ómo ya he comentado, no estoy al día de las noticias, pero sí oigo lo que se dice.
Y parece que algunos comentan que estamos al borde
de una guerra que implicará a Europa y consecuentemente, a España.
No me lo creo.
Y, en cualquier caso, me da lo mismo.
O, no.
Me fastidiaría, porque los políticos se irían a sus
casoplones en el extranjero y como siempre, la pringarían los humildes.
También eso, en el fondo, muy fondo, me da lo mismo.
Lo que hay en España es lo que los españoles se han
buscado.
Y no por sorpresa.
Porque ha quedado en evidencia que los españoles,
además de tontos, son malos.
Y una comunidad de tontos malos, no se merece más
que una guerra, que los machaque en su tontería y en su maldad.
Por lo pronto, me he ido a Mercadona a comprar una
de esas tartas tan bonitas, tan artificiales y tan indigestas, pero que están
tan buenas, para celebrar la carrera entre el meteorito y la guerra.
No tengo datos para saber quién ganará, por lo que
no debo apostar.
Pero me gustaría que ganase el meteorito.
No tengo muy claro el porqué, pero me parece algo
así como más natural.
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