El otro día estuve en una importante y veterana librería barcelonesa, que cierra sus puertas a finales de este mes de enero. No ha podido resistir la crisis económica y, especialmente, le ha sido definitivo el año que acaba de finalizar.
Hablando con la propietaria, una mujer de la progresía catalana, le comentaba - quizás para darle soporte moral y animarla a que no era ella la que fracasaba con el negocio, sino una fuerza mayor - que en España se lee poco. Es una intuición basada en la observación personal.
Las estadísticas son más optimistas, Pero no me las creo. Leo en un informe:
“El estudio de "Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2007" de la FGEE destaca que la media de libros leídos al año fue de 8,6 y la lectura de 5,8 horas semanales entre los lectores frecuentes. Madrid mantiene su liderazgo en el índice de lectura y Extremadura ocupa el último puesto. Otras seis Comunidades Autónomas superan la media española: Cataluña, Canarias, Asturias, Aragón, País Vasco y Baleares. El perfil del lector español se consolida como mujer, universitaria y joven que prefiere la novela, lee en castellano y en casa, por entretenimiento”.
Si se leyera una media de 5,8 horas a la semana (¡cerca de una hora al día!), al mes se dedicarían a la lectura 23,2 horas, y son esas muchas horas para leer sólo 8,6 libros al año; es decir, o se lee o se leen más libros. O se computa como “lectura”, el tiempo dedicado a los diarios deportivos y revistas del corazón.
En el caso catalán, no sé en los otros, la administración es una gran almacenadora de ediciones en lengua catalana, que ha subvencionado. Miles de libros que se contabilizan como editados, pero que nunca serán leídos por nadie.
Creo que la gente no es sincera en sus respuestas, pues les da vergüenza reconocer que no leen.
En última instancia, el argumento definitivo es que en Barcelona, desde hace unos pocos años, van cerrando las librerías “de siempre”, lo que no ocurriría si se vendieran esos presuntos casi nueve millones de libros que nos toca leer, al año, a los barceloneses.
A lo que iba. Consolando a la librera con esa crisis de lectura, me dice la señora que no, ¡que en Cataluña se lee mucho!
¿Serán recalcitrantes? ¿Es que ni la lacerante evidencia de que su modo de vida se viene abajo, puede hacer ver la realidad a un progre catalán? Las librerías se cierran en Barcelona porque el catalán, como el sevillano, no lee. Porque la cultura y el español están, hoy, reñidos, como queda en evidencia por la realidad social; el gobierno ha hundido la Nación y la población cada día pasa más penurias, pero sigue votando mayoritariamente a quien forja su miseria. Como la librera, que rodeada de montones de libros en saldo, que ni aún así vende, hace más caso de las estadísticas de la Generalidad que de la evidencia de su triste realidad.
miércoles, 13 de enero de 2010
sábado, 9 de enero de 2010
La Iglesia Católica y el latín
Hoy te despacho, lector, de este blog, para dirigirte a otra página.
Se trata de un artículo que discurre sobre el uso del latín y de las lenguas vernáculas en la liturgia católica. Como el tema del latín está tan dejado de la mano de Dios, el artículo es doblemente interesante.
En el colegio fui alumno aventajado en latín. Quizás me viene de entonces el afecto a esa lengua, aunque hoy la tengo muy olvidada. De lo que no me cabe duda es que una lengua común une y un Babel de lenguas separa, como muestra la experiencia.
El latín en la liturgia católica tiene la ventaja de que une, sin perjudicar a las lenguas vernáculas. ¿No es una situación ideal? ¿Porqué está, entonces, tan denodada?
A lo que iba, lector. Creo que te será provechoso pasearte un rato por:
http://www.germinansgerminabit.org/
(“ROMA 1962-63: El clima litúrgico. Capítulo 7º: Ejercicio de santa indiferencia entorno al latín (9/01/2010)”, por Dom Gregori Maria)
Se trata de un artículo que discurre sobre el uso del latín y de las lenguas vernáculas en la liturgia católica. Como el tema del latín está tan dejado de la mano de Dios, el artículo es doblemente interesante.
