viernes, 29 de octubre de 2021

¿Porqué sois tan imbéciles, andrajosos ateos?

Actualizado a 04/11/2023.

Sí. Andrajosos intelectualmente, que no tenéis una pizca de cerebro.

Llevo tiempo leyéndoos intentando encontrar, como un clavo ardiendo en vuestros torpes argumentos, algo que me ayude a dejar de creer en un ser superior.

Y no he encontrado, ni en el más acrisolado de vuestros portavoces, un solo razonamiento coherente que me ayude a llegar a la conclusión de que no existe un ser superior, creador de lo que veo y de lo que no veo.

Me da envidia ver, lo despreocupados que viven esos individuos que son más animalitos que seres racionales, que ni se plantean la trascendencia.

Me pesa esta vida ordenada, de amor al prójimo, de respeto a unas normas en las que parece que nadie cree, ni quien las predica. Normas que tienen un premio sublime si se cumplen o un castigo feroz si se incumplen.

 ¿Es que, en mi insignificancia, soy merecedor de un premio infinito o de un castigo infinito, cuando ni entiendo, porque no cabe en mi limitada cabeza, lo que es el infinito?

 Y cuando busco auxilio intelectual, no encuentro más que a andrajosos intelectuales, que me remiten a insulsas teorías orientales de chichi nabo, o a intelectualoides, que con voz engolada me quieren hacer comulgar con ruedas de molino.

 ¿Cómo puedes iniciar tu argumento, ateo de pacotilla, diciendo que Jesús no es un personaje histórico?

¡Pedazo de imbécil, si es así como empezaban sus argumentos los ateos de los años ochenta, que están ya más antiguos que el mear!

 Con ese cerebro apolillado, nadie con dos dedos de frente te leerá, conspiranoide de pacotilla. Y quien te lea, se emborricará más.

 ¡No quiero creer en un ser superior que rige mi vida, porque eso no me da paz, o si me la da, no es la suficiente como para ofuscar el sufrimiento!

 ¿No existe un ateo que no sepa argumentar sin salirse de la burda treta de ridiculizar o de denigrar al oponente con mentiras o, lo que es más indigno, con ignorancia?

 El gran don que Dios dio a la Humanidad, es que hizo a los malos, tontos.

Pero ese es también un triste don para los que no entendemos a Dios. 

A raíz de determinadas circunstancias, di en replantearme esa postura.

Y entendí que la mejor o de hacerlo era buscar y estudiar ateos significados, algunos que ya había conocido y repasar sus argumentos.

Es esta una práctica peligrosa, pues cuanto más grosero es el error, mayor es la demagogia que lo arropa, hasta el punto que puede confundir a muchos.

Pero valió la pena el trabajo, pues me percaté de que los autores ateos utilizan dos estrategias que privan sobre todos sus argumentos.

Una, ridiculizar al creyente y al concepto de Dios y la otra, tergiversar los argumentos de los no ateos.

Son estrategias clásicas estalinistas, que han sido luego parte básica de los manuales de propaganda de los gobiernos totalitarios.

Si hablo de trascendencia, hablo del ser humano en su estado natural y el tema es de naturaleza.

Pero si hablo de ateísmo, entro de lleno en el terreno de la política, en cuanto trato de una manipulación antinatural, del ser humano.

Pero hay más.

Dije en la entrada que te he citado, que los ateos tienen fe y tragaderas y que yo no soy hombre de fe.

Me equivocaba por no conocer lo que debo entender por fe.

Al estudio concreto del concepto de fe, he dedicado muchas horas para afianzarlo, al tiempo que trataba sobre el ateísmo.

Todo va relacionado y nuevas respuestas generan nuevas preguntas.

Pero no voy a aburrirte. Resumo: No sé si soy hombre de fe.

El ateo tiene fe, y además, muchas tragaderas.

No es un insulto, es señalar un hecho.

 


Tenemos diario nuevo en la oficina...

 EL DEBATE.com,  es un novísimo diario on line, que se edita en abierto.

Estaba ya harto de intentar leer la prensa online, abrumado por la cantidad de anuncios e interferencias que me provocaba esa prensa para dejarme leer la noticia sin cobrarme.

