Tenemos
crisis para rato. Podría no ser así, pero está mal diagnosticada por los
poderes políticos. Y algo mal diagnosticado no se cura y, o se hace crónico, o
nos mata.
Cualquier
persona con entendederas elementales ve que la pretendida crisis económica no
es tal. Hay hoy más recursos económicos que nunca. Pero están mal repartidos.
¿Se
trata entonces de una crisis social? Sí y no. Sí porque afecta al marco social,
las personas y sus relaciones. No, porque esa crisis social no el la causa de
lo que sucede, sino el efecto de otra crisis más profundas; la crisis de
valores.
No
una crisis de valores en general, sino una crisis de valores eficaces. Porque
valores los hay; la riqueza está distribuida de la forma en que vemos (cada día
más ricos y más pobres y menos clase media) porque priman los valores del egoísmo y del “sálvese quien pueda”, unos valores terribles que dejan en nada
al indefenso, que no es el inútil porque los indefensos forman la masa de la
sociedad, que sufre y que trabaja cuando le dejan.
Se
trata de una crisis de valores altruistas, valores del dar mejor que recibir,
valores de amor al prójimo. En fin, esas hoy pretendidas nimiedades que han
llevado a la cima de la cultura a la civilización occidental.
El
egoísmo patológico de las últimas décadas ha llevado a occidente a la miseria
de las relaciones humanas y de esa miseria ha nacido la crisis social y de esa
crisis social la crisis económica.
La
solución es generalizar la doctrina del dar. En los pequeños entornos sociales
dónde la crisis ha hecho menos mella ha sido dónde se ha implantado el amor
cristiano; los núcleos familiares o pequeños grupos sociales que han optado por
repartir lo que tienen y ayudarse en lo que pueden. No se trata de aludir al
colectivismo soviético que tanta sangre y fracaso vertió, sino al amor
cristiano, que puede parecerse en la forma pero nada tiene que ver en el fondo.
Ya lo hemos tratado en otros lugares de este blog.
Creo que debemos meditar sobre ello. Ahora, con el paro, hay más tiempo para pensar y más ocasiones para ayudar a nuestro semejante.
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