En el colegio fui alumno aventajado en latín. Quizás me viene de entonces el afecto a esa lengua, aunque hoy la tengo muy olvidada. De lo que no me cabe duda es que una lengua común une y un Babel de lenguas separa, como muestra la experiencia.
El latín en la liturgia católica tiene la ventaja de que une, sin perjudicar a las lenguas vernáculas. ¿No es una situación ideal? ¿Porqué está, entonces, tan denodada?
A lo que iba, lector. Creo que te será provechoso pasearte un rato por:
http://www.germinansgerminabit.org/
(“ROMA 1962-63: El clima litúrgico. Capítulo 7º: Ejercicio de santa indiferencia entorno al latín (9/01/2010)”, por Dom Gregori Maria)
martes, 5 de enero de 2010
Izquierda y cultura
Hace unos meses, escribía aquí sobre el cierre, por el consistorio socialista, del museo barcelonés instalado en el Castillo de Montjuich, dedicado a la historia, concretamente a la historia militar y de las armas. El museo exponía verdaderas reliquias históricas de todo el mundo.
En ese mismo escrito comentaba la “remodelación” que la misma izquierda catalana había realizado con anterioridad en el Museo Marítimo de las Reales Atarazanas, convirtiéndolo de uno de los mejores museos europeos en su género, en un chabacano diorama para escolares, a lo que ayudó la jubilación de su director, una autoridad reconocida mundialmente, que fue sustituido por un titulado de cuota.
El luto por la cultura sigue en Barcelona. Estos días he visitado los veteranos museos de Geología y de Historia Natural, que cerrarán sus puertas el próximo día diez de enero. Sus fondos se repartirán entre almacenes y – me malicio - las vitrinas de las casas de prebostes socialistas y las maletas de marchantes. Lo cierto es que con la excusa de una nueva ubicación, los fondos se retirarán de la circulación. El ciudadano no ha opinado. ¿Para qué?, estamos hablando de un gobierno municipal totalitario y populista.
En el edifico singular del Museo de Historia Natural, se instalará un restaurante. En el de Geología, no sé qué.
En el fondo, estos cierres pacíficos e incruentos son un progreso para la izquierda, pues la última actuación de la que tenemos noticia en España y que nos relaciona a la izquierda con la cultura, fue la quema de museos, obras de arte y bibliotecas, en la Guerra Civil española, en ocasiones con sus gestores dentro.
Europa se va liberando de gobiernos de izquierda pero desgraciadamente, este apéndice llamado España, que siempre fue diferente, se empeña en seguir siéndolo, esta vez a peor. Nuestra “cultura”, cada día es más un negocio de “caca, teta, culo, pis”. Pobre Ciudad Condal. Pobre Cataluña.
En ese mismo escrito comentaba la “remodelación” que la misma izquierda catalana había realizado con anterioridad en el Museo Marítimo de las Reales Atarazanas, convirtiéndolo de uno de los mejores museos europeos en su género, en un chabacano diorama para escolares, a lo que ayudó la jubilación de su director, una autoridad reconocida mundialmente, que fue sustituido por un titulado de cuota.
El luto por la cultura sigue en Barcelona. Estos días he visitado los veteranos museos de Geología y de Historia Natural, que cerrarán sus puertas el próximo día diez de enero. Sus fondos se repartirán entre almacenes y – me malicio - las vitrinas de las casas de prebostes socialistas y las maletas de marchantes. Lo cierto es que con la excusa de una nueva ubicación, los fondos se retirarán de la circulación. El ciudadano no ha opinado. ¿Para qué?, estamos hablando de un gobierno municipal totalitario y populista.
En el edifico singular del Museo de Historia Natural, se instalará un restaurante. En el de Geología, no sé qué.
