viernes, 24 de marzo de 2017

Más Podemos.

Dinero de sangre. Se puede ser muy simpático. Incluso ingenioso. Y decir cosas que puedan sonar bien en alguna acepción remota, aunque estén montadas a base de palabrotas en lugar de palabras.

Pero, lo que al fin define la verdadera intención de lo que se dice, es la condición moral de quien lo dice.

Y comer, y beber, e ir al cine, y comprar el regalito para la novieta de turno, el día de su cumple, con dinero de sangre, nos da la catadura moral de quien hace todas esas cosas y vive la cotidianeidad, con ese dinero.

En el fondo del discurso del mercenario, siempre encontraremos violencia, chulería, injusticia, cinismo y mentira.


Por eso hemos de ser compresivos con nuestros conciudadanos. No permitir que el rencor nos iguale, pero no dejando por ello de ver el alcance de su verdadera personalidad, y obrar en consecuencia, por elemental prudencia de supervivencia.

lunes, 20 de marzo de 2017

Podemos


No me gusta el partido político Podemos.

No por lo que dicen o hacen. Son jóvenes y a jóvenes idealistas se les puede perdonar algunos excesos, si los hubiera.

Siendo jóvenes – todos lo hemos sido – se les puede ir la mano, en caliente, y abogar por reivindicaciones que pueden parecer descabelladas, pero que en el fondo, buscan justicia.

Una justicia quizás utópica, pero justicia. Para ser realistas, ya estamos los viejos,

No me gustan porque ningún joven bien nacido – entre sus dirigentes hay mucho pijo – aceptaría ser sufragado por dinero que asesina a opositores políticos, que lapida a mujeres, que ahorca a homosexuales.

Sólo una manada de viejos politicastros con el colmillo retorcido, recurrirían a legalismos para justificar lo injustificable; edificar su cotidianidad con dinero de sangre,

Los entiendo en su miseria, pues todos hemos sido miserables en algún instante de nuestras vidas. Pero no me gustan. Porque todavía soy joven de espíritu, y puedo elegir.