miércoles, 11 de septiembre de 2019

La libertad.

l mayor proyecto del hombre, debe ser alcanzar la libertad.

Ser libre es imprescindible para que una persona pueda vivir con dignidad.

Sin libertad podemos vivir como perritos o como koalas. Muchos perritos viven como maharajás, y no te digo los koalas; (tenían uno en el zoo de Barcelona, al que traían diariamente desde China, quince variedades de bambú para su comida).

Ambos, perritos y koalas, pueden vivir muy bien, pero sin dignidad. No son libres.

Hay seres humanos que viven como esos perritos y koalas, pero tampoco son libres, porque  carecen de libertad al estar atados a sus necesidades materiales.

Hay cristianos que se creen libres porque rezan a Jesucristo. Pero si hurgas un poco ves que no son libres, porque para ellos Jesús es como un cancerbero, que les premia si se portan bien, y les castiga si se portan mal.

Si sigues a Jesús por ganar el premio, o por evitar el castigo, no eres un hombre libre, eres un hombre ansioso o miedoso.

A Jesús no hay que temerle, hay que amarle, porque  si no es así no eres un cristiano, eres sólo un ciudadano crédulo con el síndrome de Estocolmo. Careces de libertad.

Lee con atención y repásalo cuanto lo necesites:

Es un poema anónimo, atribuido a san Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia.

No me mueve, mi Dios, para quererte
el Cielo que me tienes prometido
ni me mueve el Infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor. Múeveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas, y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera Cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera Infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.


Cuando puedas aplicar a lo que sientes, lo que en ese poema lees, serás libre.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Como condiciona la religión las decisiones.


ablaba el otro día de mi amigo José.

haz "clic" aquí, para ver la entrada




Hoy quiero matizar. 

Si José es cristiano, que no lo sé, deberá aguantar el tipo hasta que la muerte lo separe de su mujer.

Si no es cristiano, la prudencia indica que debe de poner tierra por en medio en cuanto pueda.

Decía entonces que si la mujer estaba enferma es de buen nacido buscar los medios para curarla, antes de dejarla.

El matiz está en esa enfermedad. Lo dicho vale si la enfermedad es del cuerpo, pero resulta peligroso alargar la compañía con una persona enferma del alma, porque el mal es altamente contagioso y corrosivo.

Creo que incluso para un cristiano, la convivencia con una persona enferma del alma, es una convivencia de alto riesgo que se debe clausurar a la mayor brevedad.

¿Qué hay hijos de por medio; no importa, preservar la integridad moral es más importante que pensar en que la presunta buena educación que les pueden dar unos humanos a sus hijos, va a prevalecer sobre designio divino sobre esos hijos.

¿Quién determina si la enfermedad del cónyuge es del cuerpo o del alma?: La propia convivencia, observar con distancia los estragos que a uno, o a una, le causa en el alma esa convivencia, y la oración cristiana. Diría también que el consejo autorizado, pero, ¿dónde se encuentra hoy ese consejo? ¡hay tanto charlatán y vendedor de alfombras!

Para tener siempre en cuenta, haz "clic" aquí.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

He perdido la esperanza.


e perdido la esperanza.  Bueno, la he perdido o me la han descuidado.

Lo cierto es que últimamente estoy perdiendo demasiadas cosas. Quizás no las pierdo, y lo que ocurre es que se me ha colado algún roedor y se ocupa de lo que creo que pierdo.

Llevamos tanto tiempo en este juego, que ya sólo  espero que se le acaben pronto  las cosas de interés para que se canse y se marche a buscar otra despensa.

O simplemente, se acomode y se entretenga en degustar lo ya adquirido… y que eso le lleve un tiempo.

En cualquier caso estoy contento, pues dice el refranero que “la esperanza es lo último que se pierde”.  Por eso, perdida ya la esperanza, no tengo más que perder.