En el fondo, estos cierres pacíficos e incruentos son un progreso para la izquierda, pues la última actuación de la que tenemos noticia en España y que nos relaciona a la izquierda con la cultura, fue la quema de museos, obras de arte y bibliotecas, en la Guerra Civil española, en ocasiones con sus gestores dentro.
Europa se va liberando de gobiernos de izquierda pero desgraciadamente, este apéndice llamado España, que siempre fue diferente, se empeña en seguir siéndolo, esta vez a peor. Nuestra “cultura”, cada día es más un negocio de “caca, teta, culo, pis”. Pobre Ciudad Condal. Pobre Cataluña.
lunes, 4 de enero de 2010
El socialista rico y el obrero pobre
A veces me pregunto qué sentido tiene clamar en el desierto, ser una gota de agua en el océano.
Aquí, hablando de caridad, de dar unos euros al indigente del semáforo, y hoy mismo leo en Libertad Digital:
“…Parece ser que los 12 millones que ha costado la web de la presidencia española de la Unión Europea no han resultado suficientes para prevenir los ataques hacker. Al menos eso es lo que se deduce del primer día laborable de funcionamiento, que solo durante la mañana ya ha sufrido dos ataques hacker.
En uno de los ataques, los hackers han logrado saltarse los sistemas de seguridad y colocar una imagen de un sonriente Mr. Bean, que saludaba coloquialmente a los internautas con su habitual cara de sorpresa...” y “…el Gobierno lleva gastados 23 millones para una presidencia de la UE semivacía…”.
¡Doce millones de euros en una página web! Eso son 1.996.632.000 millones de las antiguas pesetas. Y es sólo la mitad de lo que se ha gastado el presente socialista español, Rodríguez, en cuatro días, para loor de su persona en Europa.
Y una mayoría de españoles le siguen votando, mientras tenemos más paro que el resto de Europa junta. Eso, en principio, fastidia, pero si afinamos, tranquiliza, porque en el fondo, la sociedad española tiene lo que se merece.
Tal miseria no quita nuestra obligación de caridad para con el menesteroso y el desarraigado.
Para más detalles:
http://www.libertaddigital.com/internet/hackean-la-web-de-la-presidencia-espanola-y-colocan-una-foto-de-mrbean-1276380536/
http://www.libertaddigital.com/mundo/el-gobierno-lleva-gastados-23-millones-en-una-presidencia-semivacia-1276380448/
Aquí, hablando de caridad, de dar unos euros al indigente del semáforo, y hoy mismo leo en Libertad Digital:
“…Parece ser que los 12 millones que ha costado la web de la presidencia española de la Unión Europea no han resultado suficientes para prevenir los ataques hacker. Al menos eso es lo que se deduce del primer día laborable de funcionamiento, que solo durante la mañana ya ha sufrido dos ataques hacker.
En uno de los ataques, los hackers han logrado saltarse los sistemas de seguridad y colocar una imagen de un sonriente Mr. Bean, que saludaba coloquialmente a los internautas con su habitual cara de sorpresa...” y “…el Gobierno lleva gastados 23 millones para una presidencia de la UE semivacía…”.
¡Doce millones de euros en una página web! Eso son 1.996.632.000 millones de las antiguas pesetas. Y es sólo la mitad de lo que se ha gastado el presente socialista español, Rodríguez, en cuatro días, para loor de su persona en Europa.
Y una mayoría de españoles le siguen votando, mientras tenemos más paro que el resto de Europa junta. Eso, en principio, fastidia, pero si afinamos, tranquiliza, porque en el fondo, la sociedad española tiene lo que se merece.
Tal miseria no quita nuestra obligación de caridad para con el menesteroso y el desarraigado.
