Las
mismas personas que ahora las imponen, son las que tn su día favorecieron el arraigo de la
pandemia del coronavirus en España.
Son
responsables de miles de muertes directas e indirectas.
Todas
ellas viven hoy holgadamente al margen del dolor que han provocado y provocan
en la sociedad española.
¿Quedarán
impunes?
Y no
solo eso.
¿Se
les darán pensiones y ventajas económicas, para que vivan el resto de sus vidas
ellos y sus allegados sin ningún problema material?
Es
evidente que eso no es justo.
Y no
podemos esperar que la justicia venga de sus compinches, sean de su misma
ideología o de lo que cínicamente se llama oposición.
De
ellos no va a venir nada bueno ni justo, porque son los mismos perros con
distintos collares.
Todos
esos desperdicios humanos tienen las manos manchadas de la sangre de los que
han matado por su negligencia o por instrucciones directas de practicar aborto
y eutanasia.
Son reos de justicia.
Ha
de ser una justicia rápida y evidente, pues con sus actos han causado escándalo
a millones de personas que creían en una justicia divina y que ahora han de
retorcer sus argumentos para creer que existe un Dios justo.
En
una sociedad formada mayoritariamente por personas buenas, puede entenderse que
haya una oveja negra, mientras los demás están ignorando lo que pasa.
Pero
hoy no se puede recurrir a la ignorancia, porque los medios ponen en la
palestra lo que sucede y porque actores y colaboradores directos son ya
multitud.
Con tu voto puedes ser cómplice de ese genocidio humano y social.
Nada podrá borrar esa mancha de tu conciencia. Sólo el arrepentimiento sincero y profundo.
¿Pero cuando estés tan envilecido, ¿tendrás capacidad de arrepentirte?
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