal ni bien que cien años dure, por lo que a los “malos” les queda un año menos. La incertidumbre es lo que saldrá a corto plazo de la situación entre el moralmente maltrecho Occidente y el arrebolado Islam. Creo que 2009 va a ser un año que hará historia en lo que se refiere al equilibrio de poderes en el mundo.

Que Dios nos coja confesados.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Cualquier tiempo pasado fue mejor

Leo en el número 24 del boletín de las Misioneras de las Doctrinas Rurales, las impresiones de una de ellas: “…A medida que va pasando el tiempo, la gente te abre el corazón, te cuenta cómo era su vida hasta no hace mucho, de trabajo duro en el campo y lleno de sufrimientos… Sin embargo coinciden en que, a pesar de todo y de que ahora tienen muchas más comodidades, entonces eran más felices…”.

Lo primero que me ha venido a la mente son los versos del paredeño Jorge Manrique (1440-1479) en sus “Coplas por la muerte de su padre”:

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

“Cualquiera tiempo pasado fue mejor”... Quizás las labriegas de la cita de la misionera, aquellas que “entonces eran más felices” según sus propios pareceres, sentían lo mismo que sentía Manrique, por lo que el comentario de la misionera no tendría mayor trascendencia.

Sin embargo, hay factores muy diferentes entre el tiempo de Manrique y el nuestro. Entonces, la extrema rudeza de la vida cotidiana y la incertidumbre del futuro más inmediato, hacían que el pasado fuera para aquellas gentes un refugio de su presente. Con una mortalidad infantil próxima al 50 por ciento, una esperanza de vida rondando los 30 años, diez menos para las mujeres que eran diezmadas por las infecciones en los partos… entiendo que Manrique escribiera, sin más limitación que “a nuestro parecer”, que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Si la labriega que hace unos siglos tenía enormes probabilidades de no pasar de los 20 años, la de hoy vive en circunstancias muy diferentes. Cierto que la campesina de hoy, en su infancia y sin llegar a aquellos extremos, vivió al borde de sus fuerzas, pero hoy trabaja con tractor, tiene una avanzada medicina gratuita que vela por su salud, disfruta de seguridad social y tiene una enorme probabilidad de llegar a los 80 años con facultades para disfrutar de la vida. Si además es andaluza, disfruta del privilegiado paro agrícola andaluz. ¿Qué pueden añorar nuestras protagonistas? ¿por qué antes “eran más felices”?

No cabe duda de que las comodidades de hoy hacen felices a los que vivieron tiempos duros, pero no les hace “más felices” que antes. Hoy parece que todo es mejor, incluso la edad, que siendo más, pesa menos. La diferencia está en algo intangible, inmaterial. La misma misionera más adelante nos da una pista de eso que provoca el déficit de felicidad en esas mujeres y en muchas otras mujeres y hombres: “…es el fruto de una sociedad que pretende ocultar y arrinconar a Dios”.

Efectivamente, la ausencia de Dios provoca un desasosiego que pesa a muchos, creyentes y no creyentes. No en vano la existencia de Dios y la inclinación al natural sometimiento a la ley natural han estado presentes en la esencia del hombre desde que es hombre. Luego, a la luz del cristianismo, Occidente floreció y creó cultura hasta que a una minoría se le ocurrió no sólo vivir sin Dios, sino hacer vivir sin Dios a toda la sociedad. La libertad permite al hombre ese experimento, pero no sin sus costes. Y el coste más inmediato de sacar a Dios de nuestras vidas es perder la felicidad.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Eucaristía de las Familias

No pude estar en la Plaza de Colón de Madrid, por mi convalecencia. Escuché en la radio la homilía del Cardenal Rouco. Luego he leído que la convocatoria fue muy atendida.

Hacer acto de presencia esta mañana en la Eucaristía de las Familias, no era sólo una cuestión de católicos. La participación en la celebración litúrgica sí, la presencia no. Cualquier persona, de cualquier condición sexual o de cualquier ideología, que esté en su sano juicio, debe aprovechar estas ocasiones, las organice quien las organice, para mostrar su desacuerdo con un gobierno, el que sea, que lleve una trayectoria legislativa criminal y antinatural.

Intentar destruir la familia es un atentado a la ley natural y un genocidio cultural. Permitir el aborto, es simple y llanamente un crimen. Hacer leyes que estipulen el formato de ese crimen es lo que en términos legales se llama genocidio. En esta situación, quienes redactaran, promulgaran o aplicaran esas leyes, serían genocidas. Creo que es este el único delito del código penal español que no prescribe.

Los medios controlados por el gobierno, casi todos, quieren hacernos creer que defender la vida y la familia es una cuestión sólo de curas. No es cierto. La Iglesia católica es una de las pocas instituciones – la principal - que hoy se atreve a levantar la voz, pero son muchos los españoles, de toda condición, que están por esa labor. La minoría son ellos, los enemigos de la razón y de la vida. Por eso no está todo perdido porque “los malos” son un ídolo con los pies de barro… y la cabeza de estiércol.

martes, 23 de diciembre de 2008

La Iglesia en Extremo Oriente

Soy un mal lector porque leo varios libros a la vez. Naturalmente, no son novelas (una sí, de Julio Verne, “A través de la Estepa”; la recomiendo), porque de otra forma sería un verdadero lío.

Quizás leo varios libros a la vez porque así me lo pide el cuerpo y, siendo razonable, procuro satisfacerlo. De esas lecturas me surgen temas para meditar, por lo que resultan más lentas.

Todo este preámbulo viene a que deseo comentar una cita de un libro, que empecé a leer haces unas semanas, cuando me lo recomendó un sacerdote amigo. El libro tiene 84 páginas en un formato de bolsillo y la cita que traigo es de la página 25. ¡Varias semanas y en la página 25! Pues sí. Ya me he justificado de antemano.

El libro es “Cinco panes y dos peces” y su autor es Francisco Javier Nguyen van Thuan. Está prologado por el Cardenal Ricardo María Carles, que fue Arzobispo de Barcelona, de grata memoria para los buenos católicos catalanes.

Francisco Nguyen, después de una intensa y fructífera vida religiosa, fue nombrado por Pablo VI, en 1975, arzobispo coadjutor de Saigón, nombramiento que iría seguido de trece años de tortura en un “campo de reeducación” comunista, de esa izquierda cuyos primos hermanos tan bien conocemos en España. Sí, los mismos.

A lo que íbamos. Viéndose en la cárcel en unas condiciones extremas de soledad y de supervivencia, habiendo dejado tanta labor a medio hacer en un ambiente tan proceloso, el religioso desesperaba sometido a la inactividad y “separado de mi pueblo”, de su rebaño. “…Una tortura mental, en el vacío absoluto, sin trabajo, caminando en la celda desde la mañana hasta las nueve y media de la noche para no ser destruido por la artrosis, al límite de la locura…”. ¡Trece años!

En estas circunstancias, nuestro hermano nos dice: “…Una noche, desde el fondo de mi corazón, oí una voz que me sugería: “¿Por qué te atormentas así? Tienes que distinguir entre Dios y las obras de Dios. Todo lo que has hecho y deseas seguir haciendo: visitas pastorales, formación de seminaristas, religiosos, religiosas, laicos, jóvenes, construcción de escuelas, de hogares para estudiantes, misiones para evangelización de los no cristianos… todo eso es una obra excelente, son obras de Dios, pero ¡no son Dios! Si Dios quiere que abandones todas esas obras, poniéndolas en sus manos, hazlo pronto y ten confianza en Él. Dios hará las cosas infinitamente mejor que tú; confiará sus obras a otros que son mucho más capaces que tú. ¡Tú has elegido sólo a Dios, no sus obras!”…”.

Este es el motivo de mi escrito. Francisco Nguyen nos habla de una situación extrema que no es nuestro caso, pero ¿no podemos aplicar este razonamiento a nuestro día a día? ¿No hay momentos en los que parece que le decimos a Dios lo que debe hacer, en lugar de aceptar su voluntad? ¿No utilizamos demasiado a menudo tontas coartadas de trabajos anodinos, para rehuir nuestras verdaderas y primeras obligaciones hacia Dios? Incuso voy más allá y en muchas ocasiones veo que también algunos católicos no ya se refugian en sus menudas obligaciones domésticas para relegar a Dios, sino incluso para eludir los más elementales parámetros de la caridad hacia el prójimo.

Feliz Navidad.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Algo tendrá el agua cuando la bendicen

El que en España, nación tan aficionada al buen vino, el saber popular reconozca que algo tiene el agua cuando la bendicen, deja claro que el español será lo que sea, pero no es tonto. A la hora de la verdad, lo que mejor fluye es el agua.