Para más detalles:
http://www.libertaddigital.com/internet/hackean-la-web-de-la-presidencia-espanola-y-colocan-una-foto-de-mrbean-1276380536/
http://www.libertaddigital.com/mundo/el-gobierno-lleva-gastados-23-millones-en-una-presidencia-semivacia-1276380448/
Hoy empieza la Navidad
No quiero dejar de recordar lo que decía al final de “Navidad”:
“Todos los excesos consumistas, las tensiones y los agobios, que se padecen en esta celebración, no sólo no son Navidad, sino que son aspectos diametralmente opuestos a la Navidad. No puede salir de dónde no hay, y siendo tan escasos, por no alimentados, el amor y la paz, es razonable que la verdadera Navidad esté en crisis en algunas sociedades. Cultivar todo el año los valores de la paz y del amor cristiano, nos preparará para celebrar una verdadera Navidad.”
Estos días empieza el año y con él debemos alimentar el amor y la paz que nos permitan celebrar dignamente la próxima Navidad.
Por eso, como hábito, es bueno llevar monedas en el bolsillo por si algún indigente nos para, o nos aborda en el semáforo, pidiéndonos algo; siempre démosle una sonrisa y unas monedas (no de céntimos, ¿vale?).
Si crees en sus acciones, aunque no seas creyente, colabora económicamente con la Iglesia Católica y con sus organizaciones sociales, asistenciales y misioneras. No sólo en la declaración de la renta. En lo que puedas. El dinero es un buen termómetro del amor.
Como hábito, pensemos en quien nos caiga peor y deseémosle el bien. De corazón, no de boquilla. Al principio cuesta, pero luego gusta. A veces hay que guardar distancias, pero eso no quita que le deseemos el bien.
En todos los conflictos, hay razones y sinrazones en todas las partes implicadas. No alimentemos odios en nuestro corazón. Una postura firme hacia algo no nos debe implicar violencia de ánimo, ni física.
Hay que denunciar y evidenciar el mal. Con argumentos, con razones y a por todas, pero sin que el odio o la violencia llegue a anidar en nosotros. Ojo, que no es fácil…
En fin, cada uno sabrá lo que debe hacer. Pero si no ponemos ya manos a la obra, la próxima Navidad puede ser otra fiesta de Carpantas, agobiados y manirrotos.
Y si por alguna circunstancia ajena no llegásemos a la próxima Navidad, de ninguna manera habríamos perdido el tiempo con tan saludable ejercicio de caridad.
“Todos los excesos consumistas, las tensiones y los agobios, que se padecen en esta celebración, no sólo no son Navidad, sino que son aspectos diametralmente opuestos a la Navidad. No puede salir de dónde no hay, y siendo tan escasos, por no alimentados, el amor y la paz, es razonable que la verdadera Navidad esté en crisis en algunas sociedades. Cultivar todo el año los valores de la paz y del amor cristiano, nos preparará para celebrar una verdadera Navidad.”
Estos días empieza el año y con él debemos alimentar el amor y la paz que nos permitan celebrar dignamente la próxima Navidad.
Por eso, como hábito, es bueno llevar monedas en el bolsillo por si algún indigente nos para, o nos aborda en el semáforo, pidiéndonos algo; siempre démosle una sonrisa y unas monedas (no de céntimos, ¿vale?).
Si crees en sus acciones, aunque no seas creyente, colabora económicamente con la Iglesia Católica y con sus organizaciones sociales, asistenciales y misioneras. No sólo en la declaración de la renta. En lo que puedas. El dinero es un buen termómetro del amor.
Como hábito, pensemos en quien nos caiga peor y deseémosle el bien. De corazón, no de boquilla. Al principio cuesta, pero luego gusta. A veces hay que guardar distancias, pero eso no quita que le deseemos el bien.
En todos los conflictos, hay razones y sinrazones en todas las partes implicadas. No alimentemos odios en nuestro corazón. Una postura firme hacia algo no nos debe implicar violencia de ánimo, ni física.
Hay que denunciar y evidenciar el mal. Con argumentos, con razones y a por todas, pero sin que el odio o la violencia llegue a anidar en nosotros. Ojo, que no es fácil…
En fin, cada uno sabrá lo que debe hacer. Pero si no ponemos ya manos a la obra, la próxima Navidad puede ser otra fiesta de Carpantas, agobiados y manirrotos.
