miércoles, 30 de septiembre de 2009

Protestantes

Leo en páginas católicas solventes de internet, que el protestantismo en Hispanoamérica y en Europa, está ganando terreno al catolicismo.

No me extraña. El comportamiento de muchos católicos, incluso relevantes en la Iglesia Católica, es tal que desconcierta a los fieles, les hace escépticos frente a sus pastores católicos – que pagan justos por pecadores – y buscan espacios más “libres” que, aparentemente, tienen el mismo fondo moral.

No ya la Iglesia Católica, sino muchos católicos (hablo de España, que es lo que conozco por propia experiencia y por la lectura asidua de información religiosa solvente) se muestran herméticos y distantes desde sus organizaciones, no ya con los “católicos no practicantes” – eufemismo farisaico y muestra de un injustificable juicio al prójimo – sino con los católicos de otras organizaciones e incluso con sacerdotes y religiosos en general que no dan la imagen que se pretende como adecuada (naturalmente no me refiero a los religiosos que de forma evidente actúan contra la Iglesia).

Este desprecio de muchos católicos, al que no es exactamente igual, al que no milita en la misma organización católica, al que no “practica” exactamente con la misma liturgia, se da también en internet. El que suscribe, ha sido censurado en todas las páginas web católicas con las que ha colaborado, pues todas tienen un sello exclusivo y no aceptan ninguna opinión que no esté en su línea de la forma más estricta o, simplemente ninguna opinión que no entienda y sospechen, por no entenderla, que no es ortodoxa. El lector puede juzgar mi sentimiento, con la lectura de las decenas de artículos de este “blog”.

Los fieles, especialmente los más desvalidos, no aceptan en su interior, aunque a veces no sean claramente conscientes de ese sentimiento suyo, esta humillación nacida en la soberbia de muchos católicos, que parece que poseen línea directa y especial con Dios. Por eso tienen tanto éxito los curas más chabacanos y de aspecto común, a pesar de que hoy lo heroico es ir con sotana.

Es por este comportamiento de muchos católicos, religiosos y no, por lo que los enemigos de la Iglesia lo tienen fácil, porque los propios católicos les hacen el trabajo duro. Me quedo en la simple sensibilidad hacia el prójimo, en el más elemental sentimiento de humildad y no entro en la caridad, que fue signo de identidad de los primeros cristianos. Porque si hablamos de caridad, no quedaría títere con cabeza.

Los protestantes son la cara simpática del cristianismo. Son cómo los católicos, pero en “light”, como la moda de hoy. Un protestante puede ser cura, u obispo, al margen de su sexo, literalmente al margen; sea hombre, mujer o las dos cosas a la vez. Y puede estar casado y tener su vida montada y como oficio, pues eso, ser “pastor”. Y no hace falta eso tan engorroso de la confesión; te arrepientes y listo. Y nada que exija sacrificio es obligatorio. Cada uno se monta su royito y a vivir, que la salvación viene por otro lado.

Que no se me enfaden los protestantes, a los que quiero y respeto, con esta descripción tan caricaturesca. Pero no me negarán que es cierta. Nada es consagrado y todo es igual, muy mundano, lo que es otra ventaja; cada grupo es un mundo y todos contentos; nada de autoridad, jerarquía ni dogma único. De esta forma el “mercado” es mayor.

Desde luego, si alguien no versado ha de elegir entre católico o protestante, no cabe duda; ser protestante es más cómodo.

Pero, ¿es también el protestantismo más fiel al mensaje de Jesús? Yo creo que no. Parece que Jesús fue muy claro en la constitución de Su Iglesia y durante siglos todos los cristianos, desde el cristiano raso a los grandes teólogos, lo han tenido muy claro. Se han sucedido herejías que han ido quedando en nada por su insolvencia. Pero hete aquí que tras siglos de Iglesia Católica, un clérigo alemán, harto de los excesos de la Iglesia Católica y Romana de su tiempo, decide que Roma no debe mandar sobre los germanos… ¡lo que faltaba a los señores alemanes y a su genético sentimiento de superioridad sobre los que consideran “mestizos mediterráneos”!

Y así, con una base de razón que en toda la Europa normal se superó poniendo remedio a los excesos, en el Norte, los líderes políticos germanos se agarraron a Lutero como a un clavo ardiendo y crearon su iglesia local e independiente de los “mestizos mediterráneos”. El protestantismo nació financiado por el oportunismo político de un colectivo rico, afectado de un sentimiento atávico de superioridad racial, aprovechando una situación coyuntural deplorable de una parte de se la Iglesia Católica. ¡Menudos mimbres!

Si a alguien le cabe alguna duda, puede entretenerse también en documentarse cómo Inglaterra rompió con Roma para crear su propia iglesia protestante, en la que el rey responsable de la escisión - un hombre lascivo e incontinente - se nombró, de paso, máximo mandatario de esa iglesia recién creada.

¿Puede algo ser honrado, noble y cierto con semejantes fundamentos?

Muchos católicos de buena fe buscan en el protestantismo una acogida y atención que no encuentran entre los católicos. En Cataluña, los inmigrantes que hablan español se sienten como un estorbo en ceremonias en catalán, que no entienden y que no pueden hacer suyas, sin poder opinar para no oír el nefasto argumento de “si estás en Cataluña debes hablar catalán”, propio de un gobierno racista pero no de una Iglesia Universal. He asistido a misas en las que toda la feligresía era de habla española, excepto el celebrante, que celebraba en catalán, debiendo leer él todas las lecturas al no tener a nadie de esa lengua. Es humano y comprensible que el alma simple busque lo que entiende que es igual, el protestantismo, pero más humano.

El problema es que lo otro no es igual. Las iglesias protestantes no son iglesias creadas por Jesús, sino organizaciones surgidas tardíamente como reacciones egoístas a la miseria de algunos hombres de la Iglesia Católica, confundiendo las partes con el todo. Ya he escrito en otro lugar del “blog”, sobre este asunto concreto.