martes, 11 de septiembre de 2018

Días de fiesta.

Estar enfermo es bueno y malo. Malo porque estás enfermo. Bueno porque ves la realidad desde fuera, con más objetividad que estando dentro.

Llevo cuatro días intentando hacer una gestión, por teléfono, pues en persona me es muy complejo.

El sábado media España no trabaja.

El domingo no trabaja toda España.

El lunes fue puente y media Cataluña no trabajó.

El martes fue fiesta en Cataluña y toda Cataluña no trabajó.

¿Podré mañana miércoles encontrar un interlocutor?

¿puede una nación soportar tanta fiesta?

Y yo, el que está operativo, fastidiado.

Si los que estamos operativos somos los tullidos y los que están bien van de jolgorio en jolgorio, ¿quien paga la cuenta?

Esto en mi juventud no pasaba. Así nos iba y sí nos va. Lo que más me fastidia  es que cuando me toca descansar debo soportar el descanso de los que aún no les toca.

Claro, que viendo a los pobres trabajadores de hoy, sobre todo a los jóvenes, no cambio aquellos tiempos por estos.

¡Buenos tiempos estos para los charlatanes, los políticos y los vendedores de alfombras!