lunes, 23 de febrero de 2009

"El Poema del Hombre-Dios"

He estado leyendo algunos capítulos de la obra de María Valtorta, El Evangelio como me ha sido revelado (la relación entre los títulos - El Poema del Hombre-Dios y El Evangelio como me ha sido revelado – se explica en el prólogo del Editor de este segundo título y no viene al caso para mi comentario). Voy a poner al lector en antecedentes de esta obra, que pese a su envergadura no oigo que se comente o cite, para luego dar mi opinión.

Cito la página de internet www.corazones.org, donde entre otras cosas se puede leer, al respecto de esta autora y su libro, lo siguiente: “María Valtorta nació en Italia en 1897 y murió en 1961 sin haber jamás visitado la Tierra Santa ni cursado estudios teológicos. Sin embargo, entre los años 1943 y 1950, escribió extensamente sobre temas de religión. Su más conocida obra, El Poema del Hombre Dios, de 5 volúmenes, relata la vida de Jesús y de María Santísima. Es, sin embargo, objeto de controversia y se deben leer con cautela. …El Cardenal Ratzinger, del 17 de abril de 1993 (Prot. N. 144/58i): "Las "visiones" y "dictados" referidos en el trabajo, El Poema del Hombre-Dios, son simplemente la forma literaria utilizada por el autor para narrar en su propia forma la vida de Jesús. No pueden ser consideradas de origen sobrenatural".

La edición que he consultado (traducción de Alberto Giralda Cid. Italia, 2000) ocupa diez volúmenes, de los que he leído el décimo y parte del primero. La impresión que he sacado es la que expongo a continuación.

Lo leído es interesante y emotivo. Su lectura pausada permite crear en la mente del lector un escenario de las situaciones, como si se estuviera siendo testigo de ellas. No tengo conocimientos para verificar que lo que relata se ajusta a la intimidad de la realidad histórica conocida por los especialistas, lo que al parecer es así. Fiado de ese criterio, la lectura puede llevar a esclarecer algunos aspectos concretos del entorno histórico de la vida de Jesús.

Sin embargo, me disuenan expresiones que escribe Valtorta en los pasajes de la Pasión (Volumen 10), expresiones duras y nada caritativas que se refieren a los verdugos y que pone en boca de Jesús. Una de las características de Jesús en la Pasión fue su mansedumbre, pues de otra forma Su muerte no hubiera sido un sacrificio, sino una ejecución. Creo que Valtorta describe sus sentimientos hacia los verdugos y los pone en boca de la víctima. Eso me desconcertó. Cuando comenté este extremo al sacerdote que amablemente me prestó los volúmenes, me dijo que podía deberse a la traducción. No me hubiera sido difícil recurrir al texto italiano para comprobarlo, pero no lo consideré necesario.

Ahora, en el Volumen 1, leo en la descripción de un paisaje: “… interrumpida una y otra vez por las monstruosas aglomeraciones de los cactus, con sus hojas carnosas en forma de paleta, erizadas de pinchos y decoradas con los enormes granates de sus originales frutos, crecidos sin tallos sobre las hojas…” (14.1). Evidentemente, Valtorta está refiriéndose a chumberas, cactus del género Opuntia, que se incluyen en una familia oriunda de América y que los conquistadores españoles trajeron a Europa, por lo que no formaban parte del paisaje Palestino de hace dos mil años. Valtorta cuando describe ese paisaje, está viendo una recreación renacentista de la Palestina de Jesús.

Estas observaciones puntuales no quitan interés a la obra de Valtorta. Seguiré leyendo, pero teniendo claro el juicio del entonces Cardenal Ratzinger, sobre esta obra; “… son simplemente la forma literaria utilizada por el autor para narrar en su propia forma la vida de Jesús”.