oy he conocido el mal.¡Claro que sé que
existe, y que veo a diario sus consecuencias! Lo que digo es que hoy lo he
sentido, lo he visto con los ojos del alma. No quiero explicar las
circunstancias, pues son demasiado dolorosas.
No me ha escandalizado el propio mal; me ha asustado su poder, su
capacidad de cambiar las almas. Nada podemos hacer en solitario frente a él. Me
ha quedado claro que necesitamos la oración para no sé si vencerle, pero al
menos para resistirnos frente a él.
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