La crisis económica que estamos viviendo sirve, al menos, para aclarar ideas:

El gobierno y sus amigos y aliados están gastando lo que no está escrito en tunearse los coches oficiales, en redecorarse despachos, en viajar como cosacos, en financiar secretamente a banqueros y a capitalistas inmobiliarios… Al tiempo y para colmo, están racaneando la devolución de la renta, trasteando con los subsidios de paro y amagando, a dúo con la oposición, la bajada de las pensiones y del paro.

Los banqueros – que están recibiendo del gobierno, en secreto, fondos públicos y exenciones fiscales para que no decaigan sus beneficios multimillonarios -, aprietan el cuello de los infelices que se han hipotecado con ellos y están dejando en la calle cada día a más familias, familias que paradójicamente les financian con sus impuestos, que el gobierno desvía hacia esos banqueros.

La Iglesia - tachada de reaccionaria y peligrosa por el gobierno y por los medios financiados por la banca y por algunos millonarios españoles -, ha renunciado a financiarse de los presupuestos públicos y se dedica, además de toda su ingente labor espiritual y social, a dar de comer a quienes no tienen qué llevarse a la boca a causa de la crisis. Para que la Iglesia te dé de comer, no has de ser católico, ni rellenar ningún impreso, ni justificar nada… sólo has de tener hambre.

¿Cuál es la conclusión? Que aquí la única de fiar es la Iglesia católica. Todo lo demás es demagogia y estafa.

Si tienes hambre, ni Zapatero, ni Montilla, ni Botín… Iglesia católica. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

martes, 16 de diciembre de 2008

Más sobre el Génesis y la evolución

Dos palabras sobre las secuelas del artículo “El Génesis y el origen del universo y de la vida”, que publiqué el domingo 12 de octubre de 2008 en este blog.

Me decepciona el criterio de personas que conozco y que creía profundas y el de personas que no conozco pero que dedican tanto tiempo a decir tonterías y a nombrar lugares comunes sobre ese libro del Antiguo Testamento. El lector habrá adivinado que llevo días leyendo en Internet contenidos sobre el tema.

Voy a ignorar los patéticos “argumentos” de páginas ateas y gnósticas de Internet y me voy a centrar en una crítica significativa a mi artículo, realizada por una persona querida, católica y reconocida autoridad en el mundo científico español. En relación al contenido de mi artículo, dice: “Parece desconocerse que la Biblia utiliza expresiones culturales de su entorno. En el caso del Génesis, la influencia del Enuma Elish es considerable. Lo importante para nosotros (cristianos) es la versión monoteísta y respetuosa con la idea de Dios, depurando todas las visiones y expresiones antropológicas. Justamente los “aspectos científicos” (orden de la Creación y sus características, etc.) de la Biblia son de la cultura sumeria”.

Hace tiempo leí una trascripción al español del Enuma Elish, (poema babilónico que narra el origen del mundo). Me pareció un rollo Macabeo y me llevó a admirar más, si cabe, la labor de síntesis del Génesis si realmente fuera el caso de que se hubiera inspirado en el espeso lío de versículos de aquel poema. Animo al lector a que consulte en Internet ese texto y luego se lea la entrada del Génesis referida a la creación del mundo; un abismo. Si a eso añadimos como característica del Génesis, “la versión monoteísta y respetuosa con la idea de Dios, depurando todas las visiones y expresiones antropológicas” que señala mi crítico, tendremos claro por qué el libro inspirado es el Génesis y no el Enuma Elish.

Naturalmente que todas las civilizaciones se influyen por su ambiente. De hecho, el propio Jesús valida el Antiguo Testamento y no pretende cambiarlo. Si el cristianismo se acabara hoy, un argumento de los ciudadanos de dentro de dos mil años sería que la doctrina de Jesús estaba copiada del antiguo judaísmo – se compararían textos del A. T., letra a letra, con algunos del N. T. -, y por lo tanto deducirían que el cristianismo no era más que una burda copia de “expresiones culturales de su entorno”. Sin embargo sabemos que no es así.

La postura favorable de un científico católico hacia esos inconsistentes argumentos de la ciencia oficial y de autores aficionados al esoterismo, es una expresión del síndrome de Estocolmo de esos católicos en relación con la ciencia oficial.

