En “Moradas del Castillo Interior”, santa Teresa de Jesús nos
ofrece una idea muy intuitiva y hermosa de lo que significa para el hombre
estar en pecado mortal. Transcribo dos párrafos que se refieren a las
consecuencias y efectos de ese pecado para el pecador:
“… Ninguna cosa le aprovecha, y de aquí viene que todas
las buenas obras que hiciere estando ansí en pecado mortal son de ningún fruto para alcanzar la gloria…”.
“Es de considerar aquí que la fuente y aquel sol
resplandeciente que está en el centro del alma, no pierde su resplandor y
hermosura, que siempre está dentro de ella y cosa no puede quitar su hermosura.
Mas si sobre un cristal que está a el sol se pusiere un paño muy negro, claro
está que, aunque el sol dé en él, no hará su claridad operación en el cristal”.
Me cuesta coincidir con la primera observación, sin
matizarla; ¿verdaderamente las buenas acciones que realiza un
alma en pecado ni aprovechan ni le aprovechan? Creo que no es ir contra la doctrina de la
Iglesia, el considerar que las buenas acciones de un pecador en pecado mortal,
al menos le sirven para mantener un “tono” moral, aunque sea agónico. No hablo de
salvación, que es harina de otro costal, sino de provecho: no creo que un acto
de caridad, realizado por un alma en estado de pecado, no aproveche ni le
aproveche. Piense el lector en mil ejemplos, uno muy delicado y reciente que se
refiere al fundador de Regnum Christi y de la Legión de Cristo, un gran
pecador que fundó una gran empresa. ¿No fueron provechosos para otros los actos
lúcidos de ese pecador? ¿No habrían sido provechosos para él mismo, en el
sentido de que sin ellos no habría podido mantener un hilo que quizás le
permitiera, en sus postrimerías, salir del profundo agujero moral en el que
estuvo sumido?
Así como “El pecado crea una
facilidad para el pecado, engendra el vicio por la repetición de actos” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1865), los actos
caritativos, también los de un pecador,
por difusos que sean, deben crear una facilidad para el arrepentimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario