sábado, 13 de abril de 2013

El acoso, los hijos, las mamás ancianas, los vecinos, los traumas y la cara dura.



Cada día los medios de la derecha y los suficientes de la izquierda, ponen un poquito más de demagogia en el asunto del acoso al gobierno por el asunto de los desahucios. Ahora ya blanden cotidianamente el manido argumento del traumatismo de niños y ancianos. Lector, no te dejes embaucar; como decía Jiménez Losantos, creo que de Gallardón ya antes de ser ministro, la derecha es mala, muy mala.

Ya dije que me parecía bien que se acosara a esos gobernantes que gobiernan tan mal. Y dije que ese acoso ha de ser proporcionado ¡que le digan a Gandhi si se puede incordiar sin violencia! ¿Y a Jesús de Nazaret? Hasta tal punto incordió el buen Jesús, que no sólo lo mataron, sino que se ensañaron ceñudamente con él. Por tanto el acoso no debería implicar violencia, aunque ya sabemos – lo dicta la historia – que es socialismo no sólo es violencia, sino genocidio, por lo que al estar los socialistas al timón de ese movimiento, no se puede evitar la violencia. También el socialismo es cinismo, por lo que no nos extraña que con los socialistas los bancos desahuciaran a sus anchas y que fueran los socialistas los que aprobaran la ley de desahucios “exprés”. ¡Es la vida, pero eso no quita que el partido popular actúe mal!

Ahora bien, el que semejante raza de violentos – la ganadería socialista - esté al frente del movimiento de acoso, no hace bueno al gobierno. Incluso ya comenté, que en realidad lo que están haciendo tanta violencia gratuita y centrada exclusivamente en un color parlamentario, es dar motivos a los medios para que asusten a la opinión pública, haciendo que la situación de vuelva paulatinamente en contra de los desahuciados y a favor de los bancos y del gobierno.

Y en eso estamos. ¡Ahora resulta que los niños de los papás acomodados se traumatizan porque un día la gente les grita desde la calle! Y me pregunto, ¿qué sentirán los niños de los papás trabajadores, que una crisis de corrupción ajena les ha llevado a la pobreza y se ven expulsados de sus casas por la policía? ¿Ese trauma no cuenta? Y no es el trauma de un día, es el trauma de probablemente el resto de su vida. Yo, si tuviera que ser uno de esos niños, preferiría el trauma de que unos acosadores llamen c… a mi papá, que gasta visa oro a cuenta de esos acosadores y otros miles de votantes “pringaos”, que el trauma de racionar la comida y ver a mis papas en la calle, con sus muebles y mis juguetes en la acera.

¿Qué mi argumento parece demagogia?... ¿No es esa la realidad? Intenta argumentarte, querido lector, si es como digo o no. Luego en público di lo que quieras, pero en conciencia, ¿no es el acoso el recurso desesperado del desesperado, frente al cinismo doloso e impune de partidos y banqueros?

¡Que está mal llevado eso del acoso? ¡Claro! Sólo hay que ver quienes destacan a su frente ¡menudos! Pero eso no da la razón al gobierno y a su entorno, incluida la oposición socialista.

La dación en pago es justa cuando el hipotecado lo ha sido por engaño del banco (sobrevaloración del bien), cuando el pago del piso está muy avanzado y no se puede seguir con los pagos, cuando las condiciones económicas y sociales del afectado son extremas... ¡Atención!, que la dación en pago no es un regalo al propietario, pues supone la pérdida definitiva de la propiedad de quien probablemente durante años ha estado pagando una hipoteca, y esa dación sería un gran negocio para el banco, ¡si el banco no hubiera sobrevalorado el bien en su origen! Y lo sobrevaloró no para hacer un favor al cliente, sino para beneficiarse más de él. Con el tiempo el negocio le salió regular al banco y ahora, bancos y gobiernos sucesivos pretenden hacer pagar el mal negocio del poderoso, al débil. Ya nos conocemos esa historia, pero sorprende cuando viene de una derecha en quien muchos confiaban y que ya ha dejado en evidencia que, como muchos de sus cargos, es ya “presunta” derecha.

Naturalmente, quedarse con el bien y encima hacer que el propietario lo siga pagando de por vida sin poseerlo, es mejor negocio, ¡pero es una infamia!

En la revolución francesa, los revolucionarios no eran los buenos, pero tampoco lo era la decadente monarquía absoluta. Y en la revolución bolchevique los buenos no eran los comunistas, pero tampoco lo eran los zares. Y en ambas el poder establecido y absoluto se vino al traste por actuar sin justicia y por minusvalorar a un pueblo sencillo y su capacidad de acción estando bien dirigido (lo que no quiere decir dirigido justamente o dirigido para su provecho).

La grosera manipulación de “los indignados” funcionó neutralizando el movimiento llevándolo a la astracanada, aunque fracasó a quienes querían más, que siempre hay quien anda entre bambalinas. Para estos últimos, el fracaso era previsible pues no había “chicha”. Pero ahora se está jugando con  fuego, porque la Colau y el Verstrynge son “chicha nabo” y están bien trincados con el presupuesto, pero ¿que me dices, lector, de los alemanes “indignados” tras Versalles, y “acosadores” de judíos? Todo le funcionó al sistema hasta que un ridículo, insignificante, oscuro cabo, montó uno de los tinglados más fenomenales de la historia moderna.

Sin esas pretensiones, aunque nunca se sabe de dónde le puede saltar la liebre a un tonto empachado de sí mismo, el gobierno debe andarse con cuidado, pues nunca la injusticia dejó de generar violencia.

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