sábado, 30 de noviembre de 2019

El separatismo catalán, sentimiento racista, y tóxico.







iempre he sido nacionalista catalán, lo que ha llevado implícito y latente un germen de racismo. No voy a autoengañarme. 

Sí, de haberlo cultivado, hoy podría ser racista.

Pero como no carezco de sentido común, sé que ese sentimiento de superioridad carece de cualquier base racional o científica  y que, de dejarlo crecer, puede llegar a dominarme hasta la irracionalidad. Por eso lo rechazo y me quedo en nacionalista.

El separatismo catalán es una cosa de hoy, pues el renacimiento catalán se basó en el nacionalismo, en lo político, y en los valores tradicionales catalanes en lo cultural, valores que podemos simplificar en el “seny” y en el cristianismo.

Sin embargo, el separatismo arremete contra la tradición catalana, colocando una estrella ridícula invadiendo las cuatro barras, es anticristiano y es absolutamente ajeno al “seny”. 

El separatismo está basado en un supremacismo sin fundamento, en la violencia, en la extorsión, en la represión y en el latrocinio.

El patético napoleón de Waterloo no es un héroe, es un delincuente común y cobarde.

Si Cataluña valiera algo para él, estaría en la cárcel dando ejemplo de sus valores.

Pero sus valores son los del buen vivir, que es de lo que está dando ejemplo llenando su barriga y azuzando desde su palacete a los que desprecia, para que ejerzan violencia en su nombre.

¡Menudo cobarde! Ese fulano es separatista, pero no es catalán.

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