sábado, 28 de mayo de 2011

Un futuro incierto

“Rubalcaba: "Me presento para ganar no para una derrota digna".

“Zapatero cree que Rubalcaba es "un esprínter, capaz de ganar las elecciones en 10 meses" (Intereconomía.com)

¡Pérez Rubalcaba optando a la presidencia de España! ¡Dios nos coja confesados!

Ese hombre no es un político, es un “hombre de la porra”, el “cabo de varas” de este páramo de libertades. ¿Para qué un hombre de ideas cuando no se tiene ninguna buena? ¡Pobre España!

¿Puede ganar Rubalcaba las elecciones?... ¡de calle! Es el hombre del GAL, terrorismo de estado para acabar con la ETA; el hombre del Faisán, terrorismo de estado para acabar con el Partido Popular; el hombre de los ataques a las sedes del Partido Popular en la jornada de reflexión de las tristemente célebre elecciones generales de los “trenes voladores”; el hombre que se cargó la dignidad de las víctimas del terrorismo; el hombre que, retorciendo sentencias judiciales, ha llevado a ETA a las instituciones; el hombre que, ignorando sentencias judiciales, ha permitido embarrar la jornada de reflexión de las últimas elecciones municipales, dejando que los “antisistema” ocupen permanentemente las calles...

¿Qué si Pérez puede ganar las próximas generales? No lo dudes, lector, las puede ganar de calle. A costa de lo que sea, claro. No es un hombre listo, sí el más listo de su entorno. Pero no sería nada sin la mayoría de los medios de información a su favor y su gran falta de escúpulos.

¿Es malo que Pérez llegue al poder? Sin duda, pero también es justo. Ya lo comenté otro día. Con Pérez Rubalcaba los españoles tendrán de nuevo lo que se merecen, aunque paguemos justos por pecadores. Y esos “okupas” “indignados”, si gana Pérez, ya pueden dormir en la plaza con un ojo abierto, que una cosa es Pérez ejerciendo de templagaitas y otra Pérez en su estado natural; de ganador con todo el aparato policial del estado, incondicional, en sus manos (v. g. GAL).

Esperemos que el coyote se encuentre esta vez con su correcaminos.

Yo, por si acaso, hasta las elecciones no cogeré el tren e iré al trabajo andando.