jueves, 25 de abril de 2024

El teatro de la vida.

 

No está mal esto de la vida.

Pero la verdad es que decepciona un poco para lo grande que debe ser el Creador.

He tenido una vida cómoda, si bien repleta de sorpresas desagradables.

Entré con mal pie y saldré de la única forma en que se puede salir.

He pasado momentos muy buenos y momentos muy malos, de manera que sacar la conclusión de una media no serviría para nada.

Pero desde una mirada retrospectiva, me parece que no ha estado a la altura de lo que se podía esperar de mí.

Sin duda el problema ha sido mío, pues como hombre, he sido el tonto de la función, a pesar de que sobre el papel pudiera parecer listo, si por racional entendemos listo.

Sí, ya sé que no es lo mismo.

Quizá en lugar del más tonto de la función debería haber dicho, la carne de cañón de la función.

Y todo porque a unos ancestros que ni conocemos, les dio por comer de lo que no debían haber probado.

Ya sé que la teología del Génesis es más compleja que estas tonterías que estoy diciendo, pero estas tonterías, son una buena síntesis de la historia para tontos.

Es el arte de la teología, una ciencia que quiere comprender lo incomprensible y encima explicarlo.

Sales de la vida como si salieras del cine después de ver una película te ha parecido mediocre y que a lo mejor ni tan siquiera has entendido.

Probablemente te ha parecido mediocre porque no la has entendido.

Por ahora lo que tengo claro es que el gato araña y el perro ladra.

Y que cuando te duele la barriga, es que algo te ha sentado mal, aunque no hayas comido nada que te pudiera haber sentado mal.

Los no creyentes lo atribuyen al azar, que es el dios de los ateos.

Como el dios del agua, que hace llover y el dios del trueno que hace tronar.

Azar, bendito azar, que tanto alivias a los que no tienen ganas de pensar o sus  luces dan solo para lo que dan.

lunes, 22 de abril de 2024

Próxima parada: Venezuela.

 

Me dice un refugiado venezolano con autoridad y criterio, algo que me parece interesante y que a nadie va a sorprender en cuanto a la evolución, pero sí en cuanto al tiempo.

Venezuela era un país rico y estable, en relación al resto de Sudamérica.

Hablando mal y pronto, parecido a la España que hemos conocido hasta hoy los que ya somos maduros (no es una redundancia).

Llegó al poder el comunismo y en dos años se convirtió en lo que es ahora.

Dos años.

Si trasladamos ese proceso a España ya nos estamos quedando cortos.

Como mucho en 2026, seremos una república bananera a la venezolana.

Socialistas y comunistas, con la ayuda de los más obtusos y malotes, van a hacer maravillas.

Y luego, todos a gimotear, que es el último recurso de los cobardes.

lunes, 18 de marzo de 2024

Día de mesa camilla.

 

Aquí, hoy, en mi pueblo hace un día turbio, con nubes y mucha niebla.

He hablado con algún vecino y se encuentran regular.

Si te encuentras mal, con un malestar indefinido y general, no te asustes.

Probablemente es el tiempo.

Este cambio de estación, según las estadísticas, es malo para los enfermos crónicos y los mayores.

Bueno, para todos, pero los jovencitos y sanos se enteran menos.

Paciencia y ánimo.

Es el día ideal para ver una serie de acción americana, con una taza de caldo.

¡Ni por asomo te pongas con una película europea!

El cine europeo está hecho para deprimir, amargar y aburrir.

Salvo las películas costumbrista francesas y el cine español del franquismo, que se hacía para evadirse con unas risas.

Una cruz equivocada.

 

Visito muy poco mi blog.

Sólo para subir las entradas y esporádicamente, para ver que todo anda en orden y concierto.

Y de entrar un par de veces, ya me he artado de ver ese crucifijo que tenía de cabecera, que me traía la imagen de un recordatorio fúnebre.

Y ¡no es para tanto!

El crucifijo es muerte, sí, pero muerte para fructificar.

Es decir, el crucifijo es vida. Voy a buscar algo más propio para sustituir esa cruz con fondo negro, que más que la austeridad que buscaba, es tristeza gótica.

lunes, 4 de marzo de 2024

Suicidas.

 

Me sobraba decoración en el blog.

Por eso he quitado hasta la letra capital, que además me parecía hortera.

No la capital.

Sino la letra.

Vamos al tema de hoy.

Hay dos tipos de suicidas.

Los suicidas normales.

Y los suicidas canallas.

Perdóname lector la licencia de la palabra, pero no se merecen que utilice un término más suave.

Los suicidas normales, son los que acaban con su vida... por lo que sea.

Normalmente lo hacen en un momento de obcecación y si tuvieran tiempo de arrepentirse, estoy seguro de que en todos los casos lo harían.

Arrepentirse, claro.

Los otros no lo tengo tan claro.

