En mi pueblo, el alcalde ecologista (franquicia comunista con vestido de seda) taló todos los árboles de dos calles. Era una medida provisional, pues los árboles dañaban la calle. Ha talado más árboles, todos los que molestan. Siempre son medidas provisionales para subsanar algo de mucho “peso social”. Ya sabemos que la izquierda llama “social” a su bolsillo. Pero no ha plantado nada.
Nuestra primera ley orgánica del poder judicial – no es cualquier cosa – data de 1870 y se promulgó como desarrollo de la constitución monárquica constitucional de 1869, que inauguró Amadeo de Saboya, rey “progresista, católico y masón” (una desconcertante fórmula que no nos suena añeja). La ley orgánica a la que me refiero se denominó “Ley Provisional sobre organización del Poder Judicial”. Se derogó en 1985. Más de cuatro generaciones de provisionalidad.
Me parece que mi pueblo se quedará sin árboles. Y es que los españoles tragamos todo, y los catalanes, más.