domingo, 5 de diciembre de 2010

Estado excepcional

Rubalcaba ha tomado el poder de forma espectacular: ha declarado un “estado de alarma”, que debe durar quince días, pero ya anuncia que durará más.

Hemos visto por las calles vehículos militares de la división del ejército mandada por el presidente del gobierno Rodríguez Zapatero (el único presidente europeo que es generalísimo) y los españoles están advertidos de que deben ser buenos lo que dure el “estado de alarma”, es decir, hoy por hoy, de forma indefinida como anuncia Rubalcaba.

Que Rubalcabo no juega es evidente. Según dice la prensa, fue el ministro del terrorismo de estado, de los experimentos con indigentes, de la colaboración con el terrorismo… y, en general, protagonista y encubridor desde el poder, del crimen y de la corrupción. Eso dice la prensa y parece que aporta pruebas.

A tomar nota de ello, todos. Los que ya están sometidos al poder y los díscolos, sobre todo los medios de comunicación. Todos.

Los que ven vulnerados día a día sus derechos, seguirán igual en ese aspecto. Nada pierden y algo ganan.

Porque si el poder es firme, no precisa las subvenciones para mantener fidelidades; para eso están los comisarios políticos. Oído al parche, medios de la ceja.

Lo mismo a los nacionalistas, pues ningún tirano de bien permite semejantes devaneos. Atribuida a Calvo Sotelo (parlamentario, no tirano) es la cita “antes una España roja que rota”.

Maricones, skin heads, delincuentes independientes, progres, y demás, podrán seguir ejerciendo pero en estado de guardia, como los vendedores de la manta.

Es decir, Rubalcaba nos ofrece paz social sin libertad. Por lo que a mi respecta, que ya no tenía libertad, la oferta del tirano me aporta paz social. Quizás, como primera instancia, sea un buen negocio eso del “estado de alerta” indefinido.

Imagen: Fotograma de la irregular película de serie B, "V de venddeta".