miércoles, 5 de junio de 2024

En seis años, Marruecos puede invadirnos.

 

Ceuta, Melilla y Canarias, es muy probable, que un plazo breve, de no cambiar las cosas, sean marroquíes.

Eso es lo que dice, entre otras cosas, el vídeo que te traigo hoy.

Como otras veces, reproduzco su miniatura, para que lo busques en YouTube.

Me dirás; eso es una fantasía.

Sí, la primera impresión es de ciencia ficción.

Pero el argumento es coherente y no carece de sentido común.

Además, vemos que el proceso se ha producido en otras ciudades europeas, que de hecho ya son musulmanas.

Pero esa situación pasa inadvertida por estar rodeadas de ambiente occidental en plena Europa.

Pero Ceuta, Melilla y Canarias, son enclaves que están fuera de las fronteras físicas europeas y en un entorno completamente musulmán.

El planteamiento que se realiza en el vídeo, tiene también antecedentes en la Marcha Verde, que arrebató a España territorios españoles en el continente africano, sin que se disparara un solo tiro.

Me pregunto: ¿Qué es más seguro para EE.UU. y Europa?; que el estrecho esté controlado por una nación comunista bananera, como de hecho ya es España, o por una nación controlada abiertamente por EEUU e Israel, como de hecho ya es Marruecos?

Cada día oigo muchas cosas más o menos disparatadas, pero solo atiendo las que tienen coherencia y son verosímiles desde una perspectiva objetiva.

Naturalmente también influye la fuente.

Una fuente oficial, es prudente descartarla siempre.

Una fuente extraoficial es prudente analizarla, en función del currículum de la fuente, dejando al margen nuestra afectividad hacia esa fuente.

El vídeo que te presento no es de una fuente oficial, es de una fuente creíble, denostada por los medios oficiales.

Es coherente, razonada y respaldada por los acontecimientos contemporáneos de nuestro entorno, al margen de lo que pueda sentir hacia la persona de Alvise Pérez, la fuente.

Lo que nos comunica el vídeo, tiene todos los visos de realidad, aunque sea una realidad trágica e indeseable.

Ignorarlo es tomar la actitud del avestruz, de meter la cabeza bajo el suelo, pensando que así está salvo.

Esta exactitud será más o menos cierta.

Sin embargo, la realidad es que sobreviven pocos avestruces en su ambiente natural y los que quedan, son de granja.


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