Es justo y razonable que un periódico ponga publicidad si se ofrece gratis, pero es absurdo que te incordie hasta el punto de que prefieras dejar de leer gratis, a soportar la publicidad agresiva tal como te la presentan.

EL DEBATE.com, lo puedes leer tranquilo y gratis. Bueno ya sabemos que no hay nada gratis, pero, aunque me explique tan mal, seguro que tú me entiendes, lector.

Se anuncia como un diario católico.

Bueno es más complejo que simplemente católico. En realidad su línea editorial se basa, dice, en la doctrina social de la Iglesia Católica.

Esto asustará a algunos y otros simplemente leerán qué es un diario facha.

El que lo vea facha es simplemente un friki o un ignorante... o un socialista. Y el que no sepa distinguir entre diario católico y un diario basado los valores sociales de la Iglesia Católica, es una persona a la que le falta un barniz cultural.

A mí lo de católico me mosqueó, pues son demasiados los que se arropan con esa sábana.

Pero si en esas circunstancias ser un diario católico no es una total garantía, sí es cierto que los católicos se toman muy en serio lo de decir la verdad, lo que en el mundo de la comunicación es algo muy positivo, pues los medios son un caldo de cultivo para las mentiras.

¿Estoy diciendo que los católicos no mienten? No, en absoluto. Mienten como todo hijo de vecino, pero lo tienen como un defecto a corregir, no como un mérito que exaltar.

Y quieras o no, ven la mentira como algo malo y cuando la practican, se les crean problemas de conciencia. Luego se deben confesar, lo que es un trámite incómodo y que exige un arrepentimiento real y la reparación del daño causado hasta donde se pueda, además del firme propósito de no volver a cometer el mismo error.

Todo esto es un follón, pero un verdadero católico debe pasar por ese aro.

Como verás lector, el que ese diario se defina como católico no es baladí, sino que tiene un grado de exigencia grande, si realmente es lo que dice ser. Lo que es muy probable.

Es decir que siento todos malos, los católicos de verdad, son menos malos que los agnósticos o los ateos, que no han de rendir cuentas a nadie.

Tiene este periódico el divertimento añadido, de que puedes comentar las noticias.

Mi amigo Manolo ya ha comentado lo suficiente como para que lo censuren y marginen del ámbito de esos comentarios.

Manolo es muy respetuoso y comedido en todos sus comentarios y en su misma forma de vida.

Esto me pone la mosca detrás de la oreja respecto a la objetividad de ese diario, pues si Manolo, qué es más recatado qué una ursulina, les ha molestado, es que no son tan católicos como dicen; ¿te imaginas a un misionero enfadándose con un nativo, por qué no le dice que sí a todo?

En definitiva, que hay un nuevo periódico fuera de la órbita de los analfabetos y populistas que nos gobiernan, ¡que controlan un 70% de los medios!

Es la ventaja de Internet, que hasta los más imbéciles podemos dar nuestra opinión.

La audiencia depende ya de los recursos económicos del imbécil de que se trate.

En mi caso recursos escasos respaldados por una tenacidad, qué desgraciadamente, no se puede comparar con la capacidad intelectual que quién escribe.

jueves, 28 de octubre de 2021

Soledad.

Hace tiempo que estoy solo. Y eso es bueno porque la soledad te hace romper ataduras y ser más libre.

En realidad todos estamos solos en esta sociedad tan egoísta, pero muchos no son conscientes de ello porque están rodeados de personas que aparentemente le están próximas.

Hoy muchas relaciones parentales son en realidad relaciones de interés o de dependencia material disfrazadas.

Y eso no quiere decir necesariamente que haya mala fe, sino simplemente que el nivel de sensibilidad en la sociedad, está por los suelos.

En la televisión y en la vida veo a hijos decir a sus padres cosas que a mí jamás se me habrían ni tan siquiera ocurrido y menos se las hubiera dicho a mis padres.

Hoy estamos solos, aunque rodeados de muchos.

Y no es bueno para nuestra especie estar solos, pues somos fundamentalmente sociables y nuestro progreso intelectual y material ha ido en función de esa sociabilidad.

Como esto no cambie, veo un mal futuro. A muy largo plazo, con perjuicio para nuestra especie. Y a corto plazo, con el deterioro de la vida afectiva y las secuelas que ello trae.