Donde no hay amor pon amor y encontrarás amor.
San
Juan de la Cruz.
En uno de esos wasaps que los descerebrados envían para cubrir las apariencias de la sociabilidad, sin dejar en entredicho su insignificancia intelectual, leí ese frase atribuida a Santa Teresa de Calcuta.
Da lo mismo quien la dijera, es un sofisma.
Y por quien la dice, una pretensión de mesianismo.
Si no hay amor, por mucho amor que pongas, sólo puedes encontrar o sacar el amor que tú has puesto.
A no ser que resultes un redentor que transforma al otro.
Ya puedes poner todo el amor que quieras, en quien quieras, que si no pasa algo más ajeno a ti, no vas a encontrar nada, pues el amor que has puesto te habrá elevado a ti, pero si el otro no quiere darse por enterado, tu amor de poco le ha servido a él.
Aún para predicar con el ejemplo se necesitan las voluntades de dos partes.
Tú puedes controlar la tuya, pero la otra no está en tus manos.
No desesperes si tu predicación y ejemplo parece que no sirven para nada.
La cocina de la vida, está en otra estancia.
Si no lo ves así, no pierdo el tiempo. Ya crecerás.