Visito muy poco mi blog.
Sólo para subir las entradas y esporádicamente, para
ver que todo anda en orden y concierto.
Y de entrar un par de veces, ya me he artado de ver
ese crucifijo que tenía de cabecera, que me traía la imagen de un recordatorio fúnebre.
Y ¡no es para tanto!
El crucifijo es muerte, sí, pero muerte para
fructificar.
Es decir, el crucifijo es vida. Voy a buscar algo más
propio para sustituir esa cruz con fondo negro, que más que la austeridad
que buscaba, es tristeza gótica.
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