lunes, 20 de marzo de 2017

Podemos


No me gusta el partido político Podemos.

No por lo que dicen o hacen. Son jóvenes y a jóvenes idealistas se les puede perdonar algunos excesos, si los hubiera.

Siendo jóvenes – todos lo hemos sido – se les puede ir la mano, en caliente, y abogar por reivindicaciones que pueden parecer descabelladas, pero que en el fondo, buscan justicia.

Una justicia quizás utópica, pero justicia. Para ser realistas, ya estamos los viejos,

No me gustan porque ningún joven bien nacido – entre sus dirigentes hay mucho pijo – aceptaría ser sufragado por dinero que asesina a opositores políticos, que lapida a mujeres, que ahorca a homosexuales.

Sólo una manada de viejos politicastros con el colmillo retorcido, recurrirían a legalismos para justificar lo injustificable; edificar su cotidianidad con dinero de sangre,

Los entiendo en su miseria, pues todos hemos sido miserables en algún instante de nuestras vidas. Pero no me gustan. Porque todavía soy joven de espíritu, y puedo elegir.

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