jueves, 17 de noviembre de 2011

Lo que vi en el debate Rajoy-Rubalcaba

No me apetecía ver un “debate” entre dos contendientes de los que ya he opinado aquí. Pero entendí que, en conciencia, no podía omitir esa especie de acontecimiento. Así pues, lo vi… bueno, a trozos, pero lo vi.

Opino primero de Rubalcaba. Más de lo mismo. He leído que al finalizar, en la sede del partido le esperaba su mujer al frente de quinientos incondicionales, todos al grito de “¡presidente, presidente!”. Rubalcaba, dice la crónica, lloró de moción al presumirse vencedor del debate. Sin comentarios.

Pero, ¿ganó el debate? Sin duda sí, para los suyos, claro. Es cierto que estuvo mentiroso, impertinente, reventador, marrullero,… Pero ¿no es eso lo que los suyos esperaban de él? Hubiera perdido, para los suyos, si hubiera estado sincero, educado y noble.

Recordemos que los suyos, esos quinientos con su mujer al frente, jaleaban al portavoz de los GAL, una panda de asesinos.

Jaleaban al negociador con la ETA, otra banda de asesinos.

Jaleaban a quien todavía no sabemos como, está detrás de los oscuros acontecimientos que estallaron en la estación de Atocha de Madrid y causaron cerca de mil víctimas, prácticamente todas obreros.

Jaleaban al que todos creemos está detrás de la traición del caso Faisán…

Todo esto es muy serio. Ese individuo sonriente que nos metieron en casa a través de la TV la noche del debate, es un individuo con mucha presunción de estar manchado de sangre inocente y traición al pueblo español.

Toda ese gentecilla de izquierdas que dice “no” a la pena de muerte, ¿dice “sí” cuando la pena de muerte pesa sobre inocentes, en aras del estado socialista?

Yo no daría la espalda a Pérez Rubalcaba, ni a su mujer, ni a los quinientos incondicionales, ni a nadie que justifique o haga oídos sordos a los asuntos del GAL, la ETA, el Faisán… por alcanzar un “estado socialista”.

¿Y cual es la realidad de los últimos ocho años de Rubalcaba? ¡ocho años! La realidad es ruina, pobreza, conspiración, traición, expolio, corrupción y una sociedad desvencijada, hundida, desmoralizada. ¡Menudo Rasputín!

Eso, en la más rancia doctrina de izquierdas, es traición al pueblo y supondría un juicio sumarísimo que acabaría, irremediablemente, en el patíbulo. Juicio sumarísimo para el traidor y para su cúpula de millonarios expoliadores del pueblo. Es evidente que su mujer y los quinientos no son “el pueblo”, sino los que jalean al traidor.

Esa era una parte de la mesa.

La otra, Rajoy. Y, ¿Qué es Rajoy? “Ni chicha ni limoná”. El líder de los desesperados que no tienen dónde elegir… ¡Lo que hace el hambre! Si Rajoy es lo que parece, lo tenemos claro.

Como muchos no se atreven a pedir el voto para Rubalcaba dicen; “da lo mismo uno que otro”. Y eso es ya mucho.

Rajoy parecerá despistado pero, por lo menos y es mucho, no ha intervenido en ningún montaje mafioso con muertos por en medio. Y antes de la política era un ciudadano solvente. Veremos como torea a su jauría de ansiosos de cargos.

Si no hay más remedio que elegir entre uno y otro, no hay color. Sin duda Rajoy. Siempre nos queda el factor sorpresa. Espero sorprenderme, aunque no pongo mucha ilusión en ello.

Otra opción es dejar pasar. Pero eso es alinearse con los traidores y prefiero a un despistado que a un traidor.

Sería bueno tener más opciones donde elegir, pero esto es la democracia española. Aunque la verdad, no creo que encontrara mi sitio con ninguna opción de poder, pues veo en él, lo que veía Campoamor:

“…¡La gloria!, capa del crimen.

Crimen sin capa ¡el poder! …”

Esta es mi opinión ajena a cualquier apasionamiento y si más base que el sentido común. Votaré a Rajoy, auque sea con una pinza en la nariz.