Tampoco digo en ningún lugar de mi escrito que el Génesis sea un libro científico, sino que marco la sorprendente coincidencia de sus descripciones con la ciencia moderna (“…el contenido “técnico” del Génesis no es disparatado si lo contemplamos a la luz de las más modernas teorías científicas sobre el origen del universo y de la vida…”). A este respecto recalco que “No pretendo decir que el Génesis sea un libro de ciencias naturales, pues hemos de tener claro que “…la interpretación cristiana del Antiguo Testamento es… una interpretación teológica, pero al mismo tiempo plenamente histórica”…”. La cita se refiere a un texto de la Pontificia Comisión Bíblica.

Creo que fui muy prudente al hacer afirmaciones a favor del Génesis, desde luego más de los que las hacen en contra y que dan por absolutamente cierto que están en la verdad. En mi artículo señalo cuál entiendo deber ser la actitud del católico hacia ese libro sagrado del cristianismo y hago hincapié en las asombrosas y evidentes coincidencias de su contenido con la ciencia actual, en la intención de salir al paso de los que desde dentro y desde fuera señalan al Génesis como absurdo, sin ningún fundamento más allá del adoctrinamiento ateo de moda.

Siguiendo con la crítica a mi artículo, leo: “La idea de Evolución (que se encuentra de forma parecida en los exegetas cristianos) es neutral con la Creencia en Dios. \ Lo malo es su uso fraudulento y sectario”.

Por descontado. En mi artículo afirmo igual: “La teoría evolucionista, de demostrarse cierta algún día aunque sea parcialmente, entonces como toda ciencia veraz no será incompatible con la existencia de Dios. Dios tiene cabida en toda Verdad, pues es la Verdad última”.

Pero debemos tener presente que la teoría evolucionista no es más que eso, una teoría, y una mala teoría. Es una mala teoría porque es incoherente y carece de evidencias en el mundo real, aunque su planteamiento suena lógico si evitamos mirar al mundo natural. De hecho, desde Darwin, la Ciencia ha ido desmontando, uno a uno, los planteamientos evolucionistas. El mismo Darwin, probablemente el defensor más bienintencionado de su teoría, reconoció en su obra las graves limitaciones de sus planteamientos. Si hay ocasión, otro día hablaremos de ello.

No me sorprende el modo de aferrarse al evolucionismo de personas sin cultura o débiles de carácter, alienadas por su ideología o temerosos de ser marginados en el mundo académico. Pero un investigador honrado - por descontado un investigador católico - no debería dar por sentado lo que no es. La teoría evolucionista no está demostrada y tiene innumerables lagunas, algunas de fondo. ¿A qué apuntarse a algo tan inconsistente? ¿por miedo a ser señalado?

Un investigador que parta con prejuicios, no llegará a ningún sitio razonable. Ignoro si acabará demostrándose la teoría de la evolución – no me preocupa que así sea – pero desde luego no llegará a la verdad quien parta castrado por una teoría sometida a un planteamiento ideológico y sin calidad científica. Quien repase mi artículo encontrará referencias a que los hitos en las ciencias del universo, de la biología y de la genética no sólo son científicos creyentes, sino clérigos católicos, hombres de mente libre en busca de la Verdad.

“…Limpiar los ojos. No vasta querer ver… Se requiere disponibilidad o receptividad para lo que aparezca, sin interponer condiciones que enturbian o tapan la visión… ¿Limpiar los ojos es acaso fomentar la “credulidad”? No; es fomentar la objetividad…” (José Guerra Campos. 1920-1997. Obispo, teólogo y filósofo español).

Esto quería concluir sobre las secuelas de mi artículo sobre el Génesis.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Nuestros masones son diferentes

Alguien me comentó que el partido socialista (PSOE) obedece a la disciplina masónica francesa, mientras que el Partido Popular (PP) está sujeto a la masonería norteamericana. ¡Estamos buenos y está buena la masonería con semejantes testaferros!

Que el PSOE obedece a la francmasonería es evidente, pues no parece que sus dirigentes lo quieran ocultar. Hay mucha documentación al respecto y no es ese el motivo de mis líneas. Que el PP no es trigo limpio queda claro por la actitud de sus dirigentes, a la cabeza de los que está el tal Mariano. Ya comenté mi opinión sobre él (entre otros, “Duelo de titanes”, 4 de marzo de 2008, en este blog). Me creo que semejante pánfilo no sea autónomo, y no me extraña que seguir aquella disciplina le deba hacer sentir importante.