Y si por alguna circunstancia ajena no llegásemos a la próxima Navidad, de ninguna manera habríamos perdido el tiempo con tan saludable ejercicio de caridad.
jueves, 31 de diciembre de 2009
Navidad
Cada día leo en páginas católicas, verdaderos disparates sobre la forma de actuar de personas públicas que se presentan como cristianas. La verdad es que esas personas me escandalizan, no por la torpe manipulación que hacen de la doctrina cristiana, sino por su maldad (si actúan mal a conciencia) o por su estupidez (si hablan por boca de ganso). Creo que más por lo segundo.
Con los recursos de información que tenemos hoy en día, es de escándalo la presencia, en el escenario de los medios, de tanto deslenguado que habla de oídas en lugar de callar.
La Navidad es un buen momento para buscar respuestas a asuntos fundamentales de la religión cristiana. Se me ocurren algunas preguntas, tras aguantar otro año a los cansinos empeñados en que se deje de celebrar esta Fiesta (los socialistas españoles, paradigma de la estulticia y de la pobreza intelectual, quieren rebautizarlas como “vacaciones de invierno”):
1. ¿Esto de la Navidad no es un cuento para niños o una metáfora?
2. En cualquier caso, ¿porqué celebrarla?
3. ¿Qué coherencia tiene que nazca un niño, Jesús, que es “hijo de Dios”?
4. Insistir con tanta tenacidad en la virginidad de María, la madre de Jesús, ¿no es menospreciar el papel de una madre? ¿son indignos el matrimonio y la maternidad natural?
Mis respuestas son las siguientes.
A la pregunta 1, “¿Esto de la Navidad no es un cuento para niños o una metáfora?”, respondo: Hace 2009 años nació un niño llamado Jesús, según citan textos reconocidos como históricos por los historiadores solventes. He documentado este hecho en el blog en muchas ocasiones y el lector puede informarse en fuentes solventes sobre esta circunstancia histórica. Sólo los ignorantes recalcitrantes, los maliciosos o los nacionalistas, ignoran la historia. No se necesita ser cristiano para entender esto, sólo saber leer con comprensión.
A la pregunta 2, “En cualquier caso, ¿porqué celebrarlo?”, respondo: Ese niño, cuyo nacimiento y vida están documentados históricamente, cambió el mundo en el sentido de hacerlo más humano, a pesar de los hombres. El mundo ha celebrado esta pacífica circunstancia durante más de dos mil años, y no parece que haya ninguna razón de peso para cambiar tal situación, sólo el inconsistente afán iconoclasta de unos pocos políticos que se sorben los mocos y se llenan los bolsillos a base de aportar “ideas rompedoras”. No veo la razón de dejar de celebrar aquel tan buen nacimiento. No se necesita ser cristiano para entender esto, basta con no ser un cencerro.
A pregunta 3, “¿Qué coherencia tiene que nazca un niño que es hijo de Dios?”, respondo: He defendido en este blog la coherencia del cristianismo, al margen de que el espectador sea o no cristiano. El nacimiento de Jesús en una prueba de ello. Me explico.
Al cristiano, el Génesis le dice que Dios creó el universo y la vida que hay en él, siguiendo una determinada pauta. Pero al final, al crear al hombre, rompió esa pauta. Formó una figura de barro y sopló sobre ella, infundiéndole su ánimo, su divinidad. Materia, común a toda la creación, y alma, como carácter distintivo. Después hubo un episodio de desencuentro, por culpa del hombre, y Dios lo despachó de su lado.
Pasaron generaciones y Dios dejó al hombre a su aire. Pero dos mil años antes de nuestra era, decidió – no sabemos porqué – elegir a un grupo de hombres y relacionarse con ellos. Trabó relación con el pueblo judío - quizás por que no celebraban sacrificios humanos, como sus coetáneos, no lo sabemos – y empezó lo que conocemos como Antigua Alianza, entre Dios y el pueblo judío.
Dios es incomprensible y el hombre muy especial, por lo que la relación no fue fácil. El Antiguo Testamento da prueba de ello. Tras dos mil años de Alianza, Dios decidió dar un paso más de acercamiento al hombre, paso que anunció por voz de los profetas judíos, cómo también se lee en el Antiguo Testamento.
La forma que eligió Dios para acercarse al hombre fue dejarse conocer. Pero como la idea de Dios no cabe en la mente humana, debió hacerlo a través de alguien que sí cupiera en ese limitado cerebro. La elección fue enviar a su Hijo, con naturaleza humana. Dios decidió decir al hombre lo que esperaba de él y cómo debía y debe comportarse, a través de su Hijo que, cómo hombre, puede hacerse entender por los hombres.
Con Jesús nació la Nueva Alianza, una relación más íntima entre el Dios incomprensible y el hombre terrenal, pero con un soplo divino. Cuando Dios creó al hombre dándole ese toque divino, realmente divino, es de suponer que lo hizo pensando en que quería algo más del hombre que el que fuera mero actor de la Creación. De hecho le dio el cielo en la tierra, pero el hombre se lo echó a la cara. Es razonable, que siendo Dios caritativo, perdonase y quisiese volver a hacerse el encontradizo para ofrecer de nuevo el cielo al hombre; primero llama al hombre, establece una Alianza con él y cuando después de dos mil años esa Alianza flaquea por la testarudez y el mal uso que de su libertad hace el hombre, todavía le envía a su Hijo, advirtiéndole, eso sí, que es la última oportunidad.
El nacimiento de Jesús, Dios y hombre, dos naturalezas en una sola persona, es perfectamente coherente en la doctrina cristiana. Puede no creerse, pero no hay argumentos sólidos para negar esa coherencia doctrinal. Tampoco hay que olvidar que es un tejido que se ha hilado en miles de años, lo que no sólo es un prodigio de coherencia, sino un entramado intelectual muy por encima de las meras posibilidades del hombre. No hay en la historia de la humanidad una relación tan íntimamente trabada en las ideas y en los siglos, como el cristianismo. Lo que ya de por sí es un toque sobrenatural.
A la pregunta 4, “Insistir con tanta tenacidad en la virginidad de María, ¿no es menospreciar el papel de una madre? ¿son indignos el matrimonio y la maternidad natural?”, respondo: Siempre me ha fastidiado ese estigma como de suciedad, que parece que muchos cristianos españoles dan al matrimonio – con la boca pequeña te callan diciendo “también es un Sacramento” -, como si el instinto sexual no hubiera sido creado por Dios, al tiempo que la forma de gestionarlo. Por eso, no puedo entender la circunstancia del nacimiento virginal desde el punto de vista del sexo, es decir, María podría haber dado a luz como cualquier mujer, sin dejar de ser la madre de Dios.
Pero no es menos cierto que el nacimiento virginal es un signo que diferencia. Es comprensible para nuestras mentes, que Dios decidiera en Jesús un nacimiento extraordinario, no por desprecio al sexo, que Él creó, sino como evidencia para la nublada mente humana, de que en aquel nacimiento había algo especial. La historia muestra que ni aún así, ni aún luego con la Resurrección, el hombre aclaró su mente. Pero los hechos lo son a pesar del hombre, y el hombre fue creado libre, también para creer.
Ya he citado en este blog textos y otros argumentos sobre la virginidad de María, basados en la fe católica y en el sentido común. No me alargo para no repetirme.
En conclusión, la Navidad rememora un feliz acontecimiento histórico de alcance universal e intemporal, que viene siendo reconocido como tal por una buena parte de la humanidad, desde hace más de dos mil años. Por muchos hombres, creyentes o no, amantes de la paz y del amor. Para los cristianos el protagonista de ese acontecimiento fue Dios.
