martes, 2 de abril de 2013

Rajoy, Colau y los suovecientos ladrones.



Me dicen que mi artículo anterior fue radical. Y yo digo a quien me lo dice; no sabes leer, solo juntas palabras. Eso de leer sin entender se llama analfabetismo funcional.

Es cierto que, creo que fue ayer, estuvieron a punto de quemar a un alcalde del Partido Popular. Parece que fueron los “muchachos” antidesahucios. Mal rayo les parta. Soy partidario del acoso, no del crimen. Si eres lector habitual de este blog, no tendrás dudas al respecto. Un sinvergüenza que es responsable directo o indirecto del injusto dolor ajeno, y encima cobra y tiene privilegios por causarlo o ayudar a causarlo, se merece el escarnio público y si sus hijos son testigos, mejor, pues no deben estar engañados sobre la catadura de su padre; también los hijos de las víctimas de los bancos deben sufrir el oprobio de la miseria. Pero quemarlo es excesivo, pues no se ajusta ni al cruel "ojo por ojo".

¿No es grotesco que quienes pretenden publicar listados de defraudadores de impuestos o de pederastas, no quieran que se conozcan los nombres de los ladrones de cuello blanco? Claro, esos no tienen sentencias en su contra, ¡pero es que nadie les juzga a pesar de las evidencias! Pues alguien tendrá que ponerlos en evidencia ante esa ausencia de la justicia.

Si alguien tuviera dudas sobre esa basura de la derecha laicista que nos gobierna, atienda la cita del final, dónde hoy nos dice el Montoro, ministro de economía del Partido Popular, que se podrán deducir en la declaración de la renta las pérdidas en bingos y casinos, es decir, que parados y desahuciados, con sus impuestos, ¡deberán subvencionar las pérdidas de ludópatas y snobs, que pierden dinero con ese vicio! Y todo para favorecer a empresas de juegos de azar, clientes de un despacho de economistas colegas del fulano Montoro, ministro de hacienda ¿Serán canallas?

¡Acoso sin tregua a los criminales! ¡Sí, criminales! Porque aunque nos quieran confundir con el lenguaje y pretendan que sólo son criminales los etarras, porque matan, es criminal quien delinque o comete acciones indebidas y ¿qué mayor delito que herir al pobre abusando del poder? Criminales.

Las acciones abusivas de la Colau y sus seguidores benefician a los bancos porque desprestigian el movimiento antidesahucio y lo neutralizan, como ocurrió con el movimiento de “indignados”, que fue fagocitado inmediatamente por la izquierda e inmediatamente neutralizado. ¿Alguien cree que los muchísimos que estamos conformes con dejar en evidencia a los delincuentes de la política, sindicatos y banca, que son intocables para la “justicia”, vamos a estar de acuerdo con que se inmolen niños en hogueras populares? ¡Claro que no! Ya denuncié en el artículo anterior el acoso exclusivo a los miembros del Partido Popular, y es que la miseria moral es constitutiva de la esencia de la izquierda.

Recordemos que la Colau, líder de los antidesahucios, ha recibido subvenciones de la izquierda (tres millones de euros computados hasta ahora), la misma izquierda que hizo vista gorda a los desahucios durante los ¡ochos años! de su último período de gobierno. Es decir, no quieren justicia, quieren despachar al Partido Popular, al margen de las urnas, utilizando la cabeza de las víctimas de la banca. La izquierda no tiene valores, no quiere al hombre, lo utiliza en beneficio de sus intereses que es el de crear una masa proletaria indigente, gestionada por una élite no de sabios, sino de “listos”. A la historia me remito.

Es probable que los antidesahucios acaben como los “indignados”; en nada más que en los antisistema de siempre, con sus piojos y sus rastas, organizados en comunas émulas cutres del que fue movimiento hippie, gobernadas de facto por hijos de papas ociosos. Se lo deberemos a la izquierda, a la mercenaria Colau y a sus patronos. Y es que la cabra tira al monte y la izquierda y el crimen caminan hermanados.

Un servidor, desde esta humilde tribuna, seguirá denunciando la impunidad de los criminales que engordan perjudicando al prójimo. Y con el alma serena, sin ánimo de venganza, con un sentido cristiano de amor al prójimo – rico o pobre – y de justicia social, seguiré animando al acoso proporcionado al criminal que permite que el rico abuse del débil aunque el débil, según opinión general de medios despreciables, se lo merezca.

Por cierto, no os felicité la Pascua. Lo hago a posteriori. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario