Cada día los medios de la derecha y los suficientes de la
izquierda, ponen un poquito más de demagogia en el asunto del acoso al gobierno
por el asunto de los desahucios. Ahora ya blanden cotidianamente el manido
argumento del traumatismo de niños y ancianos. Lector, no te dejes embaucar;
como decía Jiménez Losantos, creo que de Gallardón ya antes de ser ministro, la
derecha es mala, muy mala.
Ya dije que me parecía bien que se acosara a esos
gobernantes que gobiernan tan mal. Y dije que ese acoso ha de ser proporcionado
¡que le digan a Gandhi si se puede incordiar sin violencia! ¿Y a Jesús de
Nazaret? Hasta tal punto incordió el buen Jesús, que no sólo lo mataron, sino
que se ensañaron ceñudamente con él. Por tanto el acoso no debería implicar
violencia, aunque ya sabemos – lo dicta la historia – que es socialismo no sólo
es violencia, sino genocidio, por lo que al estar los socialistas al timón de
ese movimiento, no se puede evitar la violencia. También el socialismo es
cinismo, por lo que no nos extraña que con los socialistas los bancos
desahuciaran a sus anchas y que fueran los socialistas los que aprobaran la ley
de desahucios “exprés”. ¡Es la vida, pero eso no quita que el partido popular
actúe mal!
Ahora bien, el que semejante raza de violentos – la
ganadería socialista - esté al frente del movimiento de acoso, no hace bueno al
gobierno. Incluso ya comenté, que en realidad lo que están haciendo tanta
violencia gratuita y centrada exclusivamente en un color parlamentario, es dar
motivos a los medios para que asusten a la opinión pública, haciendo que la
situación de vuelva paulatinamente en contra de los desahuciados y a favor de
los bancos y del gobierno.
Y en eso estamos. ¡Ahora resulta que los niños de los papás
acomodados se traumatizan porque un día la gente les grita desde la calle! Y me
pregunto, ¿qué sentirán los niños de los papás trabajadores, que una crisis de
corrupción ajena les ha llevado a la pobreza y se ven expulsados de sus casas
por la policía? ¿Ese trauma no cuenta? Y no es el trauma de un día, es el
trauma de probablemente el resto de su vida. Yo, si tuviera que ser uno de esos
niños, preferiría el trauma de que unos acosadores llamen c… a mi papá, que
gasta visa oro a cuenta de esos acosadores y otros miles de votantes “pringaos”,
que el trauma de racionar la comida y ver a mis papas en la calle, con sus
muebles y mis juguetes en la acera.
¿Qué mi argumento parece demagogia?... ¿No es esa la
realidad? Intenta argumentarte, querido lector, si es como digo o no. Luego en
público di lo que quieras, pero en conciencia, ¿no es el acoso el recurso
desesperado del desesperado, frente al cinismo doloso e impune de partidos y
banqueros?
¡Que está mal llevado eso del acoso? ¡Claro! Sólo hay que
ver quienes destacan a su frente ¡menudos! Pero eso no da la razón al gobierno
y a su entorno, incluida la oposición socialista.
La dación en pago es justa cuando el hipotecado lo ha sido
por engaño del banco (sobrevaloración del bien), cuando el pago del piso está
muy avanzado y no se puede seguir con los pagos, cuando las condiciones
económicas y sociales del afectado son extremas... ¡Atención!, que la dación en
pago no es un regalo al propietario, pues supone la pérdida definitiva de la
propiedad de quien probablemente durante años ha estado pagando una hipoteca, y
esa dación sería un gran negocio para el banco, ¡si el banco no hubiera
sobrevalorado el bien en su origen! Y lo sobrevaloró no para hacer un favor al
cliente, sino para beneficiarse más de él. Con el tiempo el negocio le salió
regular al banco y ahora, bancos y gobiernos sucesivos pretenden hacer pagar el
mal negocio del poderoso, al débil. Ya nos conocemos esa historia, pero
sorprende cuando viene de una derecha en quien muchos confiaban y que ya ha
dejado en evidencia que, como muchos de sus cargos, es ya “presunta” derecha.
Naturalmente, quedarse con el bien y encima hacer que el
propietario lo siga pagando de por vida sin poseerlo, es mejor negocio, ¡pero
es una infamia!
En la revolución francesa, los revolucionarios no eran los
buenos, pero tampoco lo era la decadente monarquía absoluta. Y en la revolución
bolchevique los buenos no eran los comunistas, pero tampoco lo eran los zares.
Y en ambas el poder establecido y absoluto se vino al traste por actuar sin
justicia y por minusvalorar a un pueblo sencillo y su capacidad de acción
estando bien dirigido (lo que no quiere decir dirigido justamente o dirigido para
su provecho).
La grosera manipulación de “los indignados” funcionó
neutralizando el movimiento llevándolo a la astracanada, aunque fracasó a
quienes querían más, que siempre hay quien anda entre bambalinas. Para estos
últimos, el fracaso era previsible pues no había “chicha”. Pero ahora se está
jugando con fuego, porque la Colau y el
Verstrynge son “chicha nabo” y están bien trincados con el presupuesto, pero ¿que
me dices, lector, de los alemanes “indignados” tras Versalles, y “acosadores”
de judíos? Todo le funcionó al sistema hasta que un ridículo, insignificante,
oscuro cabo, montó uno de los tinglados más fenomenales de la historia moderna.
Sin esas pretensiones, aunque nunca se sabe de dónde le
puede saltar la liebre a un tonto empachado de sí mismo, el gobierno debe
andarse con cuidado, pues nunca la injusticia dejó de generar violencia.
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