viernes, 31 de mayo de 2024

También Roma tuvo su fin. Amnistía para los traidores.

 

Estoy sin sombrajo, pues hace ya tiempo que se me cayeron los palos.

Lo comenté aquí en su día; en un momento, decidí no leer noticias.

Lo he cumplido a medias, porque algunos bloggers me han seducido y les he ido siguiendo.

Me engaño a mí mismo.

Eso es escuchar noticias.

Sin conocer las noticias, no tengo argumentos para insultar a los gobernantes y a su periferia.

¿Qué digo, cuando lo que más interesa al público, es oír insultos y degradaciones, aunque sean fundamentadas?

Está todo demasiado sucio como para utilizar un limpiador normal.

Se necesita el rayo de Gomorra. Y ese no está a mi alcance.

Gracias a todos los esforzados y desinteresados ciudadanos, que lucháis para dejar en evidencia la basura que nos rodea.

Me acuerdo de los dos amigos, que cayeron en una fosa séptica.

El agua subía, lenta, más inexorablemente.

Cuando de puntillas y con el agua por la barbilla, son conscientes de su inevitable fin, uno le dice al otro; Manolo, deberíamos hacer algo, que esto se acaba. Tú eres católico. Te sabrás alguna oración, ¿no?

Manolo, que en algún momento de su vida fue católico, intenta recordar alguna oración.

¡Por favor Manolo, reza algo!, le apremia su amigo.

Manolo no recuerda nada...

Pero en un momento, se acuerda de una oración: ...bendice Señor, los alimentos que vamos a recibir...


Me aíslo de las noticias.



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