“A río revuelto, ganancia de pescadores”. La cultura popular suele ser muy gráfica y acertada. Los españoles tenemos buen ejemplo de este refrán en episodios históricos recientes.
En 1975 Hassán II, el dictador marroquí, aprovechando la crisis interna española motivada por la grave situación física del general Franco, organizó la “marcha verde” para apropiarse el Sahara Occidental español. La acción se consumó con la ocupación militar marroquí de ese territorio. Hasta hoy.
Más de treinta años después de aquel episodio, la historia se repite. De un lado, el hijo del dictador marroquí apetece los territorios españoles en el Norte de África y las Islas Canarias. De otro lado, la política española está en plena crisis con una economía cayendo en picado, una oposición sospechosamente anulada por una artificial crisis interna y una población tanteada hace cuatro años con un atentado descomunal que manipuló la sociedad española con una asombrosa exactitud.
Además, en esta ocasión, la guinda del pastel es un gobierno socialista del que se filtra que puede haber pactado secretamente con el gobierno marroquí una “derrota preventiva” de los territorios españoles en suelo africano. Esto justificaría el nombramiento de una ministra de defensa de perfil bananero y los planes de desproteger esas ciudades para hacerlas accesibles a una nueva “marcha verde”... Como diría un castizo, “verde y con asas, alcarraza”. Por cierto, la alcarraza es un botijo – barnizado de verde, naturalmente - de tradición musulmana.
Esta serie de acontecimientos podrían llevar a la conclusión, a un observador imparcial, de que el gobierno de España está en una escalada de provocaciones a determinados grupos sociales para provocar un golpe militar. O bien ese observador imparcial podría pensar que el gobierno de España está enredado en un episodio de alta traición en un oscuro intento de destruir la Nación.
Por lo que se refiere a lo primero, sin duda nuestro observador estaría errado, pues el resultado de un golpe militar en la España de hoy, sería la segunda parte de una astracanada del episodio del pasado reciente donde un militar crédulo resultó cabeza de turco. No hemos de olvidar que los intereses de la izquierda y de la derecha en España parece que responden a unas mismas directrices, lo que haría que los conspiradores no pudieran confiar ni en su sombra.
Además, con los antecedentes del atentado de Atocha y su efecto sobre la sociedad española; con la situación del ejército lastrado con ese otro “ejército” paralelo de mandos militares en situación de excedencia pero cobrando su sueldo íntegro, ascendiendo en el escalafón y pudiendo ejercer otra actividad; con un presidente del gobierno – situación única en las democracias occidentales - al mando directo de un cuerpo de ejército de élite… pensar en un golpe de estado es una tontería. Lo deben saber unos y otros.
Alta traición podría ser otra de las conclusiones de nuestro observador imparcial. El actual presidente socialista y el presidente socialista que le precedió, tienen grandes intereses en Marruecos. El actual presidente socialista se fotografió con un mapa de Marruecos con Ceuta y Melilla anexionadas. El entorno del actual presidente es partidario de entregar esas ciudades españolas a Marruecos. El gobierno socialista español tiene pensado desmantelar la defensa de Ceuta, Melilla y Canarias. Canarias sería la baza que equilibraría la negociación, la que tendría pactado dejarse perder Marruecos, con lo que el trapicheo parecería una negociación en la que “todos ganan”.
El gobierno socialista español engorda inexplicablemente con su pasividad una crisis económica que puede acabar sacándonos de la Europa del euro, dejándonos a nuestra suerte. La desbocada política de inmigración del partido socialista ha exasperado al resto de Europa, que nos amenaza con expulsarnos de su zona de seguridad… Todo esto puede llevarnos a ser una burbuja dentro de Europa, semejante a los Balcanes, en la que la impunidad del gobierno socialista sería todavía mayor que la de hoy, si cabe. En semejante situación, Ceuta y Melilla estarían perdidas.
¿Será el próximo paso del gobierno socialista, que reaccionando a esta “incomprensión” europea, sacar a los españoles a la calle con el eslogan “Ellos tienen ONU, nosotros tenemos dos” - como ocurrió cuando el mundo dio la espalda a la España de Franco tras la guerra civil – y dejar la Europa civilizada?
Que nadie se desespere por las especulaciones de ese observador imparcial nacido de la imaginación. Al fin y al cabo, todos saben que tras la ocupación militar, Marruecos no ha tenido más que problemas con el pueblo saharaui – que parecía inofensivo - y hoy ese trozo de desierto sigue dando problemas al hijo del dictador que organizó la “marcha verde”. Nadie olvida tampoco la respuesta del pueblo español a la traición del rey Borbón, que quiso vender España al francés. No hay líder europeo actual tan fuerte como Napoleón, y el gran general enterró su ejército en España, frente a una población de aspecto inofensivo. Sin duda tampoco ha olvidado nadie la traición socialista que llevó a España a una guerra civil, traición que obligó a los responsables a engordar, pero en el exilio, hasta la muerte de viejo de quien los expulsó
Hoy la globalización ha complicado las cosas. Porque antaño, cuando los monarcas o políticos se exilaban, vivían con suficiencia con lo que habían podido robar durante sus años de poder. Pero hoy, que el mundo es tan pequeño, es fácil perseguir a los traidores o a sus familias, cuando las cosas les salen mal y huyen al exilio para vivir de sus cuentas atesoradas en paraísos fiscales, o simplemente cuando se jubilan, empujados por la natural codicia de sus compañeros. Buena prueba de ello son las sentencias a muerte del mundo musulmán contra aquellos que, estén dónde estén, traicionen o atenten contra el Islam. Parece mentira lo atrasados que están, pero lo listos que son esos moros. Y es que el hambre agudiza el ingenio.
La violencia está lamentablemente latente en la naturaleza humana. El gran logro de la civilización es controlarla, aunque sea con tantos zurcidos como los que hay en el mundo. Hoy, gracias a Dios, el umbral de la violencia está muy alto en las sociedades occidentales. Y siendo así, ¿qué motivos pueden llevar a nadie a desencadenar el impredecible proceso de la violencia, que nunca se sabe a quién acabará salpicando?
Publicado en www.aragonliberal.es el 28.04.2008