Pero lo que me intriga es, ¿porqué los masones son tan distintos aquí que allí? Teniendo en común su aversión a lo católico, tanto los franceses como los estadounidenses, tienen un gobierno central sólido, limitan muchísimo o mucho todo lo que supone autonomías, respetan su bandera y su himno, admiran a su ejército, persiguen la corrupción,…

Sin embargo, en España el gobierno masónico de disciplina francesa, practica hasta el hastío la corrupción descarada, fomenta el separatismo, se cisca en la bandera nacional y vitupera al ejército o se befa de la población equiparando uniones homosexuales con el matrimonio. La oposición masónica de disciplina norteamericana es seguidista hasta el ridículo, y pija hasta el extremo.

Puestos a tener fantasmones en el poder, ¿no podríamos tener unos masones como, por lo menos, los de origen? Ya que nos mandan los masones franceses y americanos, ¿no podríamos ser como Francia o EE.UU.? ¡Qué cruz con lo de “España es diferente”!

viernes, 12 de diciembre de 2008

¡Cómo está el terrado!

Durante esta semana pasada, han ocurrido demasiadas noticias que dejan al gobierno y a los políticos de su órbita en la triste evidencia de su catadura.

Parece que cuando una situación es evidente, cuando le pillan a uno con el carrito del helado, ya no le debe caber más solución que dimitir. ¡Pero no! Como arengaba el veterano militar a sus huestes antes de la batalla, “¡antes morir que perder la vida!”

Joan Tardá, diputado de ERC en el Congreso, grita "¡Muera el Borbón!" en un acto de ERC contra España y la Constitución. Luego nos dice que "Esta expresión se refiere a una crítica a la monarquía como institución, en ningún caso se tiene que interpretar dirigida a una persona física… Nunca he deseado la muerte de nadie". (¡) Bono, el presidente del Congreso dice refiriéndose a Tardá: "No es un desalmado, es un poco impulsivo… algo primario en su modo de manifestarse".

El alcalde de Getafe y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, llama "tontos de los c…" a los votantes del PP. Luego nos dice que “Soy todo un torbellino, me caliento más que el pico de una plancha…Pido perdón todas las veces que sea".

El Ministerio de Exteriores no sabe si el documento sobre las escalas en España de aviones norteamericanos en viaje a Guantánamo, informe clasificado como “muy secreto” fue sustraído o se perdió "en alguna mudanza".

Para echar carnaza y dar un respiro a los “malos”, el PP espolea a su viejo dinosaurio Fraga, que suelta unas declaraciones diciendo que hay que colgar a los nacionalistas por sus partes. Todo lo anterior a quedado en nada… ya sólo es el PP.

Para aderezar lo escatológico con lo banal, el Gonzalez y el Piqué aparecen en la prensa rosa con sendos romances.

¿En que manos estamos? ¿cómo puede haber tanta basura, tan amontonada, en tan poco sitio? Si esto es el presente de España, ¿qué nos espera en el futuro?

Que Dios nos coja confesados.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Inmaculada Concepción

Escrito el día 8 de diciembre de 2008.

Hoy es la fiesta de la Inmaculada Concepción. Estoy en un ambiente familiar y festivo por esta celebración. No sé si seré capaz de abstraerme de la algarabía de niños y mayores para escribir sobre lo que meditaba esta mañana.

Nunca he entendido lo de la herencia del pecado original. Mi esquema de la justicia no entiende que un pecado cometido por un padre deba sufrirlo su hijo y menos aún toda su descendencia. Creo que es éste un sentimiento común a muchos cristianos, aunque es cierto que pocos tienen la honradez de expresarlo. Baso esta opinión en que cada vez que expongo mi pensamiento con intención de encontrar argumentos para reconducir mis dudas, alguien se empeña en repetirme, como única explicación, que somos hijos del pecado, como si yo fuera un extranjero que no entendiese el idioma. Y si insisto en que no lo entiendo, me repiten las mismas palabras pero en voz más alta, como cuando a un turista le queremos explicar en nuestro idioma cómo se llega al Corte Inglés.

Pero yo no me quiero engañar, como lo hacen otros, intentando explicarme lo que para mí es inexplicable o, en el mejor de los casos, ininteligible. No entiendo lo de la herencia del pecado original, pero lo creo, porque como ya he escrito en otros lugares de este blog, la Biblia va descubriendo su profundo sentido a medida que pasa el tiempo, de manera que es un libro siempre actual y sorprendente, muchas veces difícil o confuso en su interpretación. Por ese motivo es una postura acertada confiar en el milenario Magisterio de la Iglesia, basado en el criterio de personas inspiradas, buenas y con capacidad intelectual sobresaliente, que a lo largo de la historia han interpretado estos conceptos complejos del mensaje de Jesús, fundador de esa Iglesia. En consecuencia, creo en el pecado original y, sin entenderlo, creo que todos lo llevamos impreso cuando nacemos.

