Los datos objetivos de las últimas elecciones nos llevan a una sola conclusión. Ir más allá, es hablar por hablar.
La verdad es que sigo con interés las especulaciones sobre las consecuencias de las pasadas elecciones gallegas y vascas. Pero estoy en una duda de fondo; ¿a qué tanta discusión sobre un asunto tan claro?
Es un dato objetivo que el PP ha tenido un éxito en Galicia. Eso es incuestionable. También lo es que el PSOE ha sorprendido favorablemente en las Vascongadas. También eso es incuestionable. Y a la vista de los antecedentes inmediatos de corrupción de los unos y de los otros, es evidente que lo que la mayoría de gallegos y vascos querían era acabar con sus respectivos nacionalismos, optando por lo que tenían a mano, aunque no fuera lo mejor. Eso parece que es también de cajón. El PNV, aún ganando, ha perdido. Eso es un fracaso. Lo que también es incuestionable.
¿Por qué marear la perdiz sobre esos extremos y no felicitar efusivamente a los protagonistas? No es cuestión de ideología, es tener ojos y ser ecuánime.
Pero lo incuestionable se puede proyectar también al futuro. ¿A qué especular sobre lo evidente? Y lo evidente es que no hay analista político que pueda acertar lo que viene, si no es por mera casualidad. El PSOE se mueve errático braceando por sobrevivir en el caos nacional, a costa de lo que sea. El PP está como el niño que prueba todas sus argucias a ver si consigue por fin el caramelo. Tan abstraído está en la golosina, que si se descuida le pilla el coche. El PNV, creo que el más serio de todos – eso es cuestionable – encelado en una reivindicación nacional demasiado elemental e insolidaria como para ser actual, lo que les pierde, aún teniendo razones de fondo.
El panorama de futuro es incuestionable; la sorpresa está servida. Pero sea cual sea esa sorpresa, no durará, porque sus protagonistas son erráticos. No se pueden pedir peras al olmo, y la calidad de nuestros políticos es la que es y eso no lo cambian unas elecciones en las que los más avispados han sido los ciudadanos. Pero estos, en España, no pintan nada.
Publicado en aragonliberal.com, el jueves, 5 de marzo de 2009.