viernes, 4 de junio de 2021

¿Pegar a un hijo?

A un niño, dicen algunos, no se le debe pegar nunca.

Esto es un chollo para cualquier crío, especialmente si tiene vocación de delincuente.

Eso de pegar es muy relativo.

No se debe pegar nunca a nadie sea pequeño o grande.

Pero pegarle un cachete a tu hijo si te insulta, por ejemplo, no solo es necesario, sino que es imprescindible para la propia supervivencia a largo plazo de uno mismo y del propio crío.

Porque si el crío cree que insultar a un prójimo no tiene consecuencias, cualquier día insultará a un navajero de barrio y éste  no sólo le dará un puñetazo en la nariz, sino que quizás lo abrirá en canal.

Cuando los pijos y macarras del Cumbayá comunista dicen de no pegar a los hijos se refieren a que una persona normal no debe ni tocar a un hijo aunque este le insulte o le pegue.

Pero sí pueden sus milicias entrar a saco en las casas de la gente normal parar robarles el patrimonio y asesinar a sus integrantes y,  si la casa es bonita. quedársela.

Pegar tiene muchas acepciones y secuelas.

Pegar un bofetón a un hijo cuando esté a opositando a que se lo des, es bueno, pedagógico y educativo.

Pegar por capricho o con exceso es igual de malo que pegar a un militante de Vox o del PP porque no piensan como el energúmeno que les agrede, casi siempre militante de un partido de izquierdas.

El pijerío progre y cutre se caracteriza por cantar la paz y armonía con la boca, mientras que con la mano apuñalan por debajo de la mesa a quién no piensa exactamente como ellos.

En consecuencia no descartes en la educación de tu hijo el pegarle si es oportuno.

Pero ese pegarle es sin agresividad interna aunque tengas que aparentarla para que el crío se lo tome en serio.

Es más importante el gesto, que el dolor que cause el bofetón o el cachete en el culo.

Y si no tienes presente, en el momento del castigo físico, que eres un adulto fuerte y que el otro es un crío frágil, es que eres idiota.

Se trata de intimidar y de causar un dolor moderado, no de lisiar.

Por último ten presente que estás castigando, no que te estás desahogando.

Si lo que quieres es desahogarte físicamente, llama idiota al primer garrulo de metro noventa que te encuentres en la calle. Ya verás como te desahoga.

No seas comunista; pega con sensatez a tu hijo cuando proceda, si procede y se lo merezca. Y no pegues con ira y en tropel a quien no piensa como tú.