miércoles, 15 de junio de 2022

¡Menudo blog reaccionario!

Este mediodía, he entrado en el blog y me he encontrado de sopetón la entrada “Pecado contra el Espíritu Santo”.

Y he pensado

Menudo meapilas debe de ser el autor de este blog.

Pero enseguida me he dado cuenta de qué era mi blog. ¡Anda si es mi blog!

Si yo me veo así, ¿cómo me verán los que no soy yo? Sin duda como un meapilas.

Pues se equivocarán.

Soy un caucásico de cultura occidental basada en valores griegos, romanos y judeo cristianos.

Y como no soy un borrico, quiero conocer mis valores para ejercerlos a plena conciencia. O para no ejercerlos.

El cristianismo tiene muchas cosas resueltas, pero algunas las explica fatal.

Y yo, como el empollón repelente de clase que siempre he sido, quiero entender lo que me dicen. Hasta dónde se pueda entender.

Y de este asunto del pecado contra el Espíritu Santo, huyen los profesionales como de la peste.

Puedes preguntarlo en el tono que quieras y como quieras, que la respuesta es siempre evasiva y confusa.

Algo así como cuando quieres que te hablen de la Confirmación, ese Sacramento del que te cuentan historias y leyendas, pero en el que  nadie se centra.

Ya hablaré otro día de la Confirmación, si el cielo no me fulmina antes.

El asunto que nos ocupa, me surgió escuchando la homilía de un cura culto, que, tratando de otro tema, dijo unas palabras que me encendieron la luz sobre éste.

Y quise compartir mi chispazo.

Por eso me metí en el berenjenal y escribí lo que escribí.

Mañana hablaré del gobierno.

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