l mayor proyecto del hombre, debe ser alcanzar la libertad.
Ser libre es imprescindible para que una persona pueda vivir
con dignidad.
Sin libertad podemos vivir como perritos o como koalas. Muchos
perritos viven como maharajás, y no te digo los koalas; (tenían uno en el zoo
de Barcelona, al que traían diariamente desde China, quince variedades de bambú
para su comida).
Ambos, perritos y koalas, pueden vivir muy bien, pero sin
dignidad. No son libres.
Hay seres humanos que viven como esos perritos y koalas,
pero tampoco son libres, porque carecen
de libertad al estar atados a sus necesidades materiales.
Hay cristianos que se creen libres porque rezan a
Jesucristo. Pero si hurgas un poco ves que no son libres, porque para ellos
Jesús es como un cancerbero, que les premia si se portan bien, y les castiga si
se portan mal.
Si sigues a Jesús por ganar el premio, o por evitar el
castigo, no eres un hombre libre, eres un hombre ansioso o miedoso.
A Jesús no hay que temerle, hay que amarle, porque si no es así no eres un cristiano, eres sólo un
ciudadano crédulo con el síndrome de Estocolmo. Careces de libertad.
Lee con atención y repásalo cuanto lo necesites:
Es un poema anónimo, atribuido a san Juan de Ávila, Doctor de
la Iglesia.
No me mueve, mi Dios, para quererte
el Cielo que me tienes prometido
ni me mueve el Infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor. Múeveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas, y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera Cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera Infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Cuando puedas aplicar a lo que sientes, lo que en ese poema
lees, serás libre.