Y por la misma razón por la que no entiendo la herencia del pecado original, sí entiendo que la Madre de la Iglesia naciera sin pecado original. Por eso cuando hoy el sacerdote insistía en la homilía en ese hecho, pensaba para mí; “te entiendo bien, no has de insistir, pues no hay nada más razonable y de sentido común que la Madre de la divina gracia naciera sin pecado original”.

Desde ese principio evidente, no hay cauce más pacífico que el devenir de la historia de nuestra Madre purísima. Como nació sin pecado original, vivió sin las taras de ese pecado y en consecuencia la Madre castísima vivó en plena paz de espíritu desde su concepción, pues siguió estando en relación íntima con Dios; la Madre intacta nació y vivió en el paraíso terrenal y desde su asunción, vive en el mismo cielo.

Sin duda, la Madre incorrupta fue tentada, como lo fue su Hijo. No podría dejar de estrellarse la torpe soberbia de Satanás en el muro inamovible de la Madre inmaculada. Animado con el éxito en la imperfecta Eva, quería el Maligno rematar su proeza en la Madre amable, ignorando en su estupidez la diferencia de fondo entre la Eva del pecado y la Madre admirable del sin pecado.

En su momento, nada más razonable que nuestra amada Madre del buen consejo, fuera cubierta por el Espíritu Santo para engendrar a Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre. ¿Podría haber sido de otra forma? Sería un absurdo lógico cualquier otra fórmula.

La ausencia de pecado original implicó que la Madre del Creador pariera sin dolor, pues el dolor en el parto es una consecuencia del pecado original. Y si sin dolor vino Jesús al mundo, ninguna secuela dejaría en la Madre del Salvador, que continuó virgen y continuará hasta el incomprensible infinito.

La Virgen prudentísima es el ejemplo de lo que habría sido la humanidad sin pecado original. Pero no fue así. No me resigno.

Y como no me resigno, rumio cómo puedo participar de la Gracia de la Virgen digna de veneración, para lo que encuentro buenos argumentos. El primero y más evidente es que si Jesús, en la cruz, me dio la opción de hacerla mi madre, le tomo la palabra; quiero que la Virgen digna de alabanza sea mi madre, con las obligaciones que una madre tiene para con sus hijos, por ingratos y desapegados que sean. Además, si la Virgen poderosa es la madre de Dios y nosotros fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza, reivindico de la Virgen clemente su maternidad de mi parte divina y de paso, abusando de aquella clemencia, de la parte humana, íntimamente ligada al espíritu.

sábado, 6 de diciembre de 2008

La cúpula de Barceló y la España de Zapatero

A estas alturas todos saben de qué se trata; Barceló pinta un techo en Palacio de las Naciones en Ginebra, por 20 millones de euros (más de tres mil millones de pesetas), de los que 6 millones de euros (cerca de mil millones de pesetas), son los honorarios del joven artista, a los que se debe añadir el alquiler de la vivienda del “genio” (unos 10.000 euros al mes) y los honorarios del cocinero francés contratado especialmente para él. El techo, un conjunto de estalactitas policromadas a manguerazos de pintura – calificado por los progres como la nueva “Capilla Sixtina del siglo XXI” -, se está cayendo al poco de inaugurarlo. Los fondos utilizados por España para este proyecto - en plena crisis económica y con casi tres millones de españoles en paro - tenían una parte destinada originalmente a ayuda al desarrollo en el tercer mundo. La ONU intenta ocultar el fiasco del techo que se cae y en España el ministro socialista de Cultura justifica el derrumbe.

¿A que les suena esta historia? A mí me suena a la España de hoy. La historia del techo de Barceló es una maqueta de la España de Zapatero. Veamos.

Un joven político (como Barceló es un joven artista), se empeña, sin experiencia ni conocimientos, en el proyecto que le va grande de dirigir España (Barceló, un artista bisoño que evidentemente desconoce incluso la técnica, a la vista de los resultados, se empeña en un proyecto que ha quedado evidenciado le va grande). Salva a Zapatero su utilidad a los poderes fácticos (salva a Barceló, su amistad con Zapatero y su entorno).

