¡La que nos faltaba para el duro!
El otro día me despertó a las cinco de la madrugada un mensaje intimidante de Caixabank. No pude volver a dormirme,
Esperé a una hora prudente y llamé a Rosa, "mi no sé qué" de mi oficina.
"Ese mensaje no es nuestro", me dijo, como si Caixabank fuera suya, "pásese a la nueve por la oficina y pida a cualquier empleado que se lo confirme".
A las nueve como un reloj, estoy en la oficina.
Ni caso. Hago cola hasta que pasa Rosa (con la nueva modalidad de colas en las oficinas de los bancos guays, te ameniza la espera en la cola el trasiego de los empleados con un tablet bajo el brazo... "hola fulanito"..."¿qué tal el parto?, fulanita?"...).
"Hola Dña. Rosa, vengo por lo del mensaje", le digo, "siéntese en la mesa azul (lo azul son las butacas) y espere. que ahora todos los empleados están ocupados", me dice sin dejar el trote. Rosa está como el corredor urbano que se para en el semáforo de peatones manteniendo el trote para no enfriarse.
Voy a la mesa color madera y me siento en una butaca azul."¿Debo esperar mucho?", le pregunto intentando seguir su trote. Medita un instante mirando alrededor y cuando ha calculado lo que tiene que calcular me dice. " unos tres clientes". Traduzco. "media hora larga".
Me despido y me voy. Mientras salgo me pregunto:
"¿si no han sido ellos, ¿quién ha enviado un mensaje a mi móvil con remite de Caixabank".
"¿cómo custodian mis datos en Caixabank?".
"si son incapaces de custodiar un móvil, ¿serán capaces de custodiar mis transacciones on line?"
"¿de qué mente dislocada ha salido el nuevo método de trato con los clientes"?
"¿cómo los empleados, subcontratados y clientes de esos monstruos bancarios, soportamos semejante trato?".
La respuesta es fácil y difícil.
Esos bancos hacen las leyes y controlan el comercio. Son los amos.
Siempre, en todo, hay amos.
Pero los amos déspotas tratan a patadas a sus trabajadores porque los ven como basura. Son amos sin futuro.
Los amos dignos tratan con consideración y respeto a sus clientes y trabajadores. Son amos con futuro.
Al fin y al cabo a mí ya me han dado la noche.
¡Qué tiempos aquellos, no tan lejanos, en los que usureros y prestamistas leoninos pasaban sus ocios en la picota.
domingo, 28 de julio de 2019
nudo gordiano
No recuerdo cuando inicié este blog. Podría mirarlo pero no
me apetece hacerlo ahora. En cualquier caso hace un buen tiempo, que se hace mayor con los
acontecimientos determinantes que han sucedido desde entonces en mi vida.
Siempre he tenido una vida activa, y parece que, como mis
gallinas, se ha vuelto como lo que ha comido.
Mis gallinas comían maíz que les daba a puñados y como
campaban libres por un territorio árido con abundancia de caracoles, comían
mucha cal de sus caparazones.
Mis gallinas eran famosas en una zona donde los granjeros
les daban pienso y las estabulaban para aumentar su rendimiento. Los huevos de
mis gallinas tenían un claro tono amarillo maíz y la dureza suficiente como
para soportar la caída al suelo desde el mármol de la cocina.
Fue así desde el principio… mi primera gallina me la dio un
granjero vecino; un día que fui a su casa, me llevó al cobertizo donde las tenía
estabuladas, agarró por el cuello a una de ellas y me la dio; “tenga, para
caldo, ya no pone”.
La cogí por las patas y me la llevé a mi gallinero recién
acabado.
Enseguida estuvo acompañada y, desde el principio, la
veterana me dio un huevo diario hasta que la maldita zorra me la mató, mucho
tiempo después, junto a todo el gallinero, excepto al pato, que ponía orden en
el gallinero, que quedó malherido intentando defender a sus amigas.
Así debe haber pasado con mi vida. Ha sido tan activa
siempre que la actividad ha cuajado y ahora, sin yo hacer nada, no pasa día sin
acontecimiento, a veces tan agitado que en más de una ocasión ha dado con mi
persona en la casa de salud.
No me quejo. Yo me lo he buscado. De haber llevado una vida
sedentaria y monótona pasarían los días más tranquilos con la rutina de poner
un huevo diario, y con ello cumplir. Quizás si mi gallina viviera, estaría
estresada viéndose en la obligación de poner dos huevos. Pero mi gallina ha
muerto. Y yo no, quizás ese sea el problema.
Eso es un problema; bueno, un problema para un burguesito
como yo y como probablemente tú, querido lector, que tienes ordenador y acceso a
Internet para leerme, porque lo que verdaderamente es un problema es no tener
que comer.
La salud tampoco es un problema… a mí me funciona todavía el
dedo medio de la mano derecha y mira como me enrollo.
Pero chocheo y me voy del tema. El nudo gordiano al que me
refiero en el título, y que me lleva a
escribir esto, es el que aparece cuando vives con unos valores que te atan y
que sabes que son objetivamente ciertos y buenos pero ves que la vida, el mundo
que te rodea, no va por ese lado. ¿Debes hacerte como el mundo que te rodea? Si tienes capacidad y ocasión ¿debes comportarte como un
banquero o un político, por poner dos ejemplos de mala vida?
Entonces no te comerás un rosco pues no es tu naturaleza y no sabrás sobrevivir en ese ambiente desconocido.
Entonces no te comerás un rosco pues no es tu naturaleza y no sabrás sobrevivir en ese ambiente desconocido.
¿Debes permanecer en tu mundo a pesar de que ves que te
consume?
Entonces, a no ser que seas masoquista, lo tienes claro.
Entonces, a no ser que seas masoquista, lo tienes claro.
