Hablo con indigentes de aspecto normal y son normales.
Con los indigentes con carrito atiborrado no puedo
hablar, puesto que tienen un trastorno psiquiátrico.
Bueno, sí puedo y debo hablar, pero no esperar
respuestas coherentes.
Hoy en día y sobre todo en una gran ciudad, puedes
vivir completamente ajeno al mundo sin tener que hacer heroicidades.
Puedes comer caliente cada día en comedores
gratuitos.
También los hay en los que puedes comer por una
cantidad simbólica.
No te ha preocupar el comer.
También puedes dormir bajo techo sin pagar, pero
para eso has de andar y buscar más.
En definitiva, que no te ha de preocupar lo material
si decides vivir al margen.
Lo único que te ha de preocupar es la soledad.
Por eso los apóstoles iban sin nada más que el manto y las sandalias, pero de dos en dos.
Igual que seminaristas jesuitas en su
periodo de prueba.
Pero acabas echando callo.
Creo.
Aunque no es mi caso.
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