Esta semana pasada he tenido ocasión de tratar a una serie de grupos de personas, que han ocupado mi tiempo más de lo habitual. Naturalmente, he podido conocer más opiniones que de ordinario. También esta semana ha coincidido la noticia, de diversas encuestas realizadas por medios de comunicación sobre el grado de conocimiento de los españoles del mundo en que viven.
Desgraciadamente, mi opinión coincide con la de las encuestas; los españoles, y más concretamente los jóvenes, ignoran de forma alarmante lo que ocurre a su alrededor así como su historia más reciente. Por poner dos ejemplos, no saben quien era Franco ni tiene idea remota de lo que es el “caso faisán”. Desde luego es un éxito de la propaganda socialista, pero también es un mérito personal, ganado a pulso, de cada uno.
Además, esos españoles ignorante, y otros malvados, han votado reiteradamente a quienes han legislado sobre la despenalización del aborto, a quienes manipulan la justicia para encubrir su enriquecimiento ilícito personal, a quienes son protagonistas de una corrupción constante y generalizada, a quienes han hundido a España en una pobreza económica de altos vuelos, a quienes han elaborado una ley penal que deja impune los más espeluznantes delitos cuando están cometidos por menores o condena a penas irrisorias a los delincuentes mayores... En fin, esos ciudadanos han permitido, con su voto, que España sea el último país de Europa en educación, y el primero en corrupción o paro y el paraíso mundial de los delincuentes; acabo de leer que se está finalizando en el Norte de España, una prisión con piscina y todos los recursos de un hotel de lujo, destinada a los delincuente de ETA y a la flor y nata de la escoria social que por circunstancias extremas no pueden eludir la justicia.
En esta tesitura me planteaba las nuevas elecciones generales en España, con las dos preguntas siguientes: ¿es bueno que los socialistas vuelvan a ganar?, ¿es justo que los socialistas vuelvan a ganar?
Le pido al lector que rumie las dos respuestas. Yo esbozo las mías.
No es bueno que los socialistas ganen las próximas elecciones. La recuperación de España es problemática tal como están las cosas. No ya desde el punto de vista económico, que es lo de menos, sino desde el más importante aspecto de la convivencia social. Como ejemplo sirva el botón de muestra de la persecución religiosa; cada día son más las noticias de los actos de violencia en España contra los católicos. ¿Dónde ocurre igual en el mundo? En África y en los países más atrasados del Extremo Oriente, es decir, en el Tercer Mundo. Volvemos al viejo tópico, desterrado hace ya tantos años: “Europa empieza en los Pirineos”. El socialismo nos ha arrastrado al Tercer Mundo cultural. El asunto es muy grave.
Y, ¿es justo que los socialistas ganen las elecciones? Si el lector se remonta al principio de este escrito, la respuesta es obvia; sí, es justo que los socialistas ganen de nuevo las elecciones y que sea Zapatero quien las gane. Porque no es justo que un país que vota el crimen del aborto, que es condescendiente con el delito, que ignora la corrupción en la esperanza de llegar a ser él mismo un corrupto y ser tratado con impunidad… esa población no se merece que venga un tercero y le saque de la miseria, simplemente por temor a la crisis económica.
Porque no lo duden, si los socialistas pierden no será porque el populacho desee para sí algo mejor o que se haya planteado una regeneración moral, sino, simplemente, porque han dejado de darles pan y circo y aspiran a que Rajoy cumpla ese cometido, sólo eso. Ya se ha ocupado Rajoy de transmitir el mensaje de que con él no corren peligro la corrupción ni el aborto. Sólo, menos paro, y mejores pensiones.
Pd. Cuando decido subir esta nota al blog, lo hago con la alegría de que Rodríguez acaba de anunciar que huye de su puesto de presidente desde el que desvencijaba a España y no se presentará en las próximas elecciones. No acabo de creerme a ese charlatán de feria, pero algo es algo, aunque por ahora siga ahí o quizás mañana se desdiga. Ahora bien, sigo en las mismas. Los españoles se merecerían un Rubalcaba, una Chacón o una Pajín… no, eso último sería demasiado… aunque, ¿por qué no?