Mis patos están
prematuramente muertos y la zorra me ha visitado sin éxito en demasiadas
ocasiones. Esto es un nudo gordiano.
lunes, 22 de julio de 2019
Banco de Santander; ¿nos son rentables los viejos y los tullidos?, se pregunta el Santander.
El
otro día fui al Banco de Santander sin cita previa (ahora los bancos “guays”exigen
cita previa para cualquier cosa, incluso para colocarte un seguro o para
venderte un móvil (cosas que intentan aunque entres, con cita previa, a dar los
buenos días).
En
la oficina había dos mujeres con la voz cantante, que por las pintas parecía que
eran de eso que en política llaman “de cuota”.
Las
pobres debían estar aburridas y hete aquí que vieron entrar a un cliente con
aspecto no “guay” y apariencia algo idiota.
¿Y
qué hace una mujerona de cuota, aburrida cuando ve diversión impune? Pues
divertirse. Y la forma de divertirse de determinados subproductos sociales es
humillar y vejar a quien creen que no puede defenderse. Y eso hicieron esas
mujeres a las que ni la edad ni la amargura vital da otra vía de diversión.
Pero
como el dinero no compra inteligencia ni sensibilidad, las referidas
confundieron una disminución física con una disminución psíquica, con lo que
las idiotas no se percataron de que el cliente se enteraba de todo. Ya habrás
deducido, querido lector, que el cliente era yo.
No
voy a entrar en detalles para no aburrirte y voy al meollo de la cuestión.
Me
faltó tiempo para cursar con las mejores formas una queja escrita al propio Banco
de Santander para evitar dar una mala imagen suya de haberla cursado al Banco
de España.
Al
tiempo me contestaban ignorando los detalles ignominiosos de la situación y
diciéndome poco menos ¡que el causante del problema fui yo por presentarme sin
cita previa!
Además
me decían; ¡que me quejara al Banco de España!
Me
dirás; “es una situación puntual, un hecho aislado”.
No.
Ninguna de las oficinas de ese banco que tengo cerca son accesibles con silla
de ruedas y aún resultan peligrosas para ancianos o personas con poca
movilidad.
Como
guinda insustancial pero significativa, tienen prohibido el acceso a las
oficinas a animales de compañía.
Hace
años vi una noticia en televisión en la que el señor Botín, fundador del Banco
de Santander confraternizaba, en bermudas y chancletas, con el entonces rey de
España D. Juan Carlos. En ese instante tuve claro quién mandaba en España.
No
me asusté, al contrario, me tranquilizó ver que el poder estaba en una persona
con talento en lugar de en manos de un politicastro descerebrado, como tan
reiteradamente parece que lo está.
A D.
Emilio Botín le sucedió su hija Dña. Ana Patricia, que hasta el nombre tiene
bonito. Pensé que la Entidad y la sociedad habíamos ganado, pues tengo a la
mujer sobrevalorada y creo que en cuanto a sensibilidad supera en mucho al
hombre, sin entrar en otros aspectos para no alterar a la parroquia con eso de
los sexos.
Pero
este episodio y la reacción del Santander me han desconcertado y dolido, porque
el que tontas abusen de un disminuido no es un problema grave, es un problema
para las tontas. Es un asunto personal.
Pero
el que una institución lo tolere, es un problema muy grave porque es un
problema social.
sábado, 20 de julio de 2019
Agustí Miarnau, misionero claretiano.
Hace unas semanas falleció el
padre Agustí Miarnau, misionero claretiano.
En internet encontrarás
muchas referencias a él e incluso vídeos en los que podrás verlo y oírlo. Vale
la pena que busques y conozcas.
Conocí al padre Agustí y fui
ocasionalmente monaguillo suyo. Confesé con él y le pedí consejo en momentos de
tribulación. Lo que puedas ver y oír por
internet no es más que una sombra de su realidad.
Era un teólogo creo que
brillante, una persona dulce y comprensiva pero con la doctrina clara. Creo que
ortodoxo y rígido pero en absoluto fanático. Y con sentido del humor.
Procuraba mostrarse siempre alegre a pesar de las preocupaciones de su empleo, que se tomaba muy a fondo. En definitiva, era un muy buen pastor.
Procuraba mostrarse siempre alegre a pesar de las preocupaciones de su empleo, que se tomaba muy a fondo. En definitiva, era un muy buen pastor.
Cuando lo veas en los vídeos
míralo con este sentimiento que creo es objetivo y cierto.
En la fotografía, el p. Agustí jugando con Antonio.
En la fotografía, el p. Agustí jugando con Antonio.
El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y sus negocios.
Esta mañana he ido a ingresar 100€ en el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria para
pagar una factura de 100 euros.
Después de una larga cola he conseguido llegar al cajero
automático y hacer el ingreso, pero me ha ingresado sólo 99 €, pues el Banco se ha
quedado uno de comisión.
He preguntado si podía hacer un ingreso de un euro para
completar el pago.
Me han dicho que sí, pero que me costaría otro euro de comisión: ¡ el 100% de comisión por el ingreso!... y hacer de nuevo una cola de diez minutos.
Me han dicho que sí, pero que me costaría otro euro de comisión: ¡ el 100% de comisión por el ingreso!... y hacer de nuevo una cola de diez minutos.
Lo he dejado y he llamado al proveedor explicándole el
problema. “Déjelo”, me ha dicho el proveedor, “que se queden el euro”.
Le he dicho que no me facture más a través de ese banco.
¡Buena mordida la del banco, en un trabajo del que ni
sabe de qué se trata!
España está en crisis, dicen. Yo matizaría; algunos
españoles están en crisis, porque si es España la que está en crisis, El Banco Bilbao
Vizcaya Argentaria, no es España.
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