jueves, 11 de octubre de 2012

"Independentizmo" catalán


No puede haber paz sin justicia. Y en Cataluña no hay justicia.

El otro día vi al Mas, el cesarillo catalán, eufórico porque ha conseguido emular al general Franco, reuniendo una borregada nacionalista en el Camp Nou.

Mas, ya sin recato, prohíbe el español, el castellano, en Cataluña. Prohíbe el idioma que enriqueció económicamente a su familia y a la oligarquía catalana en la posguerra, a la sombra del citado general Franco. ¿Es Mas un hombre valiente?

Esos tiranuelos de opereta no son valientes. Son descerebrados. El gozo que inundaba a Mas el día del Camp Nou no era normal, respondía más bien a aquello de “si no lo veo no lo creo”. Estaba tan eufórico como el presidente de mi comunidad de vecinos cuando consigue que en la reunión haya quórum: “caramba (él dice otra cosa), ¡qué importante soy!”.

A base de machacar cerebritos con toda la parafernalia mediática catalana, consiguió montar la becerrada en el Camp Nou. Unos “nacionalistas” que tragaron con un “president de la Generalitat” andaluz sin nivel “C” de catalán. Sin comentarios. También yo conseguí que me vitorearan el día de mi santo, aunque me costó un riñón la invitación a los vitoreadotes. Y también muchos de mi pueblo votaron socialista, a base de bocata y cinco mil pelas per capita. Mi santo me costó un pico, pero también me tocaron el bolsillo las votaciones de mi pueblo y esa fiesta del Camp Nou en la que no participé… y a ti, lector.

Mas está crecido y Rajoy hecho un bobo, como ya pronostiqué en su día.

Mas prohíbe el español cada día en más ámbitos. El otro día mi vecino preguntó a su hijo de cuatro años, castellanoparlante que cursa en un colegio concertado catalán:

- ¿La profesora te habla en castellano?
- No, papá.
- ¿Por qué no le pides que te hable de vez en cuando en castellano?
- No, porque se enfada.

Me puse en el papel del padre. Ponte tú también en su papel por un momento, lector. La profesora se llama Rodríguez y está intentando destrozar la herencia cultural de tu hijo en nombre de la catalanidad. ¿Hasta dónde puede hacerlo? ¿No se les han de parar los pies a esa basura mercenaria, y a sus amos, que practica el genocidio cultural?

Mas nos reprime y Rajoy, con su sonrisa mema, no nos defiende haciendo que se cumpla la ley… ¡eso del catalán es un asunto de provincias!

Planteémonos llamar a somatén a todos, catalanes, castellanos, vascos, gallegos, andaluces,… afincados en Cataluña y que estén por la libertad. La cobarde represión de Mas y de su oligarquía no es una herencia catalana, es la miserable pasión por el poder y el dinero nacida en un alma prostituida.

Solo una vez erradicado ese falso catalanismo mestizo, sibilino y represor, con toda la chusma que lo sustenta, se podrá pensar en edificar una Cataluña basada en el gen catalán, que es justo, conciliador, perseverante, innovador y valiente.

Cataluña se ha abierto paso y ha despertado admiración históricamente, hasta que esa basura mestiza del catalanismo económico y nepótico, liderada en su día por el Jordi Pujol, de infausto recuerdo, redujo los valores catalanes al mero idioma, único valor que él y los suyos pudieron blandir, pues carecían de la nobleza, del espíritu de trabajo y de los valores del catalán.

Y hoy, decenas de Rodríguez, López, García, Pérez,… blandiendo lo que dicen banderas independentistas, nos pretenden decir a gritos, con violencia y coacción, lo que es Cataluña.

A Cataluña la define su Historia, no la historieta de esa chusma ni la verborrea de una casta política de advenedizos traidores hablando el barcelonés.

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