Por
poco informado que estés, no te habrá pasado inadvertida la profunda crisis que
está sufriendo la Iglesia Católica en estos momentos.
Para
una persona anti religiosa, eso quizás sea motivo de alegría o satisfacción,
pues ha surgido resentimiento en estos últimos decenios, entre
la población normal, frente a los abusos en la sociedad civil, de los representantes de la Iglesia
Católica.
Esto se puede aplicar a todo el mundo, pero estoy pensando fundamentalmente en España.
Desde la postguerra civil, muchos representantes de Iglesia Católica han
hecho de España su cortijo.
La
Iglesia ha perdido perdón, pero me da la impresión de que con la boca chica y
con todo el peso de sus integrantes asesinados brutalmente durante la Guerra
Civil.
Alegría
o satisfacción es lo que sentirán estas personas anti religiosas, frente a la
crisis actual de la Iglesia Católica.
Pero
no creo que ese perfil sea mayoritario.
Hablo
por boca de ganso, pero me da la impresión de que la mayoría de personas no son
anti religiosas, sino simplemente indiferentes.
Y
esos indiferentes, lo que pensarán, es que esa crisis es un problema de la
Iglesia que no les incumbe a ellos.
Es su problema es la expresión castiza.
Siempre
he dicho que soy una persona sin fe, no porque no la quiera, sino porque no me
ha sido dada.
Y
sin embargo me he definido en más de una ocasión como católico.
¿Es
eso contradictorio? En principio sí.
Pero
justifico esta contradicción, primero porque el tener fe no depende de mí y
segundo, porque me defino como católico por descarte, frente a otras opciones
absurdas.
Después
de haber dejado relativamente clara mi postura, vuelvo al tema de la crisis en
la Iglesia Católica.
Esta
Iglesia no es patrimonio de nadie.
Ni
de los curas, ni del Papa.
Es
patrimonio de Dios y a lo largo de dos mil años, ha forjado lo que conocemos
como Civilización Occidental.
Es
decir, que sin ser de nadie (me parece una tontería calificar a Dios de
alguien), sí tiene un estrecho vínculo identitario con la cultura occidental.
En consecuencia, una crisis de la Iglesia Católica es una crisis de la cultura occidental.
Es
una crisis de Occidente.
¿Nos
ha de traer indiferentes una crisis de la cultura occidental?
Pues
no lo sé, tú verás.
Fuera
de Occidente, se trata a la mujer como a un perro, existe la esclavitud, se
asesina a los homosexuales, se persiguen a muerte a las fes religiosas ajenas, se
pisotea la libertad, se abusa del débil y se asesina a quien no piensa como el
poder...
No
me digas que eso te sorprende, cuando lo ves cada día en los medios.
¿Es
lo mismo Irak, Cuba o Venezuela, que España Inglaterra o Italia?
Pues
todo eso, es lo que pone en riesgo la crisis de la Iglesia Católica, que es la
generatriz de la Cultura Occidental.
Dicho de otro modo, la Cultura Occidental, es la que defiende los valores de la
Iglesia Católica o si quieres ser más amplio, los valores del cristianismo.
Una
crisis del cristianismo es una crisis de Occidente.
Es
una crisis de los valores que, quitándoles la escoria que se les ha ido adhiriendo
al cohabitar con valores no cristianos, han regido tu vida.
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