martes, 1 de abril de 2025

Me paso el día barriendo con mi escoba. Otra vez la escoba.

Vuelvo a traer la escoba, porque la actualidad lo requiere.

Oigo que Sánchez parece que tiene intención de convocar pronto elecciones. Por lo visto se ve acosado por la corrupción y su incompetencia o maldad.

No sé si va a convocar elecciones, pero lo que sí sé es que las anteriores tuvo la ayuda ayuda de Indra, que era la empresa encargada del recuento de votos y a cuyo frente estaba un amigo íntimo suyo.

Y ahora tiene otra vez a cargo del recuento a Indra y a cargo de la transmisión de los resultados, a Telefónica, al frente de la que ha puesto apresuradamente a otro amigo suyo.

No sé si está pendiente de convocar elecciones.

 Pero lo que sí tengo bastante claro es que si las convoca las ganará, con la ayuda del pelotón de traidores, apandadores y europeístas.

O por lo menos con esa intención las convocará.

Y con la basura de oposición que tiene en España, es muy probable que salga bien parado de ellas.

La historia contemporánea demuestra que a los comunistas solo se les saca del poder a palos.

A palos de escoba sacaron a Sánchez de Valencia.

Que para esa chusma cobarde, con el palo de una escoba es suficiente.


 

lunes, 24 de marzo de 2025

La terapia de escribir.

 

Diecisiete años hace que empecé este blog. Muy esporádicamente, leo las entradas del principio y me sorprende ver que suscribiría los contenidos de entonces, aunque modificando la redacción. Soy antiguo.

En este tiempo he ido modificando He la estética, porque me facilita mucho identificar la entrada con una ilustración.

En estos años he probado varias soluciones y al final he quedado en esta. He descubierto la sopa de ajo.

Hace relativamente poco quise renovar la audiencia y lo conseguí, creo.

No digo como, pues es el huevo de Colón. Me sorprendió el resultado, porque no soy estratega ni especialista en comportamiento humano. Pero me di cuenta de que conocía a los lectores del blog. Quizás dentro de unos años lo cuente, porque en realidad no sabré el resultado real del experimento hasta que pase un buen tiempo. Espero durar para contarlo.

Esto viene a que, aunque el blog siga estable después de tantos años, mi vida personal es una vorágine que necesitaría mucho tiempo para describir y aun así me quedaría corto.

Escribir con detalle lo que abruma al alma, es una buena terapia para aliviar la psique, pero no siempre es posible hacerlo y menos aquí.

Lo haré en otro sitio.

Pero por lo menos sirva esta entrada para que tomes nota, lector, de que escribir tus penas las alivia y te libra de males mayores.


sábado, 22 de marzo de 2025

España, el can y la hidrofobia.

 

Desde hace años, desde las últimas elecciones fraudulentas en las que tomaron el poder Pedro Sánchez y los suyos, España está gobernada desde Bélgica, por un delincuente fugado. ¡Vale! es una metáfora, pero una metáfora muy realista.

Se puede marear mucho la perdiz en torno a esta afirmación, pero la conclusión al fin es esa.

El presidente Pedro Sánchez está rodeado de corrupción evidente.

Se puede alegar que él no sabía nada. Pero eso se puede hacer frente a un auditorio tonto, fanático, de marujas... porque las meretrices,  minoristas y gobiernos mayoristas ya saben de que va.

También se puede marear la perdiz en esa cuestión, pero el resultado es evidente.

Pedro Sánchez y los suyos tienen un trato legal que no tiene ningún otro español.

Cargos fundamentales en cualquier nación, están ocupados por personas imputadas. que no deberían ocupar la plaza en la que se encuentran. Simplemente por higiene.

La prensa cacarea todas estas inmundicias, pero los poderes fácticos permanecen inmutables.

Esos poderes actuaron contra el Rajoy, de triste memoria, por mucho menos.

Pero no actúan contra Sánchez por mucho más.

Ya sabemos qué son esos poderes fácticos y que les gusta  lo mismo que da marcha a la chusma socialista y comunista.

¿Es España una nación libre?

Cualquiera, a poco informado que esté, puede llegar a sus propias conclusiones.

Probablemente un observador objetivo, llegará a la conclusión de que es una nación anómala con un gobierno anómalo.

¿Cuál es la forma de encauzar esta situación?

A lo que se ve no hay forma.

Parece que todos, excepto la ciudadanía, están cómodos.

Un golpe de estado sería improcedente, con la oligarquía que gobierna hoy España.

A no ser que fuera un golpe de estado a lo chino, tratando como ellos hacen, a todo el que estuviera implicado por corrupción en algún expediente judicial no prescrito, o prescrito, pero con evidentes trazas de corrupción en su trámite.

Muerto el perro, se acabó la rabia. Naturalmente, la referencia al refranero español es solo un recurso literario.



sábado, 15 de marzo de 2025

"La aventura puede ser loca, pero el aventurero, debe ser cuerdo". (Chesterton).

 

Probablemente habrás leído muchas citas de Chesterton, porque es un autor lúcido y con mucho sentido común, hasta el punto de que autores que no comulgan con sus ideas, recurren a él para centrarse en asuntos complejos.

Hace relativamente poco, tuve ocasión de leer esta cita que me iluminó sobre mi situación existencial.

Mi vida ha sido una aventura loca.

Me doy cuenta de ello cuando escribo en el blog y cuando, aburrido, repaso lo que he escrito en lo que a mi me afecta, para aburrirme más.

Me faltará vida para escribir mi loca aventura.

Pero hay algo que no me cuadra. Son los prolegómenos al final de la aventura. Hablo con una perspectiva temporal generosa en términos estadísticos, pues como ya dije, la bola de cristal la tengo en el taller.

Ha sido un guion muy complejo para un final absurdo a la vez que complejo, en consonancia con el guion.

Sí, en la aventura de mi vida todo ha sido complejo, pero hasta ahora nada había sido absurdo. Es en esta cita de Chesterton donde encuentro la razón.

El aventurero no estaba cuerdo.


viernes, 14 de marzo de 2025

Conocer por las consecuencias. Jugar a los bolos.

 

A Nemesio. En la mañana del viernes 7 de marzo de 2025.


Debo estar chocheando, porque me ha dado otra vez por escribir sobre un tema no práctico. ¡Vamos en divagar!

Como llevo un par de días tratando sobre temas trascendentes, por un momento he pensado que estaba perdiendo el tiempo, y he decidido bajar a lo terrenal.

Una bola de bolos, todo el mundo sabe lo que es y por ello, cree en los bolos: Porque o bien juega a los bolos o ha visto jugar a los bolos o los creyentes más fanáticos, porque les ha caído un bolo sobre el pie.

En fin, que nadie duda de los bolos, que por cierto tienen mil acepciones, algunas sorprendentes, que puedes conocer buscando la palabra bolo en el diccionario.

Sin embargo, eso de Dios es algo que no se ve, que no se toca, que no huele y que si le insultas no te rompe la cara. Bueno quizás sí, pero a tan largo plazo que es probable que no relaciones la causa con el efecto.

A un lerdo le hablas de Dios y te pregunta; ¿cualo?  Porque en su puñetera vida se ha planteado perder el tiempo pensando en algo intangible.

Y nuestro mundo contemporáneo está lleno de lerdos a secas o lerdos ilustrados, que son peores.

Por eso, para hablar de Dios hay que utilizar técnicas que despisten al lerdo, de manera que le obliguen a pensar sin quererlo y sin darse cuenta.

Hay técnicas groseras y técnicas sutiles.

Creo que ya he comentado en el blog que en la España de la república comunista y de la guerra civil, se les decía a los niños; pedid caramelos a Dios y pedid caramelos a Stalin.

Cuando se los pedían a Dios, no tenían caramelos.

Pero cuando se los pedían a Stalin, un camarada les traía caramelos. La conclusión para los niños era obvia; Dios no existe y Stalin sí.

Esa es una técnica grosera, propia de mentes elementales y criminales: Una persona normal, no psicopática, no debería recurrir a ellas.

Pero sí es lícito y honrado recurrir a técnicas que lleven a una conclusión mostrando no el objeto invisible, si no los efectos visibles y tangibles de eso invisible e intangible.

¿Y qué es eso me dirás; en qué consiste eso?

Pues en que eso que llamamos Dios y que no vemos y sobre todo, que no comprendemos porque trasciende a nuestros entendederas, se puede conocer discriminando sus efectos.

El primero y más evidente es el universo: Alguien lo ha creado. De eso la ciencia nunca ha tenido duda. A ese alguien o algo es a lo que llamamos Dios.

Puedes decirme ese ejemplo no me sirve por qué; es muy grande y yo vivo mi día a día a lo pequeño. No me calientes la cabeza.

No te la quiero calentar solo estaba poniéndote en situación.

Si tú tienes bien asumido que el universo es la obra inteligente de un tercero, solo tienes que meter a ese tercero en tu vida y ver qué pasa.

¿Como metes a ese tercero en tu vida?

Te decía el otro día que en el lote de la creación va incluida la ley natural que rige el Universo pues de otra forma sería un caos.

Asumir la existencia de ese creador es asumir la ley natural.

No te será difícil, pues para eso eres un ser racional; si los irracionales la siguen, sería triste que tú siendo racional fueras incapaz de conocerla y seguirla.

Hoy ya me enrollado demasiado.

Si puedo mañana seguiré comentando las consecuencias de seguir esa ley natural que nos lleva a la experiencia tangible de la existencia de ese Dios intangible e incomprensible, en una primera instancia.

Lo dejo por hoy.

No tengo claro si estoy cansado o si temo cansarte a ti.

 


viernes, 7 de marzo de 2025

La religión, un campo de minas.


 Aprovechando que he entrado de nuevo en el terreno de la religión, quiero volver a advertir que no soy cura ni nada tengo que ver con ningún oficio eclesiástico, ni estoy bajo la estructura jurídica de ninguna institución religiosa, ni sigo disciplina de ninguna institución, grupo, secta o sociedad deportiva, que gestione ningún equipo de fútbol o paddle.

Soy un hombre independiente. No como los políticos independientes, a los que el morral no les deja decir su condición.

Solo dispongo de un DNI al borde de la caducidad y de una tarjeta de la seguridad social.

No me interesan los asuntos religiosos más que como una cuestión sociológica.

No me veo con capacidad ni autoridad para redimir a nadie, ni tan siquiera para catequizarlo.

No tengo ningún don, más que el del registro civil, cuando va delante del nombre. Ni soy más señor que el del mismo registro, cuando va delante del apellido.

Mi única experiencia misionera ha sido como la cabra de la legión, es decir, hacer sin rechistar lo que mi amigo y anciano cura me pedía. No por sumisión sino por cohesión. Y no para hablar de religión, sino para enseñar a cómo salir de la pobreza.

En consecuencia, lo que aquí digo que afecte de alguna manera a cuestiones religiosas, lo digo sin conocimiento y sin intención de lesionar ninguna fe, aunque sea la del moro Muza, que desconozco pero que respeto, si es una fe respetable.

Si digo algo que escandaliza, es porque seré un cretino, no un malvado.

Me he pasado la vida haciendo equilibrios para no molestar ni ofender ni a los más tontainas … y estaría bueno que después de pasarme una vida reprimido, se me fuera a tachar, al final, de provocador.

Así, que cada cual mee sus culpas y no se enfade conmigo, si lo que digo le disgusta.

Y para finalizar, un consejo que sirve para todos y especialmente para los católicos.

Salvo que te creas que tienes ciencia infusa, estudia los fundamentos de tu religión.

Con la mente abierta, pero con criterio.

Con la mente abierta, para no ser un fanático.

Con criterio, para no ser un hereje.



miércoles, 5 de marzo de 2025

¿Católico? El cielo, el infierno y la libertad.

 


A pesar de que mi educación ha sido católica, después de una vida agitada en la que han prevalecido las penas a las alegrías, ha llegado un momento en que ni el cielo ni el infierno, hacen mella en mí.

No ya porque oyera decir al papa Francisco, que si existe el infierno no habrá nadie en él, sino porque en mis torpes meditaciones sobre ello, he llegado a la conclusión de que ni me da miedo el infierno, aunque exista, ni me hace ilusión el cielo, aunque existiera.

No entiendo el concepto de infinito y por ello no entiendo un infinito de sufrimiento ni un infinito de felicidad.

Y aun entendiéndolos, no sabría compaginar lo que los católicos llaman una vida finita de pecado, con un castigo infinito.

Menos me costaría compaginar una vida de virtud, con un premio infinito.

En los dos casos se me plantea una duda de fondo, que tiene que ver con lo que me enseñaron de pequeño en el colegio; no se pueden sumar peras con manzanas: No entiendo el premio o el castigo infinitos, por acciones finitas de un ser finito.

Uno de los fundamentos del catolicismo para justificar eso, es la libertad del hombre.

Eso me parece un insulto a la inteligencia.

¿Cómo puede ser libre un ser tan limitado y condicionado por el entorno y sus creencias, como es el hombre?

