No puede haber paz sin
justicia. Y en Cataluña no hay justicia.
El otro día vi al Mas, el cesarillo
catalán, eufórico porque ha conseguido emular al general Franco, reuniendo una
borregada nacionalista en el Camp Nou.
Mas, ya sin recato, prohíbe
el español, el castellano, en Cataluña. Prohíbe el idioma que enriqueció económicamente
a su familia y a la oligarquía catalana en la posguerra, a la sombra del citado
general Franco. ¿Es Mas un hombre valiente?
Esos tiranuelos de opereta
no son valientes. Son descerebrados. El gozo que inundaba a Mas el día del Camp Nou no era normal, respondía más
bien a aquello de “si no lo veo no lo creo”. Estaba tan eufórico como el
presidente de mi comunidad de vecinos cuando consigue que en la reunión haya
quórum: “caramba (él dice otra cosa), ¡qué importante soy!”.
A base de machacar
cerebritos con toda la parafernalia mediática catalana, consiguió montar la
becerrada en el Camp Nou. Unos “nacionalistas”
que tragaron con un “president de la
Generalitat” andaluz sin nivel “C” de catalán. Sin comentarios. También yo
conseguí que me vitorearan el día de mi santo, aunque me costó un riñón la
invitación a los vitoreadotes. Y también muchos de mi pueblo votaron
socialista, a base de bocata y cinco mil pelas per capita. Mi santo me costó un pico, pero también me tocaron el
bolsillo las votaciones de mi pueblo y esa fiesta del Camp Nou en la que no participé… y a ti, lector.
Mas está crecido y Rajoy hecho
un bobo, como ya pronostiqué en su día.
Mas prohíbe el español cada
día en más ámbitos. El otro día mi vecino preguntó a su hijo de cuatro años,
castellanoparlante que cursa en un colegio concertado catalán:
- ¿La profesora te habla en
castellano?
- No, papá.
- ¿Por qué no le pides que
te hable de vez en cuando en castellano?
- No, porque se enfada.
Me puse en el papel del
padre. Ponte tú también en su papel por un momento, lector. La profesora se
llama Rodríguez y está intentando destrozar la herencia cultural de tu hijo en
nombre de la catalanidad. ¿Hasta dónde puede hacerlo? ¿No se les han de parar
los pies a esa basura mercenaria, y a sus amos, que practica el genocidio
cultural?
Mas nos reprime y Rajoy, con
su sonrisa mema, no nos defiende haciendo que se cumpla la ley… ¡eso del
catalán es un asunto de provincias!
Planteémonos llamar a
somatén a todos, catalanes, castellanos, vascos, gallegos, andaluces,… afincados
en Cataluña y que estén por la libertad. La cobarde represión de Mas y de su
oligarquía no es una herencia catalana, es la miserable pasión por el poder y
el dinero nacida en un alma prostituida.
Solo una vez erradicado ese
falso catalanismo mestizo, sibilino y represor, con toda la chusma que lo
sustenta, se podrá pensar en edificar una Cataluña basada en el gen catalán,
que es justo, conciliador, perseverante, innovador y valiente.
Cataluña se ha abierto paso
y ha despertado admiración históricamente, hasta que esa basura mestiza del
catalanismo económico y nepótico, liderada en su día por el Jordi Pujol, de
infausto recuerdo, redujo los valores catalanes al mero idioma, único valor que
él y los suyos pudieron blandir, pues carecían de la nobleza, del espíritu de
trabajo y de los valores del catalán.
Y hoy, decenas de Rodríguez,
López, García, Pérez,… blandiendo lo que dicen banderas independentistas, nos pretenden
decir a gritos, con violencia y coacción, lo que es Cataluña.
A Cataluña la define su Historia,
no la historieta de esa chusma ni la verborrea de una casta política de
advenedizos traidores hablando el barcelonés.
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