Zapatero se enzarza en gastos desmesurados e improductivos (vestir “guapas” a las “militaras”, crear ministerios inútiles, financiar a través de las Autonomías embajadillas en otros países y fomentar el racismo separatista,…), como es desmesurado e improductivo el gasto en el techo ginebrino. Todos esos gastos de Zapatero tienen un denominador común; hacen millonarios a sus amigos (el gasto en el techo ha hecho millonario a Barceló, amigo de Zapatero).

Con estos prolegómenos, no podía ser menos que Zapatero fracasase en su proyecto de dirigir España, que es hoy la última nación de occidente en cultura y economía, y la primera en corrupción y aborto, salvo que esos fueran los objetivos de los poderes fácticos que le amparan y sostienen (el techo de Barceló se está desmoronando).

Frente a la situación de caos, Zapatero y los suyos intentan ocultar la realidad de España. Primero negando la evidencia, luego atenuándola, luego creando falsas expectativas de futuro y, en última instancia, echando la culpa a Bush y a Franco (la ONU intenta ocultar la situación colocando planchas de madera en las puertas de cristal que dan a la sala dónde el techo se está cayendo, prohibiendo entrar en ella a la prensa y silenciando la situación). En un extremo de decadencia intelectual y moral, el ministro español de Cultura socialista justifica el fracaso del techo calificando a Barceló como "el Miró de nuestro tiempo" - nunca me ha gustado la pintura de Miró - y sentenciando que "nada es gratuito, y el mundo de la cultura tampoco" por lo que su arte "cuesta dinero".

Mientras, como no cabía otra cosa con semejantes mimbres, la realidad es contumaz; la España de Zapatero y el techo de Barceló, se desmoronan.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Indigestión de sexo

El tiempo que uno pierde viendo la televisión, es un indicativo de su grado de sumisión al poder. Por lo que a mi respecta, hace años que la veía en momentos de relajación. Luego me limité a las películas que me interesaban. Hoy utilizo la televisión para ver videos y para, cuando puedo, disfrutar de series clásicas – normalmente norteamericanas - que, por economía en las televisiones locales de poca audiencia y para mi gozo, son relativamente frecuentes.

La producción de series en la televisión española es monotemática; sexo, con especial atención a sus fórmulas más retorcidas. Dejé de ver producciones españolas, en cine, series o teatro, no ya sólo porque me causa repulsión intelectual la exclusiva clave de sexo en la inmensa mayoría de sus argumentos, sino porque esos argumentos no son siquiera originales, sino que evidentemente reproducen la vacía, fácil y depravada vida de una buena parte del mundillo de la farándula y de los políticos que la alientan. Sólo así se puede interpretar la poca originalidad y monotemática de argumentos basados en personajillos de un mundo endogámico, dados a la droga de moda y obsesionados por el sexo.

El sexo, sin más, es en el ser humano es una actividad alienante (“proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición”, del Diccionario de Lengua Española). No lo es en el mundo de los irracionales porque la naturaleza se encarga de regularlo. Durante la actividad sexual, el animal deja todo de lado, incluso su seguridad, para dedicarse a la reproducción. El animal, satisfaciendo su instinto sexual o atendiendo a su reclamo, está indefenso y es fácil de sorprender y cazar. Es ese uno de los motivos por el que la naturaleza regula esta actividad con celo, en su doble sentido.

Así como la propia naturaleza regula la actividad sexual del irracional, en el caso del hombre, único ser creado libre, es él mismo quien debe regular esta actividad desde la recta razón, para evitar alienarse y quedar indefenso, derrotado, y alejado de su condición. No controlar la actividad sexual en su medida y en su función, lleva al hombre a colocarse al nivel de los seres irracionales, con un inconveniente importante sobre ellos, cual es el perder incluso la referencia de lo natural alterado por una razón adulterada por falta de libertad.

No estamos hablando de una norma terapéutica para mantenernos en forma, ni de un ejercicio de práctica de nuestra voluntad. No, hablamos de mantenernos en la dignidad de personas. La templanza no es algo que se dicte necesariamente desde la fe religiosa, sino que afecta a todos los hombres, desde el principio, aunque bien es cierto que la fe religiosa ayuda y da sentido a la ley natural.

