martes, 5 de enero de 2010

Izquierda y cultura

Hace unos meses, escribía aquí sobre el cierre, por el consistorio socialista, del museo barcelonés instalado en el Castillo de Montjuich, dedicado a la historia, concretamente a la historia militar y de las armas. El museo exponía verdaderas reliquias históricas de todo el mundo.

En ese mismo escrito comentaba la “remodelación” que la misma izquierda catalana había realizado con anterioridad en el Museo Marítimo de las Reales Atarazanas, convirtiéndolo de uno de los mejores museos europeos en su género, en un chabacano diorama para escolares, a lo que ayudó la jubilación de su director, una autoridad reconocida mundialmente, que fue sustituido por un titulado de cuota.

El luto por la cultura sigue en Barcelona. Estos días he visitado los veteranos museos de Geología y de Historia Natural, que cerrarán sus puertas el próximo día diez de enero. Sus fondos se repartirán entre almacenes y – me malicio - las vitrinas de las casas de prebostes socialistas y las maletas de marchantes. Lo cierto es que con la excusa de una nueva ubicación, los fondos se retirarán de la circulación. El ciudadano no ha opinado. ¿Para qué?, estamos hablando de un gobierno municipal totalitario y populista.

En el edifico singular del Museo de Historia Natural, se instalará un restaurante. En el de Geología, no sé qué.

En el fondo, estos cierres pacíficos e incruentos son un progreso para la izquierda, pues la última actuación de la que tenemos noticia en España y que nos relaciona a la izquierda con la cultura, fue la quema de museos, obras de arte y bibliotecas, en la Guerra Civil española, en ocasiones con sus gestores dentro.

Europa se va liberando de gobiernos de izquierda pero desgraciadamente, este apéndice llamado España, que siempre fue diferente, se empeña en seguir siéndolo, esta vez a peor. Nuestra “cultura”, cada día es más un negocio de “caca, teta, culo, pis”. Pobre Ciudad Condal. Pobre Cataluña.