miércoles, 28 de diciembre de 2022

Iglesia Católica y valores occidentales.

 

Por poco informado que estés, no te habrá pasado inadvertida la profunda crisis que está sufriendo la Iglesia Católica en estos momentos.

Para una persona anti religiosa, eso quizás sea motivo de alegría o satisfacción, pues ha surgido resentimiento en estos últimos decenios, entre la población normal, frente a los abusos en la sociedad civil, de los representantes de la Iglesia Católica.

Esto se puede aplicar a todo el mundo, pero estoy pensando fundamentalmente en España.

Desde la postguerra civil, muchos representantes de Iglesia Católica han hecho de España su cortijo.

La Iglesia ha perdido perdón, pero me da la impresión de que con la boca chica y con todo el peso de sus integrantes asesinados brutalmente durante la Guerra Civil.

Alegría o satisfacción es lo que sentirán estas personas anti religiosas, frente a la crisis actual de la Iglesia Católica.

Pero no creo que ese perfil sea mayoritario.

Hablo por boca de ganso, pero me da la impresión de que la mayoría de personas no son anti religiosas, sino simplemente indiferentes.

Y esos indiferentes, lo que pensarán, es que esa crisis es un problema de la Iglesia que no les incumbe a ellos.

Es su problema es la expresión castiza.

Siempre he dicho que soy una persona sin fe, no porque no la quiera, sino porque no me ha sido dada.

Y sin embargo me he definido en más de una ocasión como católico.

¿Es eso contradictorio? En principio sí.

Pero justifico esta contradicción, primero porque el tener fe no depende de mí y segundo, porque me defino como católico por descarte, frente a otras opciones absurdas.

Después de haber dejado relativamente clara mi postura, vuelvo al tema de la crisis en la Iglesia Católica.

Esta Iglesia no es patrimonio de nadie.

Ni de los curas, ni del Papa.

Es patrimonio de Dios y a lo largo de dos mil años, ha forjado lo que conocemos como Civilización Occidental.

Es decir, que sin ser de nadie (me parece una tontería calificar a Dios de alguien), sí tiene un estrecho vínculo identitario con la cultura occidental.

En consecuencia, una crisis de la Iglesia Católica es una crisis de la cultura occidental.

Es una crisis de Occidente.

¿Nos ha de traer indiferentes una crisis de la cultura occidental?

Pues no lo sé, tú verás.

Fuera de Occidente, se trata a la mujer como a un perro, existe la esclavitud, se asesina a los homosexuales, se persiguen a muerte a las fes religiosas ajenas, se pisotea la libertad, se abusa del débil y se asesina a quien no piensa como el poder...

No me digas que eso te sorprende, cuando lo ves cada día en los medios.

¿Es lo mismo Irak, Cuba o Venezuela, que España Inglaterra o Italia?

Pues todo eso, es lo que pone en riesgo la crisis de la Iglesia Católica, que es la generatriz de la Cultura Occidental.

Dicho de otro modo, la Cultura Occidental, es la que defiende los valores de la Iglesia Católica o si quieres ser más amplio, los valores del cristianismo.

Una crisis del cristianismo es una crisis de Occidente.

Es una crisis de los valores que, quitándoles la escoria que se les ha ido adhiriendo al cohabitar con valores no cristianos, han regido tu vida.

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