Por su naturaleza de instinto, es sexo es una trampa fácil, elemental. Por eso el gobierno más torpe y rudimentario es capaz de utilizar el sexo para mantener a la población en estado de “celo” permanente y, consecuentemente, dócil e inerme. España es hoy un paradigma de represión del pueblo a través del sexo, lo que explica la pasividad de una mayoría de la población frente a políticas aberrantes y criminales y la impunidad de los políticos en la torpe mentira y en la corrupción como normas de vida.

Aliento a romper las cadenas con la televisión procaz, en su forma o en su fondo. No es tarea fácil – especialmente para aquellas personas que carecen de la fuerza de la fe en Dios -, pero es tarea imprescindible en el camino de alcanzar la Verdad y, con ella, la libertad.

martes, 2 de diciembre de 2008

Comentarios

A raíz de incluir comentarios de los lectores en un artículo de este blog (“Aguirre y Blanco”, 29 de noviembre de 2008), alguien me ha comentado, extrañado, el que no deje incluir esos comentarios en todos los artículos del blog. Es una extrañeza sin fundamento.

¿Ha leído, lector, los comentarios de otros blogs? A veces me entretengo en eso, en repasar comentarios a artículos que previamente he leído; la inmensa mayoría de los comentarios son intervenciones vacías, tópicas, de redacción fatal y en ocasiones groseras y crueles, para colmo algunas veces no tiene ni que ver – o sólo marginalmente - con el artículo comentado. Los “comentaristas” de aragonliberal.es son de una corrección atípica, por eso me animé a incluirlos. Sin duda habrá más medios con lectores prudentes, pero no los conozco y no es lo normal.

Me da la impresión de que en esas abundantes intervenciones desafortunadas, el comentarista es incapaz de organizar cuatro ideas y escribirlas con coherencia en un artículo, y su alternativa es juntar unos lugares comunes que articula en su cerebrito al leer el titular de un artículo y que luego estampa en él como comentario. Estoy seguro de que muchas veces el interfecto ni lee el contenido completo de artículo que comenta. Naturalmente, insisto, un porcentaje de “comentaristas” escapa a este perfil general que con juicio tan subjetivo describo.

Por eso no doy aquí opción a comentarios. Estoy convencido de que la mayor parte de mis lectores entran puntualmente por error o por curiosidad, por lo que con mi medida de reprimir los comentarios evito que su aburrimiento se ensañe con mi tiempo. Sin duda habrá alguna excepción y pierdo la ocasión única de conocer a una persona interesante… pero estoy tan hecho a perder ocasiones, que no viene de una.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Pingüinos gays

No es un titular malintencionado ni con pretensiones ofensivas. Es el titular de un suceso ocurrido hoy en un lugar muy lejano, seguido de una fantasía inspirada en nuestra España contemporánea.

Transcribo una noticia leída hoy en Libertad Digital: “Dos pingüinos gays, castigados por robar un huevo: Dos pingüinos machos que han formado pareja… han sido separados del resto de animales de su especie en un zoo de Harbin (noreste de China) después de que intentaran robar un huevo de una pareja heterosexual… Según informaron fuentes del propio zoológico, "se trata de una pareja que ha intentado robar huevos de otras, algo que fue descubierto por un cuidador, y se ha decidido encerrarles en otro recinto", señaló una de las portavoces del zoo, Cheng Yang… Según Cheng, es bastante fácil que en un intento de robo el huevo se rompa, lo cual añade riesgos innecesarios a un proceso reproductivo que en los pingüinos no es nada sencillo, y menos todavía en cautividad…”

Esa es la noticia del suceso acaecido en China. En España, la noticia habría sido de este tono: “Dos pingüinos gays, víctimas de homofobia: Un matrimonio de pingüinos ha sido víctima de homofobia cuando intentaban adoptar a un huevo. Las autoridades del zoo no han hecho más que poner pegas a los constantes intentos de este matrimonio gay a ejercer su derecho a la adopción. Gracias a la presión del sindicato “Pingüinos Locas”, el Gobierno ha expedientado a las autoridades del zoo y les pide penas de 10 años de cárcel e inhabilitación de 30 años para administrar zoos mixtos. El grupo de pingüinos bisexuales hostiles a la adopción, han sido condenados a reciclarse con tres meses de educación para la ciudadanía. La posible rotura del huevo adoptado carece de importancia, pues un pingüino no nacido no es un pingüino y carece de derechos. Además, los otros pingüinos tienen muchos más huevos”.

Publicado en aragonliberal.es, el 1 de diciembre de 2008.