jueves, 24 de noviembre de 2022

Las plañideras de la democracia.

Leo en la prensa más independiente española, amargas quejas contra los desmanes del gobierno.

Incluso contra acciones del gobierno contrarias a sentencias firmes de los tribunales.

El gobierno infringe las más elementales normas democráticas y conduce a España y a sus habitantes a un abismo económico y social.

Eso está en la mente de todos. Unos lo dicen y otros se callan.

El gobierno, incluso utiliza la violencia contra quienes no piensan como él.

Estamos cerca de una dictadura de hecho.

El más elemental sentido común ve que las cosas se han salido de madre, desbordando a las leyes y a los tribunales.

No voy a entretenerme detallando, pues la hemeroteca es muy fresca y muy accesible en Internet.

Frente a todo esto la prensa más objetiva, llora.

Llora a raudales.

Llora cada día.

Y nos dice que los españoles estamos embotados porque no reaccionamos.

Voy al lloriqueo.

De la reacción hablaré otro día.

Lo hecho, hecho está y llorar por lo que está hecho es perder la fuerza por la boca y por el lloro.

Las lágrimas sirven para mantener la audiencia, pero para nada más.

Esa prensa pretendidamente libre, lo que debería hacer es preparar el terreno entre la ciudadanía, para que cuando los delincuentes que pueblan el poder, dejen de ser poderosos, sean juzgados por tribunales independientes por las barbaridades que han hecho.

No hacen falta revoluciones ni sangre. Solo justicia.

Si se cumplieran las sentencias o se condenara a quien impide que se cumplan las sentencias, otro gallo cantaría.

No es un asunto de derechas o izquierdas es un asunto de justicia.

El problema está, en que la derecha y la izquierda son el mismo perro con distintos collares y con el mismo amo.

Ciudadanos ya hemos visto lo que son.

PP y PSOE, también.

Nos queda la incógnita de VOX.

¿Será este otro collar del amplio fondo de armario de quién lleva a la sociedad española por este estrecho camino de iniquidad? 

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