Un terrorista suicida es sin duda alguna un tipo que encaja en el modelo dos:

También encaja en este modelo de suicida, el que se mete en un coche y se pone a circular en sentido contrario por una autopista

Encontraríamos más modelos y razas de esta fauna, pero quiero citar un modelo que creo que no se considera habitualmente.

Es el enajenado consciente, que debe medicarse y no lo hace.

Naturalmente, no entran en este concepto las personas que no son capaces de controlar esa gestión, aunque por error se le encomiende.

Me explico mal pero seguro que me entiendes, lector.

Porque quien tiene una enfermedad mental poco grave, siempre fastidiosa y tiene la capacidad reconocida por su médico de medicarse y no lo hace, se está suicidando.

A muy largo plazo, pero se está suicidando.

Además está fastidiando a los que conviven con él, teniendo que soportar sus estados de ánimo y chaladuras.

Valoro a mis lectores y sé que entienden a lo que me estoy refiriendo.

A este perfil es lo que llamo el suicida silencioso y cabroncete.

Hay más, pero por hoy lo dejo aquí.

Es que me he encontrado con ese caso y quería compartirlo contigo.

Por eso el sopetón.

Matrimonio.

 

Está bien eso de; hasta la muerte os separe, que se dice en el matrimonio.

Es bonito y romántico, pero no es realista.

Me cuesta escribir esto, pero he de ser coherente.

Eso servía en la Edad Media, cuando las personas vivían toda la vida en un mismo pueblo y eran toda la vida igual de ignorantes.

Pero hoy, en que las vidas discurren por tantos caminos y tienen tantas opciones, es iluso pretender que van a vivir y morir juntos.

Iluso e injusto, aunque siempre ha sido mi pretensión.

Es triste que no sea así.

Porqué un matrimonio lo forman dos personas, que, en el mundo de hoy, tienen opciones para desarrollarse intelectual y humanamente o para quedarse estáticos en un momento de su vida.

Una persona sanamente inquieta y con afán de aprender y conocer, no es lo mismo que una persona pánfila, vaga o pobre de espíritu, que se conforma con lo que tiene.

No se trata de niveles de conocimiento o de inteligencia, sino de actitudes frente a la vida; de actitud pasiva o de actitud activa.

Una persona con actitud pasiva o negativa frente a la vida, es una rémora si convive con una persona con inquietudes.

Y porque en un momento de sus vidas coincidieron y cometieron el error de casarse, no pueden estar el resto de sus vidas pagando ese error.

Acepto el matrimonio de por vida, pero me parece absurdo e inhumano basarlo, por ejemplo, en un noviazgo larguísimo.

Por dos cosas; porque el noviazgo ha de considerarse una situación transitoria y porque el fin del noviazgo y el inicio del matrimonio, es un detonante natural para el cambio de la personalidad.

La única forma que veo correcta, es instruir a las parejas para que tengan siempre la vía abierta a la separación, organizada desde el principio.

Como si fueran dos vidas.

Por un si acaso.

Porque si no es así, cuando llega el momento del divorcio, no hay posibilidades económicas para llevar adelante ese divorcio.

Lo mismo ocurre con la separación para los creyentes.

Entonces la familia entera, incluida la suegra y las mascotas, han de soportar una situación insostenible desde el punto de vista de la dignidad humana.

Tanto la separación como el divorcio, necesitan haber sido planteadas desde el principio, como opciones probables, no deseables pero probables.

No es una opinión, es una evidencia empírica.

La infidelidad, el desprecio del cónyuge en la enfermedad, el egoísmo.., la maldad aliñada con la tontería o la locura, nunca vienen solos.

Suelen ser la punta del iceberg de una personalidad que suele ser congénita.


Postdata, a 15 de marzo de 2024.


Ma falta una puntualización: Lo que es mejor, no siempre es posible. Y no es prudente hacerlo posible por a fuerza.

 

Rezar.

 

De mayor quiero ser católico.

No hay forma más buena, cómoda y efectiva de ir al cielo.

La mejor herramienta del católico es la oración.

Si tienes problemas de dinero y le pides que te ayude a un católico, te dirá, rezaré por ti.

Si estás enfermo y quieres aliviar tu alma con un católico, te dirá, rezaré por ti.

Si tienes un problema de trabajo y se lo dices a un católico, te dirá, rezaré por ti.

Está muy bien eso de rezar.

¿Pero no le puedes dar veinte euros?

¿No le puedes visitar en su casa o en el hospital?

¿No puedes dejar por un tiempo tu trabajo y ayudarle en el suyo?

Y luego el católico que está rezando tanto por ti, te ve al cabo de seis meses, ni se acuerda de tu problema.

Poco habrá rezado.

Sólo un imbécil verá en esto una crítica a la oración.

O sólo un católico que rece mucho y haga poco.

Los fariseos, cuando rezaban, se rodeaban de trompetas y parafernalia.

Los nuevos fariseos, se complican menos la vida y tienen un emoji para decir rezaré por ti.

Y así, al ahorro de rezar, suman el ahorro de decir.