martes, 29 de agosto de 2023

El cielo y el inferno.

 Creo en cielo y en el inferno.

Pero con matices.

Si en el juicio final se me premia con el cielo, protestaré.

¿No es un premio excesivo, para un mindundi como yo?

¿Entonces, ¿ que se les va a dar a los buenos?

¿El mismo premio?

¡Qué injusticia!

Y si se me condena al infierno, espetaré:

¿Un castigo infinito, que ni cabe en mi mente, para un mindundi como yo, que ni tan siquiera sabe pecar bien?

A mi perro, cuando se porta mal, le doy un cachete en el anca.

No lo desuello.

Y cuando se porta bien, le doy una golosina.

No una cena en el Ritz.

Ya sé que el Amo es incomprensible.

Por eso lo de los matices.

Porque creo que algo habrá de proporcionalidad y que se pondrá a mi altura cuando me juzgue, para que por lo menos entienda la sentencia.

Aunque ya esté dictada y no haya sabido por dónde van los tiros.

Como cuando te toca un abogado de oficio.

Para consuelo de muchos, hay curas que te dicen: ¡Todos nos salvaremos!

Fíate.

lunes, 28 de agosto de 2023

Fe y razón en el carajal.

 

La sociedad está hecha hoy un carajal.

Y la iglesia católica, como parte de la sociedad, es también hoy un carajal.

Eso no debería tener mayor importancia para los buenos católicos.

Yo no lo soy.

Pues si hilamos fino, lo que está hecho un carajal es la estructura humana de la iglesia ya que, si seguimos la enseñanza histórica de Jesucristo, la institución eclesial es invulnerable al mal.

No así los hombres de la iglesia.

Por eso no nos ha de importar como esté la iglesia, pues siempre estará segura.

Sí nos ha de importar como estarán los seguidores de la iglesia.

Y hoy están hechos un lío.

Y la que les espera.

Por suerte no tengo fe.

Solo me fio de mi razón.

Por eso no me creo nada.

Solo me guío por la razón, que he cultivado leyendo y asimilando las enseñanzas de la iglesia institución, obviando lo demás.

Me da lo mismo cuatro que cuarenta, porque sé que la verdad está en la Biblia interpretada por la Iglesia católica, apostólica y romana.

No he encontrado en su enseñanza. nada que atente a mi razón, que es rigurosa y no se deja colar goles.

¿La comunión en la mano?

La tradición no la acepta.

Me da lo mismo el vaticano segundo.

¿El matrimonio homosexual?

La Biblia no lo acepta.

Me da lo mismo lo que digan obispos progres.

¿La madre de Jesús era virgen?

La Biblia lo deja bien claro a la razón, aunque a la sinrazón le pueda no quedar tan claro.

Ante la flaqueza, la tradición y la interpretación católica de la Biblia,

Carezco de fe, pero mi Señor me ha dejado tiempo para trabajar la razón.

No me ha querido dar el don, pero me ha dado razón.

Probablemente porque ambas llevan al mismo sitio y no ha temido que me perdiese.


martes, 22 de agosto de 2023

Cervantes.

Cita de Cervantes.

No he revisado esta cita, porque imagino que el que la ha recopilado actuaría de buena fe y la copió con exactitud.

No es difícil cotejarla y te sugiero lector, que te entretengas en hacerlo.

Doy la cita por buena, porque autores prestigiosos próximos en el tiempo, que se dedicaban al análisis social, describían su época de forma que resulta muy parecida a la nuestra.

Un buen ejemplo es Baltasar Gracián, que en El Criticón describe una sociedad que podría ser la de hoy.

En sociedades muy desarrolladas culturalmente, que tenían valores dentro de lo que nosotros consideramos normales, ha habido siempre minorías parásitas aberrantes, que se han encargado de fastidiar todo lo que han podido.

Pienso en Grecia, en Roma, en la revolución francesa o en el renacimiento.

Esas minorías aberrantes siempre han fracasado.

El sueño de la razón produce monstruos…

… Pero no hay cuerpo que los aguante.

 

lunes, 21 de agosto de 2023

El político.

                                                     

Sin palabras.   
Quizás debería haber escrito, sin palabrotas, que es lo que me viene a la cabeza.

El pasquín me ha llegado por wasap.

Puede ser que ya lo conozcas.
   
                                      

jueves, 10 de agosto de 2023

Un hombre feliz.

 

Como ya sabéis, porque lo he comentado aquí, he dejado de leer diariamente las noticias, para ser más feliz.

Y lo soy.

Los desastres siguen pasando, pero como dice el sabio refrán español; ojos que no ven, corazón que no siente.

Una vez había una mujer, de talante liberal, que le decía a su pareja; ves con quien quieras, pero no me lo cuentes.

No es nada edificante, pero a corto plazo te deja vivir en paz.

Lo mismo con las noticias.

Pero ahora me doy cuenta de que no es suficiente.

Me he puesto a leer un libro de historia de la religión, escrito por un autor consagrado.

Y no hago más que encontrarle pifias.

Pero no errores históricos, que no soy nadie para corregirle, sino contradicciones en su propio relato histórico.

Y para eso no hay que ser nadie, sino simplemente hay que saber leer.

Hace muchos años, alguien me contó que para no tener problemas en una conversación, había que omitir los temas de política, mujeres y religión.

Me atrevería a añadir el fútbol.

No me trae el fútbol, no me atraen las mujeres ni sus sucedáneos y ya he dejado la política como tema de interés.

Está claro que me falta dejar la religión.

No quiero decir hacerme masón o algo parecido, sino obviar de mi interés todo aquello relacionado con el mundo trascendente.

Tampoco digo hacerme ateo, lo que es una soberana tontería sino no dar vueltas algo que, por definición es incomprensible y no cabe en mi cabeza.

Ni en mi cabeza ni en la de mi vecino del quinto cuarta, que es ingeniero de caminos.

Siempre he creído, que el conocimiento es una meta a alcanzar en cualquiera de sus grados.

Pero cuando buscas el conocimiento a través de un maestro, acabas descubriendo lo que me dijo una persona próxima, hace ya muchos años; acabas teniendo los errores del maestro y los tuyos.

Por eso la única forma de que el conocimiento no sea un caos, es adquirirlo de primera mano, a través de un poco de estudio y de mucha meditación.

Y allí donde no llegas a ninguna conclusión, dejarlo estar porque probablemente no exista conclusión.

Ya no leo no digo noticias voy dejando el estudio...

Pronto seré un verdadero cenutrio o un hombre feliz.

sábado, 5 de agosto de 2023

Pereza.


La pereza es un pecado capital, que algunos ven con indulgencia e incluso con una cierta simpatía.

En muchas películas, sale el perezoso como un tipo simpaticote.

Como el borracho.

No hay simpatía ni en la pereza ni en la borrachera.

Ambos son síntomas de una degradación moral, que siempre acaba llevando una situación trágica.

Aunque el perezoso y el borracho no estén de acuerdo y digan que eso es una exageración.