Todos los excesos consumistas, las tensiones y los agobios, que se padecen en esta celebración, no sólo no son Navidad, sino que son aspectos diametralmente opuestos a la Navidad. No puede salir de dónde no hay, y siendo tan escasos, por no alimentados, el amor y la paz, es razonable que la verdadera Navidad esté en crisis en algunas sociedades. Cultivar todo el año los valores de la paz y del amor cristiano, nos preparará para celebrar una verdadera Navidad.
Con los recursos de información que tenemos hoy en día, es de escándalo la presencia, en el escenario de los medios, de tanto deslenguado que habla de oídas en lugar de callar.
La Navidad es un buen momento para buscar respuestas a asuntos fundamentales de la religión cristiana. Se me ocurren algunas preguntas, tras aguantar otro año a los cansinos empeñados en que se deje de celebrar esta Fiesta (los socialistas españoles, paradigma de la estulticia y de la pobreza intelectual, quieren rebautizarlas como “vacaciones de invierno”):
1. ¿Esto de la Navidad no es un cuento para niños o una metáfora?
2. En cualquier caso, ¿porqué celebrarla?
3. ¿Qué coherencia tiene que nazca un niño, Jesús, que es “hijo de Dios”?
4. Insistir con tanta tenacidad en la virginidad de María, la madre de Jesús, ¿no es menospreciar el papel de una madre? ¿son indignos el matrimonio y la maternidad natural?
Mis respuestas son las siguientes.
A la pregunta 1, “¿Esto de la Navidad no es un cuento para niños o una metáfora?”, respondo: Hace 2009 años nació un niño llamado Jesús, según citan textos reconocidos como históricos por los historiadores solventes. He documentado este hecho en el blog en muchas ocasiones y el lector puede informarse en fuentes solventes sobre esta circunstancia histórica. Sólo los ignorantes recalcitrantes, los maliciosos o los nacionalistas, ignoran la historia. No se necesita ser cristiano para entender esto, sólo saber leer con comprensión.
A la pregunta 2, “En cualquier caso, ¿porqué celebrarlo?”, respondo: Ese niño, cuyo nacimiento y vida están documentados históricamente, cambió el mundo en el sentido de hacerlo más humano, a pesar de los hombres. El mundo ha celebrado esta pacífica circunstancia durante más de dos mil años, y no parece que haya ninguna razón de peso para cambiar tal situación, sólo el inconsistente afán iconoclasta de unos pocos políticos que se sorben los mocos y se llenan los bolsillos a base de aportar “ideas rompedoras”. No veo la razón de dejar de celebrar aquel tan buen nacimiento. No se necesita ser cristiano para entender esto, basta con no ser un cencerro.
A pregunta 3, “¿Qué coherencia tiene que nazca un niño que es hijo de Dios?”, respondo: He defendido en este blog la coherencia del cristianismo, al margen de que el espectador sea o no cristiano. El nacimiento de Jesús en una prueba de ello. Me explico.
Al cristiano, el Génesis le dice que Dios creó el universo y la vida que hay en él, siguiendo una determinada pauta. Pero al final, al crear al hombre, rompió esa pauta. Formó una figura de barro y sopló sobre ella, infundiéndole su ánimo, su divinidad. Materia, común a toda la creación, y alma, como carácter distintivo. Después hubo un episodio de desencuentro, por culpa del hombre, y Dios lo despachó de su lado.
Pasaron generaciones y Dios dejó al hombre a su aire. Pero dos mil años antes de nuestra era, decidió – no sabemos porqué – elegir a un grupo de hombres y relacionarse con ellos. Trabó relación con el pueblo judío - quizás por que no celebraban sacrificios humanos, como sus coetáneos, no lo sabemos – y empezó lo que conocemos como Antigua Alianza, entre Dios y el pueblo judío.
Dios es incomprensible y el hombre muy especial, por lo que la relación no fue fácil. El Antiguo Testamento da prueba de ello. Tras dos mil años de Alianza, Dios decidió dar un paso más de acercamiento al hombre, paso que anunció por voz de los profetas judíos, cómo también se lee en el Antiguo Testamento.
La forma que eligió Dios para acercarse al hombre fue dejarse conocer. Pero como la idea de Dios no cabe en la mente humana, debió hacerlo a través de alguien que sí cupiera en ese limitado cerebro. La elección fue enviar a su Hijo, con naturaleza humana. Dios decidió decir al hombre lo que esperaba de él y cómo debía y debe comportarse, a través de su Hijo que, cómo hombre, puede hacerse entender por los hombres.
Con Jesús nació la Nueva Alianza, una relación más íntima entre el Dios incomprensible y el hombre terrenal, pero con un soplo divino. Cuando Dios creó al hombre dándole ese toque divino, realmente divino, es de suponer que lo hizo pensando en que quería algo más del hombre que el que fuera mero actor de la Creación. De hecho le dio el cielo en la tierra, pero el hombre se lo echó a la cara. Es razonable, que siendo Dios caritativo, perdonase y quisiese volver a hacerse el encontradizo para ofrecer de nuevo el cielo al hombre; primero llama al hombre, establece una Alianza con él y cuando después de dos mil años esa Alianza flaquea por la testarudez y el mal uso que de su libertad hace el hombre, todavía le envía a su Hijo, advirtiéndole, eso sí, que es la última oportunidad.
El nacimiento de Jesús, Dios y hombre, dos naturalezas en una sola persona, es perfectamente coherente en la doctrina cristiana. Puede no creerse, pero no hay argumentos sólidos para negar esa coherencia doctrinal. Tampoco hay que olvidar que es un tejido que se ha hilado en miles de años, lo que no sólo es un prodigio de coherencia, sino un entramado intelectual muy por encima de las meras posibilidades del hombre. No hay en la historia de la humanidad una relación tan íntimamente trabada en las ideas y en los siglos, como el cristianismo. Lo que ya de por sí es un toque sobrenatural.
A la pregunta 4, “Insistir con tanta tenacidad en la virginidad de María, ¿no es menospreciar el papel de una madre? ¿son indignos el matrimonio y la maternidad natural?”, respondo: Siempre me ha fastidiado ese estigma como de suciedad, que parece que muchos cristianos españoles dan al matrimonio – con la boca pequeña te callan diciendo “también es un Sacramento” -, como si el instinto sexual no hubiera sido creado por Dios, al tiempo que la forma de gestionarlo. Por eso, no puedo entender la circunstancia del nacimiento virginal desde el punto de vista del sexo, es decir, María podría haber dado a luz como cualquier mujer, sin dejar de ser la madre de Dios.
Pero no es menos cierto que el nacimiento virginal es un signo que diferencia. Es comprensible para nuestras mentes, que Dios decidiera en Jesús un nacimiento extraordinario, no por desprecio al sexo, que Él creó, sino como evidencia para la nublada mente humana, de que en aquel nacimiento había algo especial. La historia muestra que ni aún así, ni aún luego con la Resurrección, el hombre aclaró su mente. Pero los hechos lo son a pesar del hombre, y el hombre fue creado libre, también para creer.
Ya he citado en este blog textos y otros argumentos sobre la virginidad de María, basados en la fe católica y en el sentido común. No me alargo para no repetirme.
En conclusión, la Navidad rememora un feliz acontecimiento histórico de alcance universal e intemporal, que viene siendo reconocido como tal por una buena parte de la humanidad, desde hace más de dos mil años. Por muchos hombres, creyentes o no, amantes de la paz y del amor. Para los cristianos el protagonista de ese acontecimiento fue Dios.
Todos los excesos consumistas, las tensiones y los agobios, que se padecen en esta celebración, no sólo no son Navidad, sino que son aspectos diametralmente opuestos a la Navidad. No puede salir de dónde no hay, y siendo tan escasos, por no alimentados, el amor y la paz, es razonable que la verdadera Navidad esté en crisis en algunas sociedades. Cultivar todo el año los valores de la paz y del amor cristiano, nos preparará para celebrar una verdadera Navidad.
martes, 22 de diciembre de 2009
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