Hoy acaba el plazo de no dimitir de Sánchez.
No sé lo que hará, porque tengo la bola de cristal
en el taller.
Pero me malicio que, para no dejar la impunidad parlamentaria y para poder estar más cerca de la heroína, de su heroína Begoña y poder tapar mejor sus vergüenzas, que son las de los dos, no dimitirá.
Y empezará la segunda parte, de este siniestro asunto que han montado con los
votos de la miseria ignorante de una minoría de españoles, que las trampas del
Sánchez han hecho mayoría.
Cada uno tiene lo que se merece.
Espero que el Sánchez la cárcel y los españoles la
miseria.
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