martes, 7 de febrero de 2023

Violación y pena de muerte


uede parecerte un poco extremo hacer coincidir el delito de violación con la pena de muerte.

No me extraña que te extrañe, pues estamos sumidos en un mundo materialista donde los valores trascendentes prácticamente no cuentan.

Pero si queremos hacer justicia, debemos equiparar adecuadamente el mal hecho con la pena impuesta.

La violación produce un efecto irreversible en la víctima, luego es de justicia que produzca un efecto irreversible en el agresor.

No me sirve la cadena perpetua porque no es irreversible y menos en España, donde las penas se cumplen o no se cumplen en función del inestable estado de ánimo de la opinión pública y de la justicia.

Una persona que ha sido violada sólo puede encontrar la paz sabiendo que su agresor ya no está en este mundo. El agresor es el testimonio de la infamia y mientras hay testimonio hay infamia.

Dada la trascendencia del tema, la denuncia falsa de violación, debería tener también pena muy grave.

Es cierto que la pena de muerte remueve conciencias, pero hay que ver qué conciencias remueve y si son dignas de tenerse en cuenta.

Mirando desde la barrera, se puede tener la idea farisaica de que es una pena excesiva.

Pero mirado desde el punto de vista de la víctima, no es así.

Y no hablo ya sólo de la violación, sino de cualquier mal irreversible: La única compensación es una pena irreversible.

En esta sociedad sin valores o con valores aberrantes, resulta grotesco que los que están en contra de la pena de muerte a delincuentes, sean los mismos que jalean el aborto, que es la pena de muerte sin juicio previo a seres inocentes.

También me despierta una sonrisa irónica, cuando el alegato del no a la pena de muerte, que se fundamenta en el no matarás cristiano, es sostenido por personas que se declaran no cristianas o incluso ateas.

¿Cabe semejante incoherencia?

¿Es prudente tener en cuenta la opinión de personas incoherentes?


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