sábado, 22 de julio de 2023

Elecciones generales, 2023.

 Ya falta menos para el pucherazo.

Como soy analfabeto funcional y no sé de cosas de listos, doy por supuesto que el domingo habrá pucherazo.

¿Cómo será el pucherazo?

¡Chi lo sa!

Pero lo habrá, no hay duda.

¿Como reaccionará la derecha?

¿Reaccionará?

¡Chi lo sa!

¿Volveremos a ser un país normal?

¿Dejaremos de ser el cortijo comunista, de una élite de pijos, apandadores y ladrones de tierras?

¡Chi lo sa!

El lunes veremos cuál es el grado de estupidez de los españoles.

Mucho comunismo, muy estúpidos.

Poco comunismo. Poco estúpidos.

¡Que ya llevamos muchas décadas para conocer el comunismo, no sólo en España, sino en todo el mundo!

Claro que el masoquismo es una desviación que a algunos les gusta mucho.

Pero no deja de ser una desviación o una alteración psiquiátrica.

Como la pederastia.

O la cleptomanía.

O la mitomanía.

O quizás, simplemente, una expresión de la maldad o la exteriorización de una represión inconfesable.

Por si acaso no votaré comunista, ni socialista, ni ninguna mandanga parecida.

¿Se presentan Ruiz Mateos o Santiago Segura a estas elecciones?

¿No?

Pues menudo problema.

Por si acaso, votaré derecho, no torcido.

¡Ala! Ya he cumplido con mi estéril obligación de conciencia, de escribir lo que pienso.

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