Desde que nacemos nos bombardean el cerebro con afirmaciones más o menos argumentadas, en muchos casos con apariencia de coherencia.

A ello se suma la presión de los instintos qué son fortísimos, porque deben preservar nuestra supervivencia como especie.

No solo el instinto sexual, sino también el instinto del egoísmo para sobrevivir frente al empuje del resto de la especie.

Y con la presión intelectual que se nos ejerce desde pequeñitos y la presión física que nos ejercen los instintos, ¿se pretende que el hombre es un ser libre?

No somos en absoluto libres.

 A lo sumo podemos intentar seguir la ley natural, que es un instinto más, quizá con alguna peculiaridad.

Pretender que el ser humano es libre, es un absurdo instrumental para crearle un sentido de culpabilidad en la dirección que interesa a quien pretende hacerle creer que es libre.

Pero es que además, la propia filosofía católica que le dice al hombre que es libre, también le dice que está condicionado por un pecado original, que le hace tender inexorablemente al mal.

Un condicionante más de su falta de libertad.

¿Y qué es ese pecado original? La secuela de un pecado que cometieron sus ancestros Adán y Eva.

El catolicismo no acepta las maldiciones intergeneracionales, pero en este caso concreto sí que acepta que, de un pecado cometido por una generación, debe sufrir sus secuelas el resto de las generaciones que le suceden.

Es decir, el hombre sale al ring de la vida con las manos atadas a la espalda, por una maldición intergeneracional y por unos instintos básicos de supervivencia.

En esas condiciones se pretende que el hombre es libre.

Y que jugando con esa libertad, es acreedor a un castigo infinito o a un premio infinito, cuando ni tiene la capacidad de entender el concepto de infinito.

Además, quien juzga esa desigual pelea, es justo, ecuánime y bondadoso.

Quizás Francisco tenga razón.

En ese caos de ideas, el catolicismo pretende, que una mente incapaz de concebir esos conceptos, se los crea por un acto de fe.

A falta de cualquier comprensión racional de todos estos argumentos, el catolicismo da la opción de la fe, que es creérselo todo.

La fe así planteada, no puede ser más que una fe irracional, lo que es absolutamente incompatible con la base del concepto de hombre, que es el de un animal racional.

Tras muchos años de considerarme católico, he llegado a la conclusión de que no puedo ser católico, porque todo eso que esbozado me resulta incongruente y no puedo con las incongruencias.

Por eso no me declaro católico, para no confundir a mi interlocutor.

Pensé pues en considerarme simplemente cristiano.

Pero cristianos son también los protestantes y si no cabe en mi cabeza la fe católica, menos puede caber una fe nacida de una mente reaccionaria y fruto de la pataleta de una persona a la que veo manipuladora, en un momento histórico oportuno, unas circunstancias adecuadas y unas razones penosas.

De manera que definiéndome como cristiano podía resultar confuso, ya que podía haber quién me identificase como protestante, que es el colmo de una pobreza intelectual y estética.

Me quedaba la opción de confesarme monoteísta, que es lo único que tengo claro; que el universo lo ha creado algo superior e incomprensible para nosotros y que lleva en el lote, una ley natural.

Todo lo demás son zarandajas de un cerebro humano limitado, capaz de crear monstruos.

Pero eso del monoteísmo, hoy resulta pedante y aún más confuso. por la sobada filosofía woke que nos inunda.

Puedo justificar cada una de esas afirmaciones extendiéndome en ellas, pero no es el momento ni el lugar y sobre todo no me apetece hacerlo ahora.

Cuando era pequeño me enseñaron que había que temer a Dios, al Dios del Antiguo Testamento, que entendía porque era un Dios al alcance  de la mente humana.

 Pero cuando entré en la madurez, llegó con el concilio Vaticano II, el; Dios es amor, con el que se acabaron dos mil años de tradición católica, con la belleza de su liturgia y la profundidad de su mística.

A los argumentos de los padres de la iglesia, se impusieron las incongruencias de un cumbayá de barbacoa y flores.

He dejado de seguir el catolicismo, porque me escandaliza su rendición, que me aburre y desconcierta.

Lo que para un clérigo es pecado mortal, para otro es una tontería que no hay que tener en cuenta.

Y lo que para un clérigo es un sacramento, para otro, es un oficio mal pagado.

Ya no me declaro católico porque da vergüenza.

Ni cristiano para no confundir.

En definitiva, que no sé cómo definirme si no es, simplemente, como bípedo implume.