viernes, 25 de febrero de 2011

La maravillosa crisis

Leo en la prensa digital:

El Gobierno reduce el límite máximo de velocidad a 110 kilómetros hora. Desde el próximo 7 de marzo y para ahorrar combustible. Rubalcaba dice que es una "medida transitoria" pero se cambiarán las señales” (http://www.libertaddigital.com/economia/el-gobierno-reduce-el-limite-maximo-de-velocidad-a-110-kilometros-hora-1276415532/)

De repente les ha dado la urgencia. ¡Benditos libios! Hacer unos miles de señales de tráfico, transportarlas a sus emplazamientos y colocarlas… Eso serán unos buenos millones de euros, para unas medidas “provisionales”.

Hago números por encima, en base a unas cifras oídas este medio día en “Dando caña” de Intereconomía televisión:

Unas 100.000 señales, por 200 euros por señal y otros 200 de traslado e instalación (este dato es mío), nos salen 40 millones de euros, casi 7 mil millones de pesetas. Y soy prudente en las estimaciones, pues los presupuestos “amigos” suelen hincharse hasta el escándalo.

¿Y qué empresa o empresas realizarán tamaña obra ciclópea? Quizás, como la crisis es muy perentoria, se siga un injustificable procedimiento de urgencia y se adjudique “legalmente” a dedo.

Y todo justo antes de las elecciones. Esto huele a que el vicepresidente Rubalcaba quiere engrasar la maquinaria electoral socialista, no sea que se la den. O quizás sólo quiere hacer hucha para soportar mejor la patada en el trasero, si se la dan, que está por ver. El alcalde “progre” de mi pueblo, también se está desviviendo por nosotros con unas maravillosas obras públicas urgentes y de última hora.

Y cinco millones de españolitos en paro.

¿Sabe que le digo, amable lector? Que si no fuera por sus crímenes abortistas, ¡que roben a este rebaño celtíbero todo lo que les apetezca! Cada pueblo tiene el gobierno que se merece.