Escribo mal y pronto.
Ya lo he dicho en algún otro lugar del blog.
Eso significa, que cuando escribo en el blog lo hago
de corrido y sin mirar atrás.
Muchas veces no tengo tiempo de elaborar el
contenido y escribo como si estuviera conversando con alguien.
Hace tiempo, había quien me corregía los textos.
Ya no.
Ahora me los autocorrijo, que es prácticamente nada,
pues vuelvo a repetir los errores. No los de bulto, pero sí muchos.
Como estos días estamos hablando del comunismo y sus
franquicias, quiero traer unas entradas que escribí hace tiempo, mal y
pronto, sobre esas ideologías.
Casi no toco el tema español pues me duele.
Quizás por su proximidad en el tiempo, quizás porque
sus protagonistas son hermanos.
O porque he conocido con más detalle, a veces de testigos directos, los horrores del comunismo.
Es lo mismo que maten a un chino que a un español,
pero, siendo español, por algo, te duele más que maten al español.
Si no es así, has de hacértelo a mirar.
Si eres comunista, no has de hacerte mirar nada. El
problema es evidente.
La sed de sangre y el odio no dejan discernir.
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