viernes, 24 de diciembre de 2010

lunes, 6 de diciembre de 2010

Estado de alarma

Cuando sea mayor, quiero ser ministro socialista de una sociedad democrática como la española. Es la mejor opción y la más parecida a la de dictadorzuelo bananero.

El dictadorzuelo bananero hace lo que le da la gana, a la brava. Pero eso da mal tono y hace que no se cuente con él en los ámbitos internacionales de buen ver.

El ministro socialista de una sociedad democrática como la española, hace también lo que le da la gana, pero lo prepara y lo adorna. Me lo hacía mi hermana cuando éramos chicos; me pinchaba a hurtadillas hasta que saltaba y cuando yo saltaba, lloraba ella, y la bronca era para mí.

Los sociatas hacen lo mismo; eligen un colectivo influyente, lo marranean a hurtadillas y cuando el colectivo salta, se le da palo ejemplar. Colectivo anulado y a seguir en lo que estaban… ya sabemos todos en lo que están los sociatas.

En este último asuntejo de los controladores, han ensayado el “estado de alarma”. Con eso, además de anular al colectivo molesto, ponen la bota sobre toda la sociedad que, encima – bueno, debajo de la bota - es feliz. Como yo.

Desde luego, si sale gratis es un chollo; la Nación bajo la bota militar, ¡y todo en plan demócrata! Quince días de estado de excepción, dos meses, ¡lo que la borregada española aguante! Es decir, mucho tiempo.

¿Se imaginan cómo estarán la Pajín y el Cerolo - para nombrar a dos de mis preferidos -, esperando a ver si lo del “estado de alarma” funciona? Y es que si funciona un poco bien, sólo un poco, nos dan morcillas a todos los españoles.

Vamos a esperar. La verdad es que a mi me “pone”, como dicen ahora, una Chacón vestida de guerrillera (como la de “Los Clones”… ¡eso es una mujer!) en plan; “¡soy la mismísima ministra del ejército español, todos de rodillas, esto es un “estado de alarma!”.

Pd. Me dicen que Cerolo se escribe con “z” de “zorra”, o de “zumo”, es decir, Zerolo. Pido disculpas y denlo por corregido.

Pdd. Hoy (lunes 6), oyendo las noticias en los medios de comunicación que frecuento, he constatado lo listo que es el gobierno y lo torpe que es eso que, genéricamente, llamamos la derecha. Y me han conseguido poner de mal humor.

La situación en los medios es, en resumen y ya sin excepción que:

1. El “estado de alarma” está justificado.

2. Los controladores son unos canallas.

Mi opinión es la siguiente: La actuación de los controladores fue injustificable. Es decir, no se justifica.

Parece demostrado que la actuación de los controladores, estuvo provocada por una actuación del gobierno previa y sostenida en el tiempo. Es decir, la actuación recalcitrante del gobierno hacia los controladores, le hizo saltar y provocó la actuación injustificable de ese colectivo (que muy probablemente, por lo infantil de la reacción, será mayoritariamente de eso que llamamos “derechas”).

Si esa actuación del gobierno, que provocó la funesta reacción de los controladores, fue premeditada, queda claro que el gobierno es malo y listo y que los controladores son inconscientes y tontos. Si la actuación del gobierno fue improvisada, el gobierno es incompetente y malo y los controladores inconscientes y tontos.

El “estado de alarma” en manos de un gobierno incompetente y malo, es como una pistola cargada en manos de un mono. Me da igual que sea legal, casi legal o ilegal; es peligroso para la ciudadanía. Si además el “estado de alarma” es una medida de legalidad dudosa o cuestionable, entonces no hay discusión; no debió recurrirse a ella.

Los “golpes de efecto” de la izquierda, cuando se aleja del poder, son para echarse a temblar. Haga el lector memoria reciente y quédese helado.

Se podía haber expedientado a los controladores sin necesidad de militarizarlos y, sobre todo, se podía haber puesto el asunto en manos de los tribunales de justicia ordinarios, no militares, para ver hasta dónde los controladores fueran responsables de las pérdidas de los billetes de los viajeros, con el gobierno de forma subsidiaria, y consecuentemente si deberían indemnizar a los viajeros por los importes de los billetes de avión perdidos, así como de los gastos derivados de esas pérdidas.

No es necesario despedir controladores, al contrario, pues de resultar culpables de los perjuicios provocados a los viajeros, deberían estar en buena forma económica para hacer frente a los gastos de las indemnizaciones que procedieran, con sus correspondientes intereses de demora.

Porque en todo esto, los que verdaderamente pierden sin tener arte ni parte en el tinglado del mundo aéreo y la sucia política, son los viajeros. Y ni la militarización ni demás zarandajas les va a devolver un solo euro.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Estado excepcional

Rubalcaba ha tomado el poder de forma espectacular: ha declarado un “estado de alarma”, que debe durar quince días, pero ya anuncia que durará más.

Hemos visto por las calles vehículos militares de la división del ejército mandada por el presidente del gobierno Rodríguez Zapatero (el único presidente europeo que es generalísimo) y los españoles están advertidos de que deben ser buenos lo que dure el “estado de alarma”, es decir, hoy por hoy, de forma indefinida como anuncia Rubalcaba.

Que Rubalcabo no juega es evidente. Según dice la prensa, fue el ministro del terrorismo de estado, de los experimentos con indigentes, de la colaboración con el terrorismo… y, en general, protagonista y encubridor desde el poder, del crimen y de la corrupción. Eso dice la prensa y parece que aporta pruebas.

A tomar nota de ello, todos. Los que ya están sometidos al poder y los díscolos, sobre todo los medios de comunicación. Todos.

Los que ven vulnerados día a día sus derechos, seguirán igual en ese aspecto. Nada pierden y algo ganan.

Porque si el poder es firme, no precisa las subvenciones para mantener fidelidades; para eso están los comisarios políticos. Oído al parche, medios de la ceja.

Lo mismo a los nacionalistas, pues ningún tirano de bien permite semejantes devaneos. Atribuida a Calvo Sotelo (parlamentario, no tirano) es la cita “antes una España roja que rota”.

Maricones, skin heads, delincuentes independientes, progres, y demás, podrán seguir ejerciendo pero en estado de guardia, como los vendedores de la manta.

Es decir, Rubalcaba nos ofrece paz social sin libertad. Por lo que a mi respecta, que ya no tenía libertad, la oferta del tirano me aporta paz social. Quizás, como primera instancia, sea un buen negocio eso del “estado de alerta” indefinido.

Imagen: Fotograma de la irregular película de serie B, "V de venddeta".