sábado, 14 de noviembre de 2009

Excomunión, aborto e Iglesia Católica

Con motivo de la nueva ley sobre el aborto, que de hecho liberalizara en España ese execrable crimen, los obispos han recordado a los políticos católicos que, de votar esa norma, incurrirían en un pecado muy grave, se alejarían de la Iglesia Católica y, naturalmente, les sería negada la comunión.

Nadie, en su sano juicio, debería votar semejante ley. Pero el mal existe y posee a los malvados y a los ignorantes, que sí la votarán. Es tan inevitable como obvio que los pastores recuerden a su rebaño algo que todo católico debe saber; no se puede comulgar en pecado mortal. Y lo deben recordar porque la cizaña ha sido sembrada con tal ahínco, que muchos católicos adocenados ya no saben dónde tiene su mano derecha.

Con motivo de ese llamamiento de los obispos, han sido algunos los políticos socialistas, esa ideología del genocidio, los que han sacado pecho, y presumen de pecadores, y piden ser excomulgados, y ridiculizan la labor pastoral de los obispos a sus fieles, y sacan todos los trapos sucios – ciertos o falsos, que al socialismo le trae al fresco la verdad - de la Iglesia Católica, para denigrarla y desprestigiarla.

Y es que el socialismo, además de genocida, es ignorante, ambas causas de su crimen. Un no católico, no puede ser excomulgado (“apartar de la comunión de los fieles y del uso de los sacramentos”), porque ya está fuera. Y es que la obligación bíblica de un obispo, es apacentar a su rebaño, apacentarlo en la Verdad y esa es que el aborto es un crimen, sin paliativos. Y es que algunos miembros de la Iglesia Católica han hecho, y hacen cada día, diabluras y sinvergonzonerías, pero es de sentido común que eso no desacredita a la Institución, que es Santa por su origen en Jesús, y por la Gracia infundida a millones de buenos católicos, muchos mártires y más santos, que han certificado durante milenios esa santidad.

Los obispos tienen la obligación, sí, la obligación, de recordar a los católicos, aunque sean políticos, o periodistas, o fontaneros, lo que dice la Iglesia Católica respecto a los aspectos de la vida social que van surgiendo. Esto molesta a los malvados que en España tienen el casi monopolio de los medios de comunicación, es decir, que pueden crear impunemente opinión a su aire, como sumos sacerdotes de una religión sangrienta y sin futuro basada en bajas pasiones y apetitos desordenados. La presencia de los obispos católicos les fastidia, les molesta, porque les deja en evidencia y rescata a los católicos más lábiles.

La burla de los políticos hacia los obispos no es ironía, es rabia. Su manoseo del término “excomunión” no es reto, es ignorancia. Su desprecio del pecado, es su desprecio a la vida. No hay que ser católico para ver quien tiene la razón. Simplemente, hay que aplicar el sentido común.