lunes, 1 de marzo de 2010

Censura

Me preguntan a qué viene el comentario del otro día, sobre el Papa e internet.

Tal como lo publiqué, es una cosa que me vino a la cabeza, en las circunstancias que expliqué.

Pero tal como lo escribí días antes, tenía otra intención. Lo que el visitante del blog pudo leer, es un recorte del tercer artículo de una serie de tres, en el que hablaba de mi opinión sobre los católicos españoles.

Pero todo quedó en la notita que publiqué.

¿Por qué no publiqué los tres artículos? Porque me pareció que faltaban a la caridad.

¿Daba nombres de personas? No, aunque en determinados círculos quedaban en evidencia personas concretas que son referencia.

¿Carecían de argumentos en mis razonamientos? No.

¿Entonces?

No lo sé. No me sentí bien, ni aún cargado de razones y argumentos. A veces, creer tener la razón no es suficiente, por ejemplo, cuando se puede hacer daño a alguien, incluido uno mismo.